Como ocurre en otras disciplinas profesionales, el hecho de que haya auténticos expertos en realizar labores complejas, en ocasiones, nos hace pensar que para ellos no supone ningún esfuerzo. Llevado al territorio artístico, en este caso musical, El Twanguero es un perfecto ejemplo de ello. Desde los seis años, Diego García vive perfeccionando y escudriñando cualquier posibilidad que le ofrezca una guitarra. Con 13 años forma su primera banda de rock, a los 20 ya está en Madrid hasta convertirse en uno de los guitarristas de estudio más solicitados y en su salto a Nueva York termina de perfeccionar su fusión de guitarra de raíz latina, de Argentina a España, tanguera, con su twang característico y mucho fingerpicking. Mambo, swing, rumba o rockabilly, flamenco. Colaboraciones con Enrique Bunbury, Diego El Cigala, Andrés Calamaro, Fito Páez, Santiago Auserón. Dos Grammy Latinos y un Premio MIN al “Mejor álbum de músicas del Mundo”… Y es que claro, no para de recorrerlo con sus máster class. Tras Carreteras Secundarias, el viaje continúa en este Electric Sunset.

Igual que otras veces se ha dejado empapar por el sonido argentino o neoyorquino, en este Electric Sunset hay mucho de Los Ángeles, ciudad donde ha grabado varias sesiones, como también en Tucson y Madrid. La mezcla es de Craig Schumacher (Calexico, Depedro) y la masterización de J. J. Golden en Ventura (California).

El corte que da título al conjunto, ‘Electric Sunset’ es un auténtico viaje al western de ‘Por Un Puñado de Dólares’ por la vía Morricone. La percusión va ganando peso a lo largo del desarrollo, para aumentar el dramatismo de la melodía principal, cada vez más intensa. ‘Raska Yú’ es una gamberrada gestada por este chamán de las seis cuerdas junto con el de las cuatro del violín, Ara Malikian, el libanés, tan viajero como el Twanguero. Una revisión del mortuorio fox-trot que entra desde la primera escucha.

En ‘Cumbia del Este’ encontramos una de esas fusiones explosivas del autor, en este caso, el popular ritmo folclórico, pero con unos sutiles arreglos africanos. En ‘Viento de Levante’ continúa el viaje musical y territorial, con cierta influencia flamenca en el inicio y de aridez minimalista en su desarrollo. La primera mitad se completa con la legendaria canción ‘La Media Vuelta’, de José Alfredo Jiménez. La voz es solo una excusa para el brillante ejercicio de cuerdas marca de la casa.

El segundo tramo se abre con la empacada rumba cubana ‘Me Voy Pa’ La Tusa’, en la que El Twanguero cuenta con la colaboración especial de Orkesta Mendoza, una banda latina afincada en Tucson. Mucho más solemne y delicada es ‘Gernika’. Un inicio con acústica acompañando el lento brillo desolado de la eléctrica y una percusión seca y firme, como si pudiéramos sentir los estallidos con ella. Los coros parecen evadirnos de una triste realidad, coincidiendo con el cambio de tono menor a tono mayor.

Mucho fingerstyle en ‘Gypsy Lady’, caminando sobre el alambre fronterizo, entre jaleos y desarrollos armónicos festivos. Todo muy pasional y teatral. En ‘Gabo’ hay un sentido reconocimiento de folclore cantinero a Gabriel García Márquez. El corte tiene numerosos arreglos y ritmos, algunos más suaves, otros más agitados, como los pasajes de la vida en Macondo. El viaje del disco, claro, termina en la última estación. ‘Last Station’ es una despedida corta, casi con sonido de llamada de salida en su parte final. Toda la tristeza melancólica del adiós para un álbum que, una vez más, reafirma al Twanguero como un superclase de esos que no copan grandes titulares, pero que cualquier estrella querría tener en su banda. Como un Candy Caramelo al bajo o un Niño Bruno a la batería. Seguros de vida y calidad.

Lista de cortes – tracklist:

1. Electric Sunset
2. Raska Yú (con Ara Malikian)
3. Cumbia del Este
4. Viento de Levante
5. La Media Vuelta
6. Me Voy Pa’ La Tusa (con Orkesta Mendoza)
7. Gernika
8. Gypsy Lady
9. Gabo
10. Last Station