Fito y Fitipaldis – A Puerta Cerrada (1999)
Cuando Fito Cabrales, vocalista de Platero y Tú, decidió casi convencido por los amigos que le acompañaban en las cantinelas tabernarias donde nacieron estas canciones, editar A Puerta Cerrada como su primer álbum en solitario, nadie podía imaginar que el desarrollo de los discos y del tiempo le llevaría a convertirse en un héroe de popularidad de radiofórmula y que superaría el reconocimiento que tenía con Platero y Tú, que en aquel momento llegaba a su máxima expresión. Este disco, visto con perspectiva, suena a ingenuidad musical, a romántico sonido de suelo de madera y la calidez acústica que jamás volvió.
Es cierto que la última gira de Fito y Fitipaldis pretendía eso, en cierta medida, pero la magia de este disco es irrepetible. Por la incertidumbre y por la timidez con la que nació el proyecto. Formado entonces por Fito a la voz y guitarra, Txus Alday a las guitarras, Miguel Colino (bajista de Extremoduro) al bajo, Polako (su manager durante muchos años e importante directivo de Last Tour International, la empresa que organiza el En Vivo Festival, lleva a Extremoduro, etc, etc, etc) a la batería y Arturo a la percusión y los coros.
Entre el abanico de colaboradores, por supuesto, los dos grandes compañeros por entonces: Roberto Iniesta e Iñaki ‘Uoho’ Antón. Pero también José Alberto Bátiz y Javier Alzola, a la guitarra y saxofón, que pasarían a ser Fitipaldis fijos desde la gira de presentación, y Mario Larrañaga al piano, Fermín Goñi a la trompeta y Garicoitz Badiola al helicón. Para completar el trabajo en familia, el diseño y la impresión corría a cargo de la empresa Mongui Paint & Company, de propiedad de Juantxu ‘Mongol’, bajista de Platero y Tú.
El disco tiene dos temáticas muy marcadas: el amor con (o por) el alcohol y una ligera crítica social. Entre las primeras incluimos la apertura, ‘Rojitas Las Orejas’ (que incluso tiene referencia alcohólica con aquello de “tú la cerveza y yo la espuma”), que se interpreta con una calidez acústica que preside todo el disco, con unos ligeros toques de piano y que posteriormente se reinterpretaría con versos de Manolo Chinato en aquel Extrechinato y Tú, fin de Platero y Tú y germen de lo que sería la transformación de Extremoduro.
También ‘Barra Americana’ tiene un encantador sonido y aire de club, que Fito tan bien conocía de haber trabajado en sus años jóvenes como camarero de un puticlub, la versión de Los Secretos de ‘Quiero Beber Hasta Perder El Control’, donde vuelve a brillar las líneas de bajo aceleradas en un rocanrol clásico muy hedonista, ‘¡Qué Divertido’ “Lo dejo todo «pa» cantarle a las estrellas eternamente abrazado a una botella”, con un aire sureño muy acentuado y ‘Ojos de Serpiente’, que acaba siendo toda una declaración de intenciones de querencia a la barra, “No sé que tiene ese bar, que siempre que voy me lío”.
Entre la crítica social, ‘Trozos De Cristal’ que canta junto a Robe Iniesta, que ya empezaba a perder el miedo a mostrar la fragilidad de su voz (como Sabina lo acabaría perdiendo a la rugosidad a partir de 19 Días y 500 Noches), y del que siempre recordaré la mutación que ha experimentado con el triunfo popular de Fito. En directo, por entonces, decía “ya conozco unos cuantos que son del PP, que me ofrecen veneno cuando tengo sed”, desde el éxito de masas, nunca más se supo.
‘Mirando Al Cielo’, destaca por unos coros vibrantes y un increscendo vocal emocionante en una de las canciones más potentes del disco. También el swing de ‘El Lobo Se Espanta’ entra dentro de la categoría crítica y posiblemente sea la canción más plateresca del álbum. ‘Trapos Sucios’ cierra el bloque con un destacado y bamboleante blues, pese a ser de los temas que han pasado más desapercibidos.
El álbum se cierra con el juego circense de ‘El Funeral’, una simpática canción que pone el broche de oro a media hora de una magia que nunca volvió. Tuve la suerte de ver a Fito y Fitipaldis en esta gira. Teloneando a Extremoduro en el quemado Palacio de Deportes de Madrid. El repertorio, si la memoria no me falla, fue todo el disco, ‘Mari Magdalenas’ de Platero y Tú, y una versión de ‘Johnny B. Goode’.
Qué tiempos. Qué Fito.
#Mis10de Fito y Fitipaldis.
Tracklist:
- Rojitas Las Orejas
- Trozos De Cristal
- Barra Americana
- Mirando Al Cielo
- Quiero Beber Hasta Perder El Control
- El Lobo Se Espanta
- ¡Qué Divertido!
- Trapos Sucios
- Ojos De Serpiente
- El Funeral
Publicado el marzo 15, 2013 en Críticas Remember y etiquetado en Extremoduro, Festival En Vivo, Fito Cabrales, Fito y Fitipaldis, Iñaki Uoho, Joaquín Sabina, Los Secretos, Platero y Tú, Robe Iniesta. Guarda el enlace permanente. 9 comentarios.
Gran disco, es cierto que este disco es unico pero de ahi a decir que lo demas, esta de mas…. Para mi desde que llegó Carlos Raya le a dado una calidad a la banda muy inportante, y lo unico que se me a quedado corto el último disco, corto de cantidad y de calidad, para mi apenas 3 canciónes me parecen buenas y de por si peores que otros discos. Aunque si bien es cierto, el último concierto de teatros que pude ver, me encantó! Como me uviese gustado disfrutar de su primer disco en directo.
Saludos
En directo, por entonces, decía “ya conozco unos cuantos que son del PP, que me ofrecen veneno cuando tengo sed”, desde el éxito de masas, nunca más se supo.
Igual tiene que ver que la suegra de Fito es del PP de Fabra… digo.
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