Fito & Fitipaldis – Cada Vez Cadáver
Bonita libertad la que te lleva a poder decidir el momento de sacar un disco, sin presiones del mundo exterior, ni agobios imperiosos por la necesidad. Una condición muy difícil de conseguir para buena parte de los artistas, más en unos tiempos en los que la venta de discos no es la de hace quince o veinte años, más todavía en el mundo del rock y que Fito se ha ganado a pulso con contrastados méritos a lo largo de su carrera. Siete años (uno más de lo que debería haber sido) han pasado desde que el pequeño gran artista bilbaíno publicara Huyendo Conmigo De Mí. Una espera que se ha hecho bastante más corta si tenemos en cuenta que a mitad del camino salió publicada esa excelente caja conmemorativa llamada Fitografía y que, con ella, la gira 20 años, 20 ciudades, con guinda final en el Royal Albert Hall de Londres. Cada Vez Cadáver viene a ser el Fito reconocible de siempre, ofreciendo una colección de canciones que nos suenan familiares desde la primera escucha, aunque no sea hasta varias escuchas cuando empiecen a quedarse en la memoria los estribillos, fraseos y puentes. No por ello significa que sea un álbum continuista porque a la séptima entrega desde el estudio con los Fitipaldis se le nota más nerviosa, más tensa y chispeante, quizá auspiciada por esa gira de fuertes emociones y sobre todo, por la forma de mezclar y grabar la voz, más cruda y natural. No está su habitual instrumental pero sí que está el sabor a blues y rock con olor a madera, a las melodías de riffs doblados o intrincados, acompañados del habitual saxo, las frases repletas de retruécanos y giros contrarios con las palabras y los sentidos y también la versión de rigor, en este caso Jorge Drexler, que entra a formar parte de la nómina de álbumes anteriores, con Los Secretos, Leño, Los Rebeldes, Extremoduro, La Cabra Mecánica, Krahe y sus propios Platero y Tú.
En los datos técnicos repasamos que el disco fue grabado en Estudio Uno en febrero de 2020. El propio Fito ha contado ya en varias entrevistas que cuando se despidió de Carlos Raya un fin de semana, quedaron para grabar coros a la semana siguiente… que nunca fue, puesto que acabó siendo la primera del confinamiento. Las grabaciones adicionales de esos coros se realizaron en Estudios Riff Raff, un año y poco más tarde. El propio Carlos, como viene siendo habitual, fue el encargado de la mezcla y la producción. La masterización es de Ted Jensen desde Sterling Sound de Nashville. El excelente diseño de la edición física es obra de Estudio Perkins, a través de las cadavéricas y sureñas ilustraciones de Juan Roller.
Fito Cabrales a la voz, guitarra eléctrica y acústica, se acompaña en esta nueva aventura de los Fitipaldis de los últimos 16 años, en el caso de Carlos Raya (guitarra eléctrica, acústica, barítono, vibráfono, mellotrón, percusión y coros) y 11 en el de Alejandro Climent ‘Boli’ (bajo, hammond B3 y acordeón), con mención especial para Javi Alzola (saxos, percusión y coros) que está desde los comienzos, y para Eduardo Giménez ‘Coki’ (batería y percusión) que fue confirmado como baterista del grupo para el disco y la gira en febrero de 2020 en sustitución de Daniel Griffin. Sobrada experiencia atesora para multitud de bandas y grabaciones, como MClan, sin ir más lejos.
Con estos mimbres, Fito se marca un disco en el que le reconocemos plenamente, tanto en la música como en los textos. Unas letras donde saca a pasear y relucir sus propias dudas como creador, como escritor, como personaje público (‘Cada Vez Cadáver’, ‘Las Palabras Arden’), como padre y pareja (‘A Quemarropa’), con sus miedos por las comeduras de tarro (‘Fantasmas’), a los recuerdos agridulces (‘Si Me Ves Así’), a la necesidad de la rabia (‘Quiero Gritar’), al reverso perverso de la vida bien exprimida (‘Cielo Hermético’, ‘En El Barro’), a la inevitable despedida (‘A Morir Cantando’, más poética que aquel lejano ‘El Funeral’).
El tema que da título al conjunto, ‘Cada Vez Cadáver’ nace, como ya ha explicado Fito en rueda de prensa y entrevistas posteriores, de mezclar una firma que ha venido usando en los últimos años con una carta de agradecimiento que le escribió a Quique González por hacerle recuperar las ganas de escribir canciones. Es un tempo lento de múltiples arreglos armónicos que se desenvuelven discretos, pero notorios, mientras que desarrolla el largo texto, que culmina con unos coros muy stonianos sobre el solo de saxo y guitarra. Una delicatesen con enjundia para comenzar que, sin duda, deja el listón alto.
