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Robe. Gira Ahora Es El Momento. Granada. 4 de septiembre
Y la música habló. Y de qué manera. Granada fue el lugar en el que Robe volvía a subirse a un escenario, cuatro años después de la conclusión de la gira Bienvenidos Al Temporal. Cuatro años, “unas Olimpiadas” me decía él en la primera de las entrevistas que ha concedido estos días. Por el camino, un disco que, más que nacer, brota por sí solo y que mantiene guardado porque entiende que es necesario despedir antes el nombre de Extremoduro. Después llegaría la pandemia, los confinamientos y situaciones nunca antes vistas en nuestro pasado reciente contemporáneo y muchas incógnitas sobre cuándo se volverá a la normalidad. Si es que un día se vuelve… Y si es que lo de antes podría denominarse ‘normalidad’. Pero ese es otro tema. Cruce y desavenencias públicas en torno a los aplazamientos y finalmente cancelación definitiva. Un álbum sobresaliente. Una colección de fechas con los dedos cruzados y con el móvil siempre al lado por si cambian de un día para otro las circunstancias en el territorio del concierto. Una locura, parece que poco transitoria. Granada abrazó a Robe y su banda, objetivamente impecable y deleitante con un ‘entradas agotadas’ que casi acabó siendo doble, después de que se ampliaran las localidades tras la primera estimación de aforo. Valencia y Madrid han seguido el mismo camino y todo apunta, después de lo vivido anoche y cuando empiece a funcionar el boca a boca, a que todos los conciertos van a tener el mismo resultado. El espectáculo, sin el menor atisbo de duda, lo merece. Una hora y cuarto para la primera parte, algo más todavía para la segunda. Más de dos horas y media (sin contar el parón) con la magia de un hombre que ha tomado una decisión valiente, dolorosa para miles de seguidores, y que va a obtener en esta gira la mejor de las recompensas: el triunfo de la música. Porque anoche la música habló. Y de qué manera. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión. Las fotos se pueden usar libremente citando de manera obligatoria el autor y el medio de comunicación al que pertenece).
Lee el resto de esta entradaRobe – Mayéutica
Podría haber escrito esta crítica en la tarde del pasado jueves, 29 de abril, pero creo que a las cosas hay que darles el trato, el mimo, el cuidado y la atención que merece lo que te están ofreciendo a cambio. Por una cuestión de justicia. Imaginen, si no, en una relación interpersonal, si la respuesta a la entrega y necesidades de uno es la indiferencia del otro… No hay igualdad ninguna, ni quien lo soporte. Y hay mucho que comentar de la obra, además de por el contenido en sí mismo, por ese otro inevitable ejercicio de escudriñamiento entre si Extremoduro o Robe y demás zarandajas. Aunque esta vez ha sido incluso el propio autor quien lo ha acentuado si tenemos en cuenta que explica en el libreto que el álbum nace como continuación de La Ley Innata, posiblemente, el mejor disco de la historia del rock español. Yo, que ando en muchos foros, grupos y demás historias sobre Robe y Extremoduro, llevo varios días leyendo opiniones más o menos cabales, más o menos argumentadas, fervorosas, meditadas, vomitadas, irracionales en el haterismo o en la devoción más entregada, he intentado construir un discurso lo más personal posible sobre todo lo que se esconde detrás de este Mayéutica, que tan directamente me ha dado en la línea de flotación de un barco que ya andaba a pique. Por cierto, título que, de alguna manera, os esbocé con varias pistas muchos días antes de que el dibujo completara sus letras y que otros aprovecharon de ellas sin citar la fuente (debe una cosa en desuso, como tantas cosas que nos han restado valor y respeto como sociedad). Ahora que están calientes los dedos buscando el significado de palabras como mayéutica o catarsis, les ayudo, deontología se llama. Dicho esto, vamos al lío. (Por Javier M. Alcaraz @elchayi)
Lee el resto de esta entradaEntrevista a Robe: “Me interesa más la canción en sí que el estilo”
Como una tormenta perfecta, como una pequeña bola de nieve que comienza a rodar por la cima hacia el desfiladero, como un efecto mariposa… el proyecto de Roberto Iniesta al margen de Extremoduro fue cogiendo cada vez más poso y lo que era un ejercicio de loca valentía, con el primer álbum, ganó hechuras de directo en el segundo álbum, hasta lanzarse a una gira, primero en teatros (otra apuesta sin coraza ni armadura) y después al aire libre. Piedra con piedra, pluma a pluma, Robe volvió a conquistar una vez más a su público y a otros nuevos hasta el punto de acceder a registrar varios de sus conciertos para su edición posterior en DVD. Como guinda, se cruza por el camino la posibilidad de hacer un estreno en cines y El Dromedario Records se lía la manta a la cabeza hasta desembocar en un preestreno de esos con alfombra roja y una colección de músicos y artistas invitados que podría ser impensable hace apenas una década. Rompiendo fronteras, como siempre, Robe accede a que lo entreviste por tercera vez en poco más de tres años. Como diría El Duende del Parque, demasiado para mí y lo que hubiese soñado nunca. Que la disfruten.
Robe – Bienvenidos al Temporal
No hay duda en este caso de si fue primero el huevo o la gallina. Robe lo dejó claro en la rueda de prensa que ofreció el pasado miércoles, horas antes del preestreno en Callao, al que no pude asistir, pese a la doble invitación, por eso de las obligaciones laborales. Primero fue la idea de grabar un concierto para un DVD, luego se decidieron grabar tres y, una vez hecho, lo de la exhibición en cines fue “un regalo, que no costaba nada”. Bueno, relativamente. Porque la proyección se anunció sin conocerse que después el directo estaría disponible. A buen seguro, la gran mayoría de los asistentes anoche a los Yelmo y otros adheridos hubiese ido a las salas sabiendo que después estaría a la venta (me incluyo), pero no decirlo hasta unas horas antes podría haberse evitado, por aquello del no darle motivo de espuma rábica a los haters, tan ávidos siempre de carnaza. Pecata minuta, en cualquier caso. Sobre todo porque, igual que cuando calla el cantor calla la vida, cuando suena la música todo deja de tener más significado que el del placer para los sentidos. Y Bienvenidos al Temporal lo ofrece de manera sobresaliente, aunque se queda a las puertas de la matrícula de honor.