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Lilith – Leche de Rock
Hay discos que se definen rápido. Podemos dar rodeos y numerosas elucubraciones para intentar marear la perdiz, pero las cosas, a veces, son sencillas. Leche de Rock es el álbum que cierra la trilogía de la formación barcelonesa liderada por Agnés Castaño después de las entregas No Te R.I.N.D.as (2007) y Sal Si Puedes (2009). Quizá ha pasado demasiado tiempo (en medio podemos situar el Miss Octubre – Día 1 en el que se embarcaron) para cerrar el triángulo como para que tenga más significado en su conjunto pero, en cualquier caso, lo importante es que se culmina una triada de discos notables. De puro rocanrol, sin demasiados artificios, con el carisma de la gran voz de Agnés y una plausible variedad de presentaciones guitarreras que modulan con la misma versatilidad que las voces, lija y terciopelo, que decían aquellos. Ah por cierto, que al final me pierdo, las palabras que definen con brevedad el álbum son: sin fisuras.
Dikers – Vértigo
Qué alegría da encontrarte con un disco que supera tus expectativas iniciales. Y como ya he escrito y dicho alguna vez, nos es que no me gustara Dikers, sino que siempre había algo que me dejaba incompleto. Ya el anterior Casi Nunca Llueve apuntaba maneras, pero se ha quitado de encima zarandajas modernistas en Vértigo que suena crudo, directo, emocionante y compacto. El séptimo disco de Dikers se ha compuesto y grabado durante casi dos años (no hay que olvidar que en ese transcurso Íker Piedrafita se embarcó con su padre y con Agnes Castaño en Miss Octubre) y a la postre eso se nota en la maduración de los temas, como también lo hace el hecho de que no haya habido ningún tipo de alteración digital ni a las baterías, ni a las guitarras ni a la voz. “Esto es Dikers” dicen en el libreto. Pues así, sí.