‘Cielo Hermético’ aguanta la sucesión. Más allá de su fuerte carácter simbólico, ganado a pulso porque fue uno de los fragmentos compartidos por Fito en la etapa más dura del confinamiento hace ya casi un año y medio, la canción merece los galones porque pasa por ser una de las mejores creaciones del vasco en los últimos quince años. Aunque el armazón rítmico y la sonoridad de guitarras nos pueden recordar a los sempiternos Straits, lo cierto es que los coros y el tratamiento más moderno de algunos efectos vocales le confieren un punto oscuro, no muy frecuentado, que le sienta a Fito como un guante. Quizá esa tesitura más sobria y grave sea un camino a explorar de cara a la inevitable sesentena.
Con buena dinámica, ‘Fantasmas’ aligera y atempera la tensión con un aura country-sureña muy abierta y juguetona hasta incluso en la forma de masticar el fraseo. El tempo bamboleante se sucede de manera constante durante toda la canción, solamente alterado por un break de coros (fórmula también poco frecuentada) que sigue sumando pequeñas novedades al conjunto. Con bien de guitarras, ‘A Quemarropa’ vuelve a presentarnos otra generosa letra que, sin embargo, se ve superada en la entrega por el propio sentido del texto. Un bello canto de amor, de humildad y de entrega conyugal y filial. “Quiero decirte que yo contigo pude aprender lo grande del corazón, lo que se puede querer. Si a quemarropa me disparan me resbalarán las balas, siempre me salvas tú”. Y uno de esos juegos a los que hacía referencia arriba: “No te creas todo lo que piensas pero piensa todo siempre”. Los coros siguiente fraseo tras el primer estribillo también refrescan la canción, notabilísima a la postre.
‘Las Palabras Arden’ es uno de los cortes más áridos del disco, pero quizá de los más sobresalientes. Por lo críptico del texto, un ajuste de cuentas de lo más desencantado y un medio tiempo adusto. El vello se eriza con el crescendo vocal, tan poco frecuentado en los discos y que tan bien le sienta, y ese engarce de guitarra, seco y crudo. El solo que nos lleva hasta el final, bajando el volumen, son palabras mayores. En ‘Si Me Ves Así’ encontramos una suerte de balada creciente, desde la desnudez acústica inicial, a la explosión coral del estribillo y la coda que aúna solos de guitarra y saxo con los aullidos desde la barra de Fito.
El riff intrincado inicial de ‘Quiero Gritar’, que se repite entre los fraseos, nos lleva de las solapas desde su arranque, en un ejercicio de ritmo y estilo que pese a resultar un tanto lineal incluye un interesante diálogo de saxo y guitarra antes del último estribillo, vociferado como merece su título. Otro de los temas más celebrados del álbum es ‘En El Barro’, quizá porque puede que estemos ante ‘el más duro’ de la decena. Hasta el punto de que algunas rítmicas y la actitud pueden tener algo de esencia plateresca. Un rocanrol urgente pero sin por ello perder brío y músculo. El ingrediente que faltaba para hacer que este disco esté por encima de sus últimos hermanos mayores.
Los temas firmados por Fito llegan a su fin con ‘A Morir Cantando’, como decía ‘La Cigarra’ de Camarón, que viene a servir de ejemplo para demostrar que es posible hacer blues genuino y no por ello sonar excesivamente impostado. Por la letra, se intuye ver algún guiño a dos temas de su colega Robe, con los versos “va llegando el temporal y las olas van rompiendo”. Como colofón, la citada versión de Jorge Drexler en ‘Transporte’, que se mueve entre el country y la ranchera cantinera.
La edición física se completa con el DVD del documental 20 Años y Una Noche, del que ya escribimos aquí cuando se estrenó en Movistar. El pack con el vinilo incluye poster, matrícula, postales…
Que todavía Fito diga hoy, con la mayor de las sinceridades y sin falsa modestia, que no se considera una estrella del rock dice mucho de su concepción sobre cómo vivir la música, como un juego con el que disfrutar, no como una obligación. Solo nos queda que tenga razón con aquello de la gira, que compartirá esa bandaza llamada Morgan, que dice que solo hará si se puede realizar en condiciones normales, puesto que asegura que no hay ningún motivo científico para que los conciertos sigan siendo sentados y con limitaciones. Esperemos que tenga razón y que así sea. Será la prueba de que este covídico tiempo está dando sus últimos coletazos.
Nos vemos, antes de la gira, en los discos del año.
Lista de canciones – tracklist:
- Cada Vez Cadáver
- Cielo Hermético
- Fantasmas
- A Quemarropa
- Las Palabras Arden
- Si Me Ves Así
- Quiero Gritar
- En El Barro
- A Morir Cantando
- Transporte
Publicado el septiembre 30, 2021 en Críticas Discos y etiquetado en Cada Vez Cadáver, Críticas Discos, Fito & Fitipaldis. Guarda el enlace permanente. 7 comentarios.
Me parece un discazo
La instrumentación es un pepinazo
El tío se desnuda en las letras, humildad!!!
Vitaminico total
Me sorprende que la crítica no lo puntue más alto
Bueno, en cierta forma, es lo que se le reconoce. Notas aquí no damos. Lo que sí hacemos en enero es dar nuestros oros, platas y bronces en ‘los discos del año’ y te avanzo que tendrá medalla seguro. ¡Salud y gracias!
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