Fito & Fitipaldis. Almería, 15 de junio

Cuando alguien te ha hecho vibrar y sentir con intensidad con su música, uno siempre le guarda un irremediable cariño aunque, en algún momento del trayecto, tu camino y el suyo se distancien. Veinte años no son nada, dice el cantar, pero también dan para mucho. Para conexiones más o menos fuertes, momentos altos y bajos, como ocurre con cualquier interrelación personal y, por supuesto, en la relación que entablamos con el grupo en cuestión. Anoche, dentro de la selecta gira de ’20 Años, 20 Ciudades’, volvía  a ver a Fito & Fitipaldis ocho años después de mi última vez. Lo hacía esperanzado por el repertorio y con muchas ganas de reconciliarme con él. Quería volver a creer (a lo Expediente X) y me lo puso fácil. Un directo sin alarde de efectos, con una escenografía sobria pero lo bastante atractiva para que cada tema tuviera unas condiciones lumínicas distintas, una banda sin alardes de cara a la galería pero con una precisión de cirujano, un sonido de los mejores que recuerdo en los últimos años y, sobre todo, una actitud serena y agradecida, pero sin imposturas. Con la sabiduría que da el llevar más de treinta años en los escenarios y ser consciente del camino de un libro inacabado. (Fotos: Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería).

El encargado de abrir el espectáculo fue Muchachito, sin Bombo y sin Infierno en el nombre, pero sí en el escenario. Hombre orquesta con caja, bombo, bajo, charles, guitarra y demás aderezos para demostrar varias cosas. En primer lugar, su inmensa capacidad rítmica. En segundo lugar, la facilidad que tiene para enlazar temas a toda velocidad hasta el punto de despachar más de 20 canciones en menos de una hora. En tercero, su magnética atracción para, repito, él solo, captar la atención del público mientras suena casi mejor que muchas bandas y con una simpatía a prueba de infierno, que lo puso el sol que le atizaba de frente.

‘Sin Sentido’, ‘Aire’, ‘Azul’ o la más añeja ‘Si Tú Si Yo’ iniciaron su actuación, con puntualidad británica, a las 20.30 horas previstas, mientras los bares colindantes hacían malabares con la gente que quería cenar pero a la vez ver el partido del España con Portugal y llegar al concierto de Fito. ’La Noche de los Gatos’, ‘Luna’, ‘El Compadre’, ‘Te Perdí’ y ‘El Hombre Cabra’ sonaron en un nuevo bloque antes de que avisara que se la había acabado el repertorio en español e iba a empezar con el inglés, “pero como no se me da bien, mejor instrumental”, bromeó.

Para el tramo final, ya sin gafas de sol y con mucho más sudor, quedaría el canto de esperanza que es ‘Tiré’, las divertidas ‘Paquito Tarantino’ y ‘115’ o ‘Ruido’ y ese himno de bares de toda España que es el ‘Siempre Que Quiera’, más conocida (como el ‘Litros de Alcohol’ de Ramoncín) por su estribillo que por su título: “ojalá no te hubiera conocido nunca». Derroche y alarde físico de Muchachito, pese a que hace unos años se apuntara a una gira titulada ‘Del Deporte También Se Sale’), y agradecido tanto al gesto de Fito para invitarle a abrir todos los conciertos de la gira, como al público que lo prefirió al partido de la Selección.

Con la caída, al fin, de la luz, empezaba el concierto de Fito & Fitipaldis. Un divertido vídeo animando introductorio recordaba parte del pasado artístico del pequeño gran rockero. Discos de Platero y Tú en el coche, una lápida de Extrechinato y Tú (aquel proyecto coral de Extremoduro, Platero y el poeta Manolillo Chinato que dejó solo un disco para la historia del rock poético) y unos Fitipaldis que, cadavéricos, les esperaban para iniciar la gira de 20 aniversario. Así que, menudo en tamaño pero gigante en el carisma, Fito aparecería andando sobre las tablas canturreando el inicio de ‘Siempre Estoy Soñando’. Al poco, Daniel Griffin a la batería, Alejandro ‘Boli’ Climent al bajo, Javier Alzola al saxofón y otros instrumentos de percusión, y Carlos Raya a la guitarra se sumarían a la fiesta de un inicio contemporizado pero muy celebrado. ‘Un Buen Castigo’ y ‘Por La Boca Vive El Pez’ mantendrían el nivel muy alto. Un repertorio cimentado en 20 años de carrera, con temas recuperados y otros que no pueden salir del setlist, “no nos quitamos esta canción de encima”, diría antes de comenzar el medio tiempo ‘Me Equivocaría Otra Vez’.

