Eskorzo – El Árbol de la Duda (2004)
Con ellos no tuve duda desde el principio y los he seguido con el tiempo en cada paso discográfico que han dado desde que me grabara de forma casera el Mundo Bullanga y La Sopa Boba en el mismo disco para el coche. En directo no he tenido tanta suerte, y eso que son vecinos. Casi siempre que se han cruzado en mi camino no los he podido ver por otros compromisos adquiridos, por viajes, porque han tocado demasiado tarde para mi edad (sic), porque han tocado en fiestas de presentación que siempre tengo que ‘perdonar’ por motivos laborales… Eso sí, el 21 de diciembre en el Teatro Cervantes de Almería me pienso quitar la espina a lo grande, además, con una de las giras a las que más ganas le podría tener, ya que su Alerta Caníbal coincide con ese punto latino-canalla que tantas veces he defendido con otros artistas en esta casa. Fíjense hasta qué punto llega mi compromiso, que a Pablo Milanés solo le veré la primera hora de concierto para poder llegar a tiempo. Además de la proximidad ‘conciertil’, el hecho de que no hubieran pasado todavía por las críticas remember de los viernes y tal y como iba la semana de festiva, calorífica y mestiza, no se me ocurría otra oportunidad mejor para traerlos a la sección, aquí con las colaboraciones estelares de Bersuit y Tabletom (sí, la banda groove de Rockberto, de quien Robe tomaría el ‘Me Estoy Quitando’ en Agila). Si es que Lemmy los cría y el rock los junta. Sea, a la vez, un recordatorio de todo lo bueno de Granada.
La escena granadina es un filón que no tiene fin. Caldo de cultivo inagotable que nosotros apreciamos con generosidad (Hora Zulú, Fausto Taranto, 091, Lapido, José Antonio García, Lagartija Nick, Enrique Morente, Lori Meyers, Svuco, Azrael, María del Mal, La Guardia, TNT, Sölar, El Puchero del Hortelano, Arco, Qüasar, Miguel Ríos, Soleá y Estrella Morente, Napoleón Solo, Vinila Von Bismark, Pangloss, Vúfalo, Carromato, Blindfall… Efectivamente, verán que no están los innombrables, ustedes ya saben). Así no es extraño que allá por el 95 se fundara un grupo más, que despuntaría con Mundo Bullanga en 1998 y que confirmó y amplió sus miras en 2001 con La Sopa Boba, añadiendo a su mestizaje matices de jazz, balkan o swing. Se abrió la caja de pandora.
A base de conciertos cada vez más intensos, el grupo liderado por Toni Moreno se hizo un nombre asociado a fiesta e intensidad. Con esa seguridad, apostaron por crear su propio sello (Acostao Records) para editar un EP previo al lanzamiento, en 2004, de este El Árbol de la Duda.
Un álbum que tiene ‘dos mundos’ claros, el del desarrollo sonoro de calidad y virtuosismo instrumental, con el pim pam pum idóneo para reventarlo en directo. ‘Ruido’ y ‘Poetas’, las canciones con la que se abre el álbum, quizá estén a caballo de ambas. La primera presenta un ritmo ragga frecuentado en los dos discos anteriores, pero también se deslizan cambios de tempo que muestran una clara evolución. La segunda tiene una base jazzy gracias a la línea de bajo, que contrasta con ese equilibrado histrionismo melódico que le aporta la colaboración de los imprescindibles Bersuit (al menos, mientras estuvo Juan Subirá en la banda).
‘Mareao’ se presenta con un inicio latino, pero pronto la canción, como casi todas, nunca inmóvil acaba derivando, con cada vez más fuego, en un delirio flamenco de lo más conseguido. ‘Dámelo’ tiene la colaboración mencionada de Tabletom. A la postre, se ha convertido en una de las canciones más celebradas del grupo, con un riff de guitarra y un style que nos recuerda también a O’Funk’Illo. Reconozco que no es de mis favoritos (se quedó en el 8 en #Mis10de, pero me da que con los últimos discos se caería de la selección). Con ascendencia moruna, ‘Botas De 7 Leguas’ es otro intenso, vivo y electrificado ejemplo de su versatilidad.
La segunda parte es donde se acumula el machaqueo mencionado más arriba. La primera de ellas es el aquelarre balcánico de ‘El Que Tenga El Amor’ (puestos a versionar a Bregovic, bien podría Boikot haberse marcado otra versión). No será el primer dardo envenenado al mundo amatorio, ya que el cierre parece la misma cara de la moneda que este tema. (He pinchado con frecuencia ambos, junto al ‘Que Te Den’ de Amparanoia, ‘Me Cago En El Amor’ de Tonino Carotone y ‘Ojalá No Te Hubiera Conocido Nunca’ de Muchachito… entonces también Bombo Infierno). ‘Calle La Amargura’ se divide en dos partes claras, la primera podría pasar como una rumbita a medio tiempo de un grupo de flamenco pop, que diría Lichis cuando La Cabra Mecánica. La segunda es un delirio casi jam a ritmo de ska, solo de saxo…
Punto cabaretero a lo Cabaret Ambulante Bunburyano y erótico festivo para la particular revisión del clásico tunero ‘Clavelitos’. La cosa se va poniendo intensa hasta que la velocidad y la locura se hace con el control de la canción. Después de tanta jarana, no viene mal el descanso profumeta de ‘Cállate La Boca’, con su armazón reggae. ‘Busco’ saca el lado porteño y tanguero (en Alerta Caníbal le daría más por la cumbia) y el cierre llega, justamente, con mi nº1 en el #Mis10de (no creo que cambie) y es ‘La Canción del Vinagre (Gran Reserva)’, un vals lleno de fanfarria y malditismo. Ideal para noches en las que se ve la vida desde el fondo de un vaso.
Así se cierra un disco imprescindible, del que espero que caigan muchos temas en el concierto del 21 de diciembre. No importa, nos lo vamos a gozar igual porque Eskorzo siempre lo consigue.
Lista de canciones – tracklist:
- Ruido
- Poetas
- Mareao
- Dámelo
- Botas De 7 Leguas
- El Que Tenga El Amor
- Calle La Amargura
- Clavelitos
- Cállate La Boca
- Busco
- La Canción Del Vinagre (Gran Reserva)
Publicado el noviembre 8, 2019 en Críticas Remember y etiquetado en Críticas Remember, El Árbol de la Duda, Eskorzo. Guarda el enlace permanente. Deja un comentario.
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