Bruce Springsteen – High Hopes

Bruce Springsteen High HopesNo resulta fácil escribir de un disco cuando medio mundo lo ha puesto ya verde sin reparo ni remilgo alguno. Como de los cobardes poco se ha escrito, aquí me aventuro yo a poner mi grano de arena en el marasmo del textos del vilipendiado High Hopes, el décimo octavo trabajo en estudio del jefe del rock and roll estadounidense, esto es, Bruce Springsteen. Decía Enrique Bunbury aquello de que “Y recuerda: Robe es Robe, y tú, no” en referencia a Roberto Iniesta de Extremoduro. Es una frase que se puede aplicar a aquellos que, en un pequeño desliz, se refugian en atizar al de Nueva Jersey. Y es que no debe ser fácil ser el patriarca del rocanrol, el mesías y el salvador de lado más molón, y por tanto salvable, del antipático imperio yankee. No se puede pretender que cada disco sea el levantador de la moral de la ‘supuesta ciudadanía crítica’ norteamericana. Y High Hopes no lo hace, aunque lo intenta y ese es su principal error. Aunque algo podemos salvar, claro que sí. El jefe hace discos que la mayoría no puede ni soñar.

Pero hay que reconocer que no ayuda el hecho de que buena parte de tu disco sean revisiones de canciones ya publicadas en excelentes formatos en otros discos, algunas de ellas incluso tanto en estudio como en directo. De los 50 minutos del disco, 20 se van en la reinterpretación de ‘High Hopes’, que se incluía en un sobresaliente EP de hace casi 20 años, la canción simplemente ha ganado en vientos y algo más de percusión; ‘American Skin (41 Shots)’, interpretada en la gira de vuelta de la E Street Band y que tuve la ocasión de escuchar antes de que fuera editada en la Peineta allá por junio del 99 (glup), que vale, ha ganado en vigor con las guitarras de Morello, sí el de Rage Against The Machine (una conexión espiritual e ideológica los ha fundido para mi temor del ‘legado Springsteen’), posiblemente, la más prescindible de las tres; y la de ‘The Ghost Of Tom Joad’ (también aconsejado por, oh, sorpresa, Tom Morello).

Tampoco ayuda el que haya dos versiones de un par de grupos (se está animando el jefe en versionar, lo está haciendo mucho en la gira, incluso atreviéndose con AC/DC, no sabemos si Morello también es culpable de esto, pero no me extrañaría), ‘Just Like Fire Would’ de The Saints (buen tema, pese a todo) y ‘Dream Baby Dream’ de Suicide. Ni el que sepamos que ‘Harry’s Palace’ sea un descarte del excepcional The Rising, que ‘The Wall’ llevara durmiendo en el sueño de los justos desde 1998 o que ‘Down In The Hole’, ‘Heaven’s Wall’ y ‘Hunter Of Invisible Game’ sean canciones compuestas en la última década y que tampoco tuvieran lugar en disco alguno.

¿Esos son motivos suficientes para que sean malas canciones? No, claro que no. Y la mayoría de hecho no es que sean malas. El problema es que hay cierta dosis de incoherencia en la compilación. Y digo compilación porque el término de álbum le queda un tanto a desmano. Pasear por High Hopes es un tobogán de sensaciones que van del conocido carácter aprehensible al hastío mesiánico de algunos pasajes cargados de moralina. El endurecimiento en algunos temas, la excesiva electrificación de algunas canciones, con solos muy poco frecuentes en canciones de Springsteen no es mala, está bien ejecutada, pero no llega. No se empaca con naturalidad en el sonido que todos conocemos.

‘High Hopes’ contiene una tensión acústica liberada a base de vientos, teclas y más coros femeninos. ‘Harry’s Palace’ chirría por su base rítmica. La revisión de ‘American Skin’ es prescindible porque pierde la emotividad que tenía la original con una supuesta modernización innecesaria. ‘Just Like Fire Would’ tiene su aquel si te pilla con la guardia baja. ‘Down In The Hole’ se hace tan larga que desconectas de ella. ‘Heaven’s Wall’ tiene ese toque de iglesia góspel que acaba siendo hiper cargante (un error provocado por ese papel de salvador de la moral). ‘Frankie Fell In Love’ es la que tiene una estructura-base más reconocible con viejos tiempos del jefe, aunque tiene una interpretación vocal un tanto desgarbada. ‘This Is Your Sword’ juega con los sonidos folkies apuntados en los últimos discos y la melodía del estribillo también se salva de la quema. Como ‘Down In The Hole’, ‘Hunter Of Invisible Game’ juega con violines y cierta base electrónica que no termina de emocionar. ‘The Ghost Of Tom Joad’ (alma de un disco ultrajado en su lanzamiento y que a mí me pareció sublime) ha ganado en rabia, pero como digo, se hace raro pese a la sobresaliente ejecución. ‘The Wall’ te acaba matando por su colocación y ‘Dream Baby Dream’ tiene un estribillo muy machacón que en cierta forma recuerda al tono de Working On a Dream.

Hay quien prefiere que pasen muchos años entre disco y disco y que el nivel siempre sea altísimo. Hay quien opta por la opción de que pase menos tiempo entre uno y otro a sabiendas de que puede haber mucha morralla. Ni tanto ni tan calvo.

Ahí es donde se encuadra High Hopes. A medio terreno entre la nada.

En Spotify.

Tracklist:

  1. High Hopes
  2. Harry’s Place
  3. American Skin (41 Shots)
  4. Just Like Fire Would
  5. Down In The Hole
  6. Heaven’s Wall
  7. Frankie Fell In Love
  8. This Is Your Sword
  9. Hunter Of Invisible Game
  10. The Ghost Of Tom Joad
  11. The Wall
  12. Dream Baby Dream

Publicado el marzo 5, 2014 en Críticas Discos y etiquetado en , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 2 comentarios.

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