Tropa Do Carallo – ¡Qué Hostias Andáis!

Publicado por elchayi

Espíritu libre, listo e indomable, a Evaristo Páramos nunca le ha temblado el pulso a la hora de dar fin a la banda por la que da la cara como frontman principal. Lo hizo con La Polla Records (en la última fase sin adjetivo calificativo) tras 24 años de vida y lo ha vuelto a hacer con Gatillazo tras otras 16 primaveras. Entre la gira de reunión de LPR en 2019, bloqueada y demorada en su segunda parte por el asunto pandémico, y el disco de los dos guitarristas y el bajista de la banda con un nuevo proyecto llamado La Excavadora parece que la cosa terminó de no tener arreglo posible y el patriarca punk decidió tirar dos por tres calles. Acompañado por Iker Igeltz ‘Tripi’, su batería desde el último disco de La Polla y con el renacido para los escenarios Abel Murua en el bajo (bajista del mismo grupo desde 1985), el cuarteto se completa con Alberto Salgado a la guitarra. Este debut -aunque es imposible contener el risorio llamar así a un disco de alguien que lleva más de 40 años cantando- viene avalado por la solvencia de los estudios Sonido XXI con Fran Arellano a los mandos, cosa de la que me alegro puesto que es de lo mejor que uno puede encontrarse al frente de una grabación y producción. El contenido… Pues 18 temas en los que se aprecia una más que palpable ‘levantada de pie’ para aligerar a un soniquete que parece jugar a la fruslería pero que al final acaba siendo de lo más resultona.

Como un reclamo de perdiz, ‘Vente A La Mierda’ llama a filas como un canto lejano en el campo de batalla y tiene todos los ingredientes que como denominador común están en toda receta de Evaristo. Coros aglutinadores, batería que juega con la expectación y un texto generoso y con corto de estribillo. Es decir, una vez. Y así siempre. Con más de 400 canciones en el zurrón cambiar ahora al Páramos es más complicado que alguien pida perdón sin que se lo pidan. ‘…O Esclavos’ dibuja el mundo feliz sacralizado con un tempo juguetón y brillante en su contención. ‘Un Cigarrito Para Humphrey Bogart’, además de unos sorpresivos teclados, se permite un desarrollo totalmente infrecuente en tiempos de Gatillazo, lo que hace que pronto deduzcamos que esto va a ser otra cosa en todo momento. Y es que ahora se juega más con los huecos que con el armazón sónico que confería la doble guitarra y la base rítmica más hardcoreta… De hecho, diríamos que aquí el hardcore es inexistente y quizá el haber recantado mucho tiempo las viejas de La Polla tenga mucho que ver en la apetencia a regresar a estos terrenos por parte del Evas.

En ‘Sálvame Patata’ se recupera la fórmula del primer corte (no llega al minuto y medio) y es un ejercicio con bien de roll (el rock se da por hecho). ‘Ceibe’ es una de las dos concesiones a la cabecera de la banda que, digo yo que siendo en galego, merecía un par de temas. Habitual de la camiseta del Celta, no parece extraño escucharle en el idioma que, por cierto, de fútbol hablaremos en unas líneas. El tema, por cierto, es uno de los más trotones del conjunto. ‘Anda A Hacer Hostias’ nos recibe con un delay de guitarra y tiene mucho de punk británico en sus rítmicas. En hechuras viene a ser como la de ‘Esclavos del siglo XXI’ por su carácter ‘englobador’ del disco.

‘Por Cojones’ presenta una línea de bajo de esas gordotas muy after punk. De hecho la canción tiene un cariz algo apesadumbrado y oscuro hasta en la tesitura vocal, que también les funciona. Dará que hablar, por lo del fútbol, el ‘Gloria Charolina’ que establece, a base de hard rock, un mundo feliz a base de convertir a toda la población en policía y seguidor del Real Madrid. Visto el tratamiento que tuvo el tema de la repetición del sorteo Champions del otro día, donde parece que solo había un equipo español en el bombo (El Chiringuito da el mismo asco), ya está todo dicho y no anda desencaminada la historia. Tambores crecientes para el ‘Inmortal Podrido’ que tiene en la base del fraseo algo de rockabilly (quién lo diría).

La segunda parte del álbum comienza con ‘7.000 Millones De Personas No Pueden Tener Un Rancho En California’. Expresivo título con un riff ramoniano, aunque para meridiano el ‘Por Lo Tonto’, que mete el dedo en el ojo al “tonto desde que amanece hasta que se va el sol”. Renovación de epitafio en ‘Para Que No (Me) Olvides’ después del añejo ‘Más Chulo Que Un Cortapichas’. En ‘Simios En Armas’, sorpresa, encontramos incluso alguna que otra síncopa y un coro infantil para terminar de completar la variedad y las distintas dinámicas de Tropa Do Carallo.

Segundo tema en galego con ‘Fora Da Terra’ que tiene un soniquete cuasi internacionalistas y una guitarra de épica hímnica, aderezada de nuevo con teclados. Aunque para blancas y negras las de ‘Solo Para Españoles’, un tema que tiene un armazón rítmico por momentos que, una vez más, omnipresente en nuestra memoria, nos lleva irremediablemente a Lemmy. Para el tramo final, ‘Pálidos’ también está interpretado con languidez salvo en los coros, mientras que ‘Balada Por Ti Mismo’ es una crónica negra con una sorpresiva e inesperada coda veloz y con fanfarria mortuoria como remate.

Se dejan para el final ‘Obediencia’ que semi-recitada y con mucha mala leche en las guitarras nos despide con un soniquete más marcial si cabe que en la entrada. Personalmente, me parece lo mejor del disco, por lo infrecuente del registro.

Ahora falta por ver cómo se desenvuelve el grupo en directo, sobre todo en lo que se refiere a repertorio, ya que sabemos que Evaristo es de dar tachón y cuenta nueva y lo más probable es que caiga el disco entero y muy contadas miradas a lo anterior. Con un par. Como siempre. No hay otra con Evas.

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Lista de canciones – tracklist: