Revólver – Playlist

No suele fallar. Hay una reacción típica, quizá dos, cuando un artista o banda decide publicar un disco de versiones de canciones de otros autores. Del lado positivo suele venir de los seguidores del protagonista del álbum en cuestión, que agradecen cómo ‘su artista’ se viste con otros ropajes y cómo se lleva a su terreno canciones de otros autores. Del negativo, los seguidores de las bandas versionadas que (por supuesto, ¡faltaría más!) encuentran la versión en cuestión siempre muy por debajo de la original. Y esto no hay manera de cambiarlo. Por eso ya ni siquiera me sorprendo cuando leo según qué cosas en según qué sitios. No hay nada que hacer al respecto. Para los que vivimos en un punto medio (quizá por ello nos dedicamos a esto), se nos antoja siempre como un divertido ejercicio en el que buscar dónde se ha sido continuista, dónde está el mayor giro, cómo se han solucionado algunos clichés poderosos del autor inicial y otra decena de detalles. Intentando comprender las motivaciones, buscando apreciar los detalles de lo que se nos ofrece y escuchando el resultado final sin ningún prejuicio ni opinión tendenciosa previa. Sobre todo cuando el trabajo se ha hecho con el respeto merecido y el reconocimiento a todos y cada uno de los compositores originales, tal y como dice Carlos Goñi sobre su decimotercer disco (vigésimo primero si se cuentan todas las referencias como Revólver, vigésimo octavo sin contamos las de Garaje y Comité Cisne). Un acto de valentía total y absoluto, arriesgándose a llevar a su tesitura canciones de una fuerte identidad previa y con la modestia de reconocer que son canciones que le han cruzado el alma en los últimos años y que le encantaría haberlas escrito. Y lo cierto es que, sin grandes locuras, el resultado es más que notable y gratificante. Y, por si hay alguien todavía en la confusión, eso no tiene por qué significar que te gusten más que las originales.

Y dicho todo esto, vamos a leer del propio Goñi las motivaciones del disco.

«Es un disco de versiones, pero no de la gente que hizo que me dedicase a esto (que para eso ya está ‘Adictos a la Euforia‘), sino de los que hacen que me siga mereciendo la pena hacerlo, más allá de lo que me emociona el tocar mis propios temas. (…) Evidentemente no soy el primero en hacer un disco así, pero sí es la primera vez que lo hago y cada uno tiene sus filias y sus fobias. Así que decidí que tenía que ser la interpretación mía a tumba abierta de cada uno de los temas, tal y como lo habría hecho yo si hubiese tenido el regalo divino de escribirlas. (…) Cuando pones juntas todas estas canciones y piensas en la cantidad de horas, sentimientos, heridas, cicatrices, risas, alegrías, sufrimientos (a terceros y de terceros) y jirones de vida al fin, pues…te entra un vértigo que acojona mucho, la verdad. Vaya para todos ellos, los compositores, mi más absoluto respeto y admiración por dejarse la vida en ello».

Desde luego que no parece que haya en su propósito, en ningún momento, mejorar las originales sino sencillamente dejarse llevar por su propia pulsión personal y es precisamente en eso, tan fácil de decir pero tan difícil de llevar a la práctica donde este álbum se antoja unitario, fresco, divertido y vibrante, escuchando a un tipo que lleva más de cuarenta años en el rock and roll con la humildad necesaria para emprender el proyecto desde el punto de salida en el que se coloca.

Manuel Bagües al bajo, con quien lleva quince años, Miguel Giner a la batería, y el reciente fichaje de David Sanz a teclados y órgano forman el núcleo duro de una banda que apuesta a carta ganadora empezando con la plasticidad musical y esa narrativa deudora del Sabina de la segunda mitad de los ochenta, “Lady Madrid” de Pereza. Piano y órgano son las que reciben con una batería funcional y ese corte New Jersey marca de la casa, gran aportación al toque de neón capitalino de la original. El disco Azul de Elefantes es uno de mis favoritos si exceptuamos al rock ‘convencional’ y por eso celebro muchísimo que el tema homónimo haya sido seleccionado por Carlos para esta colección (¡qué buen gusto!). Unas teclas hacen las veces de arreglo de cuerdas y la batería le da un punto más agresivo. Goñi se contagia de esa belleza melódica y armónica que Elefantes consigue como nadie cuando están inspirados y titila con el piano en la coda.

“Te He Prometido”, de Leo Dan, es la que rompe la homogeneidad del álbum, tanto en la temporalidad (ya que es un tema de 1971 y no contemporáneo) y también en las formas, que se mueve en un swing de crooner delicioso en ese saxo sobrio en el fraseo y esos coros bajo su solo posterior. Así llegamos a “La Vereda De La Puerta De Atrás” y es aquí donde rompo mi lanza a favor de Carlos Goñi por no tener reparos en cantar un tema de Extremoduro cuando tantas y tantas veces en el pasado ‘se les ha negado’ o acusado de tantas cosas. Está claro que no es uno de sus temas ‘más transgresivos’, pero no deja de ser curioso escuchar eso «que me entierren con la picha por fuera» en una voz como la de Carlos que, resumo, consigue el imposible de no desvirtuar demasiado la original pero sí darle un toque muy personal desde el riff principal, al desarrollo con ese saxo que no tiene la original y que de alguna manera conecta también con la obra de mitad de los noventa de la banda de Robe. Una versión sin mácula.