Fito Cabrales, que demostró mantener una afinación y una voz incorruptible durante todo el concierto, con una claridad y perfección casi asombrosa por momentos (el toque arrastrado o contra-tempo de algunos versos dejaba claro a los incrédulos agoreros que sí, que cantaba en directo), cumple 20 años con sus Fitipaldis pero sabe que ese camino no lo ha hecho solo, sino rodeado de grandes músicos y otras bandas que le han influenciado en su carácter y en su camino. No faltaron esos temas, como ‘Quiero Beber Hasta Perder El Control’ de Los Secretos, que no sería el único. De hecho, tras ‘Lo Que Sobra De Mí’ y ‘Donde Todo Empieza’ aparecería la versión del ‘Todo a Cien’ de Lichis en los tiempos de La Cabra Mecánica.

Siempre agradecido, como Rosendo, tras ‘Garabatos’ volvería a la escena Muchachito, ya vestido de noche y oxigenado del sofocón de primera hora, para marcarse, a lo corro flamenco, el ‘No Soy Bo Diddley’ (otro homenaje a mayores) y ‘Me Tienes Frito’ con Fito y Alzola. Tras este pequeño tramo acústico, llegaría el momento de los invitados estelares de la noche. Y es que Fito en cada uno de los conciertos de estas dos décadas se acompaña de un artista de la zona. En Almería eligió a Fortu Sánchez, cantante de Obús, que vive en Almería desde hace tres años, donde se mudó “por ser un enamorado de la luz”. Junto a él, su inseparable Paco Laguna, guitarra ‘hacha’ de la banda madrileña. Leyenda del rock patrio, “ellos ya abrían camino para nosotros cuando yo era un chaval y escuchaba sus cintas”, confesó Fito. Fiesta explosiva y endurecida con ‘Dinero, Dinero’, idónea para que Fortu sacara galones de maestro de ceremonias y señor de los macarras. Genio y figura.

Uña y carne antes y durante la explosión popular de Extremoduro y Platero y Tú, Fito recuperaría su versión de ‘Deltoya’, de la banda liderada por Roberto Iniesta, tamizada de rocanrol clásico. Las más jóvenes ‘Entre La Espada y La Pared’ y ‘Tarde o Temprano’ servirían de puente, con las Fenders incendiadas y un Carlos Raya venido a más, hacia la escalada final con ‘La Casa Por El Tejado’ y ‘Antes De Que Cuente Diez’, con la que harían la retirada ficticia. Sentado sobre las escaleras y con acústica, Fito susurraría con emoción ‘Rojitas Las Orejas’ para después regalar la esperada ‘Soldadito Marinero’, coreado su estribillo una decena de veces en una comunión coral de las 7.000 personas presentes.

Para los bises finales, todavía quedaría la nueva versión del tema de Platero, ‘Entre Dos Mares’, tan épica y sentida, y la declaración de intenciones atemporal de ‘Acabo de Llegar’. Un acertado empujón final para poner jaque mate a la partida ganada, una vez más, con más corazón que pulmón.

A por otros veinte años.

 

Repertorio – setlist:

  • Siempre Estoy Soñando
  • Un Buen Castigo
  • Por La Boca Vive El Pez
  • Me Equivocaría Otra Vez
  • Quiero Beber Hasta Perder El Control
  • Lo Que Sobra De Mí
  • Donde Todo Empieza
  • Todo A Cien
  • Garabatos
  • No Soy Bo Diddley (con Muchachito)
  • Me Tienes Frito (con Muchachito)
  • Dinero, Dinero (con Fortu y Paco de Obús)
  • Deltoya
  • Entre La Espada y La Pared
  • Tarde o Temprano
  • La Casa Por El Tejado
  • Antes De Que Cuente Diez
  • Rojitas Las Orejas
  • Soldadito Marinero
  • Entre Dos Mares
  • Acabo De Llegar

 

 

Publicado el junio 16, 2018 en Crónicas Conciertos y etiquetado en , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 7 comentarios.

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