XXXI Candil Rock, 30 de junio
Heterogéneo como siempre en su propuesta, el campo de fútbol de San Pablo, en Huércal de Almería, recibió este sábado una nueva edición del Candil Rock, uno de los eventos festivaleros de un solo día con más solera de todo el circuito. 31 años le contemplan y un historial envidiable. Una nómina que este año se engordaba con Siniestro Total, banda poco frecuente en la zona (la última vez que los vi por aquí fue en un concierto junto a Burning, Loquillo y La Endémica Louise, allá por 2011), Guadalupe Plata (a los que vi en formato más reducido hace un par de años en Madchester Club), la banda de soul catalana con cantante mozambiqueña, The Excitements, y los locales Leña, un tributo al grupo de Rosendo, Penas y Urbano. Un cartel que podríamos denominar ‘sobrio’ y ‘técnico’ con respecto a otras ediciones pero que, dada su gratuidad, volvió a garantizar una buena entrada y que las nuevas generaciones, ahora en la infancia, vayan tomándole el gusto a esto de una velada de música en directo, que así se empieza. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión).
Los encargados de abrir el fuego fueron la banda local Leña, de reciente constitución, puesto que su primer concierto fue en verano de 2015. Sus componentes han pasado por otras formaciones de la zona, de variable suerte, como Palofumeke, Rolaje, Eskandalera, Lola Punk o Acebutxe y, la más conocida por los alrededores Tyrano Banderas. Una propuesta apreciada por el público, sobre todo para los que han visto al Candil desde los ochenta, por lo nostálgico del repertorio. Aunque ya sabéis que aquí de tributos no solemos hablar, aunque respetamos su trabajo, faltaría más.
Buena racha en los últimos conciertos con esto de la puntualidad (se ve que la cuota anual de atrasos en el inicio ya lo cubrimos con el problema padecido por Stravaganzza en el Viña), puesto que a la hora fijada (22.50) comenzó el rítmico trío de Úbeda, Guadalupe Plata. Una banda a la que da gusto ver. Por muchos motivos. Principalmente por la calidad que atesoran. Pero también por esa capacidad de destilar un rockabilly y surf pantanoso, manteniendo los cánones del género de manera respetuosa y divertida.
Canciones de escasa letra, como excusa para realizar ejercicios rítmicos que Tarantino firmaría para cualquier película. ‘El Boogie de la Muerte’, ‘Hoy Como Perro’, ‘Rata’, ‘Huele A Rata’ o ‘Tengo El Diablo En El Cuerpo’ son alguno de los ejemplos mostrados.
Pedro de Dios en la guitarra y voz, Paco Luis Martos con su barril de zinc, palo y cuerda como bajo, entre otros, y Carlos Jimena, a la batería, ofrecieron otra lección de estilo atemporal. Tanto como su ‘Milana’ de Los Santos Inocentes o la ‘Calle 24’, blues primigenio y añejo de Charlie Patton o Elmore James en una canción infantil. ‘Lorena’ o ‘Baby Me Vuelves Loco’ sonarían en la parte final de una actuación que quizá se hizo más fría por el gran escenario, en comparación con el rollo íntimo y genuino que transmiten en las distancias cortas.
De nuevo respetando el guión, Siniestro Total salieron a escena tras su doble intro. Reconozco que puedo no ser del todo objetivo con ellos, por los motivos que ya he escrito en numerosas ocasiones, el que el Menos Mal Que Nos Queda Portugal sea uno de mis primeras obsesiones musicales gracias a mi hermano mayor. Pero, despojando al máximo las connotaciones personales, considero que es un magnífico ejemplo de cómo madurar en el mundo del rocanrol (¿envejecer? Nunca). Siniestro ni quiso, quizá también ni pudo, mantener el tempo y las formas ligeras de los primeros años más salvajes. Su rock perdió en el DNI el punk pero ganó el blues. Y con ello una elegancia en las formas que le dan otro cariz a los himnos de siempre. El ‘Rock En Samil’ ramoniano, la recuperada ‘Luna Sobre Marín’, aquí de Dead Kennedys, ‘A Casa’, el ‘Ay, Dolores’ o ‘Camino de la Cama’.
Con más de cien canciones en su haber, tan buenas sus adaptaciones como sus originales, Siniestro tiene mucho y bueno donde elegir. Tras ‘Síndrome De Estocolmo’, cantada por Javier Soto, llegaría la versión “del poeta Fortu” en ‘Vamos Muy Bien’, la añeja ‘Vámonos Al Kwai’ y las celebradas ‘Diga Que Le Debo’ y ‘Todo Por La Napia’, brillante en su empaque de metal del saxo de Jorge Beltrán. Disertaciones políticas para ajustar sonido, guiño a César Strawberry por el camino, fina sorna e ironía gallega de Julián Hernández, siempre fiel a su papel, como demuestra en letras como las de ‘España Se Droga’, ‘La Paz Mundial’, ‘Chico De Ayer’, la más joven de la lista, y el ‘Alégrame El Día’ taurino.
A destacar también la solvencia de Andrés Cuña en la batería, en sustitución temporal de Ángel González. Tras más de una hora de actuación era el momento de pagar el peaje hacia el infierno. Rock desbocado con el tema de Undertones, ‘Sobre Ti’, en la voz de Óscar Avendaño, para continuar con ‘Opera Tu Fimosis’, el canto nostálgico de ‘Minha Terra Galega’ de Lynyrd Skynyrd, el azufre en el aire de ‘Cuánta Puta y Yo Que Viejo’ y la hímnica ‘Ayatolah’. Para los bises (sin paripé de ausencia) restaron la stoniana ‘Bailaré Sobre Tu Tumba’, la retórica ‘¿Quiénes Somos? ¿De Dónde Venimos? ¿Adónde Vamos?’ y, de guinda, el ‘Somos Siniestro Total’, con las Gibson bien calientes del trasiego eléctrico alterno y continuo.
PD: Feliz cumpleaños, Julián.
Soul y rhythm and blues a raudales para terminar la velada, ya en la madrugada con Koko Jean Davis liderando a una banda de auténtica altura (Albert Greenlight y Adrià Gual en las guitarras, Daniel Segura al bajo, Jordi Blanch en el saxo tenor, Nicolás Rodriguez-Jauregui en el saxo barítono y Marc Gómez en la batería. The Excitements, que en su trayectoria casi ha dado más conciertos fuera de España que dentro, es un grupo de auténtico sonido retro y vintage. Una elegante y enérgica propuesta para terminar, con una hipnótica puesta en escena en temas como ‘Back To Memphis’, ‘Breaking The Rule’, ‘The Mojo Train’ o ‘Let’s Kiss and Make Up’. Puro fuego y honor a la Motown. Quizá lo suyo hubiese sido alternar el orden con Leña, pero al final es una cuestión de gusto.
Candil Rock, a ver qué nos traes para la 32ª.
Publicado el julio 2, 2018 en Crónicas Conciertos y etiquetado en Candil Rock, Crónicas Conciertos, Guadalupe Plata, Siniestro Total. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
Pingback: XXXIV Candil Rock 2022. El Drogas, Casino y Los Tiki Phantoms | RockSesion