Magnífica es la adaptación de “Mesa Para Dos” que firmaron Rubén Pozo y Lichis en esa unión artística poco frecuente por estos lares pero que nos legaron una provechosa discografía. Aunque los arreglos pueden parecer lineales o previsibles, lo cierto es que ese armazón más lumínico sienta de lujo a una excelente letra y melodías vocales. En el eje central, “¿Dónde Estás?”, de Jaime Urrutia, es un ejercicio de humildad en sí mismo, si tenemos en cuenta que la versión más conocida de la canción es la interpretación a cuatro de aquel póker que nos dejó sin la gira soñada: Loquillo, Bunbury, Andrés Calamaro y el propio Urrutia. Y además la modestia es doble porque Carlos ha sido incapaz de tocar el recitado que clama como nadie Jaime.

De un pequeño grande como Iván Ferreiro se toma “El Equilibrio Es Imposible”, de Piratas. La versión da protagonismo y peso a pianos y teclados, esa tensión que permite que la línea vocal crezca en intensidad lírica. Se me antoja, quizá, la menos despersonalizada de todas. Y eso que un himno como el “Cómo Hablar” de Amaral pudiera parecer más complicado. Sin embargo, la narrativa y como arrastra los versos le sienta como un guante y nos mete en la historia desde una dimensión algo distinta a la del dúo zaragozano. Un solo de guitarra agresivo en el centro también merece mención positiva.

A Revólver le sienta bien el viaje por el rock mariachi con bien de tequila en “El Sol No Regresa” de La Quinta Estación, una de las canciones mejor resultas, hipervitaminada de nuevo con teclas, rock americano con bien de saxo a lo Clarence Clemons, y palmas y jaleos que nos meten en cantina. Casualidad o no, después de una semana entera de promoción del libro sobre Supersubmarina, también es elogiable que haya querido homenajearles con su “Viento De Cara”. El cierre lo echa “Indestructibles”, que convierte el medio tiempo creciente de La Habitación Roja (siempre recomendables) en una suerte de road – country.

En poco más de cuarenta minutos Carlos Goñi y su banda reverencian con respeto a otros creadores, entregando lo mejor de sus intenciones en adaptaciones que viven y laten con la intensidad de quien no busca más que agradecerles haber hecho sentir. Felicidades.

A partir del próximo mes de mayo, Revolver estará paseando por los escenarios nacionales este disco en una gira que, de momento, sabemos que pasará por Ferrol (3 de mayo), Vigo (4 de mayo), Santander (17 de mayo), Zaragoza (24 de mayo), Burgos (31 de mayo), Tenerife (7 de junio), Madrid (22 de junio), Elche (29 de junio), Fuengirola (20 julio), Valencia (23 de julio) Avilés (17 agosto), Sevilla (21 septiembre), Cáceres (4 octubre), Badajoz (5 octubre), Tolosa (8 noviembre), Pamplona (9 noviembre), Toledo (23 noviembre), Bilbao (13 diciembre) y Gijón (14 diciembre). Las entradas ya están a la venta en www.gruporevolver.es.

Más de Revólver en RockSesión:

Revólver. Almería, 1 de diciembre de 2023

Revólver – Adictos A La Euforia

Revólver – El Dorado (1995)

Revólver. Almería. 25 de julio de 2020

Lista de canciones – tracklist:

  1. Lady Madrid (Pereza)
  2. Azul (Elefantes)
  3. Te He Prometido (Leo Dan)
  4. La Vereda De La Puerta De Atrás (Extremoduro)
  5. Mesa Para Dos (Rubén Pozo y Lichis)
  6. ¿Dónde Estás? (Jaime Urrutia)
  7. El Equilibrio Es Imposible (Piratas)
  8. Cómo Hablar (Amaral)
  9. El Sol No Regresa (La Quinta Estación)
  10. Viento De Cara (Supersubmarina)
  11. Indestructibles (La Habitación Roja)

Publicado el abril 16, 2024 en Críticas Discos y etiquetado en , , , . Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.

  1. Estoy contigo, los discos de versiones y los tributos hay que escucharlos como lo que, en su mayoría, son: reconocimiento y homenaje. Por cierto, a ver cuándo nos traes a la página el tributo de los Barricada. Y, si no lo has escuchado, dale una escucha al de Triana por grupos y artistas de Graná.

    A mí, personalmente, me gustan. Me encanta, por ejemplo, la versión más criticada del homenaje al Boni: la de los Tropa.

    Un saludo.

    PD: se me había escapado lo del libro de los Supersubmarina.

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