Sínkope – Adicción Limitada

Dice Juan Puchades, un periodista musical al que siempre es aconsejable leer, que en el rock español se comete ‘el pecado’ de tener la concepción de la grabación de un disco en directo como una noche medida, con invitados y colaboraciones especiales, y toda esa parafernalia que adorna las discografías de numerosos grupos. Sínkope tiene un directo así, ¡¡¡Gracias!!!, lanzado en mayo de 2016, hace ahora casi tres años. Sigue diciendo Puchades y estoy de acuerdo con él en que es sano que las bandas y artistas se graben en las giras, que lo compartan. Y que considero que no hay mejor biografía que poder tener testimonio fidedigno de cómo era cada gira, que qué arreglos llevaban esta canción, de cómo ha ido evolucionando con los tiempos. Es un recuerdo para quienes vivieron la gira y es una oportunidad para a quienes se les haya escapado, por fecha o geografía, un determinado tour. El ejemplo más claro de ello es Enrique Bunbury. Prácticamente no hay disco en estudio que no tenga su posterior trabajo en directo (de hecho, ya nos viene a la vuelta de la esquina el California Live!, correspondiente a su Expectativas Tour). Todo esto para contar que encuentro plenamente satisfactorio que una banda como Sínkope haya sorprendido (por lo infrecuente) con un nuevo trabajo en directo. Aunque sea una edición modesta y numerada. Adicción Limitada recoge cinco temas del último disco en estudio –El Parque de los Poetas– (un punto a favor para comprobar cómo suenan para quienes no hayan podido escucharlas en vivo todavía) y un inédito.

Ayer hablaba de Marea como el alumno más aventajado del rock poeta que de alguna manera vino a instaurar Extremoduro como tótem del género. Menos populares, con cifras de venta y repercusión más modestas creo que, honestamente, Sínkope no les va a la zaga. De hecho os diría que en la forma de escribir se parece más Vito a Robe que Kutxi, sobre todo en términos narrativos. Romero es maestro de la palabra pero tira más de la sonoridad del lenguaje, buscando el estruendo en la palabra, la rareza en el verso, influencia de Rosendo, especialmente. Vito es más bucólico y es en el desarrollo de historias completas por canción donde pone el punto diferencial. Es cierto que a veces comparten recursos literarios, pero, en cualquier caso, son perfectamente reconocibles y no tenemos por qué tener que elegir. Tenemos la suerte de que los tres han decidido usar su pluma a beneficio del rock.

Dicho esto, en este Adicción Limitada encontramos a una banda que sigue mutando y adaptándose al paso del tiempo, sin que los cambios de integrantes haga padecer a un sonido de guitarras briosas, de guitarras omnipresentes, que nunca rehúyen el combate. Además, tenemos la suerte de que el citado El Parque De Los Poetas nos ha devuelto al mejor Vito, después del desliz del irregular (con perdón) Museo de Rejas Limadas. Superando el Cuando No Te Pones Falda, igualando, diría yo, el Humo de Contrabando.

El álbum (CD+DVD) fue grabado en directo en La Pájara Zona Creativa de Mérida el 28 de octubre del pasado 2018. Fue mezclado y masterizado en Sonak Estudios, también en la localidad emeritense y el grupo estuvo formado por el mismo que registró su último de estudio: Vito Iñiguez (Voz), Maikkel ‘Bass’ Álvarez (Bajo), Alberso David (Guitarras) y Ferdi ‘Gato’ Hernández (Batería) y Woody Amores (guitarras). Además, cuentan con la colaboración de Lucía Mínguez en el violonchelo.

Salvando las distancias estilísticas, el DVD recuerda en cierta medida al de Desakato en Antártida o Jam Fuzzion Klan de Estirpe. Se abre con ‘Los Bichos Que Alimento’, un corte de riff y golpeo metalero, con ligeros toques épicos que derivan en fiesta en la repetición final del verso. ‘No Me Desates’ refuerza la magia original de la entrada, en diálogo entre voz y guitarra y que emociona con la incorporación de la segunda. ‘Pan de Besos’ se despliega como una balada majestuosa, casi de hechuras heavies, si no fuera porque la rugosa voz de Vito la mantiene firme. Bien solventados los coros y segundas voces en la parte final, pues no olvidemos que en la versión de estudio se encargaba de ello Lorenzo, segunda voz de Robe.

Manteniendo el tono circunspecto, ‘La Tasca Donde La Poesía Es Bebía’ endurece las formas para uno de los trallazos más inmediatos del joven repertorio. Pero si hay una canción que sale beneficiada de este disco es ‘Si Querer Me Va a Doler’. La acústica de la versión de estudio da paso aquí a una distorsión sutil que nos recuerda el sonido de los mismísimos Héroes del Silencio, especialmente cuando se incorpora la batería. Los arreglos han hecho crecer a la canción hasta el punto de que tiene hechuras de himno insolente al tiempo. La magia del estribillo se refuerza con un Alberso especialmente atinado en los coros.

Y era difícil, pero el tema inédito mantiene el nivel. ‘De Vuelta De Ná’ nos regala un violonchelo infrecuente para la banda, que abre la puerta a muchas posibilidades de futuro. El hecho no es baladí si tenemos en cuenta que en la rueda de prensa de presentación del álbum le comentaron la opción de añadir cuerdas a su música. No terminaban de verlo, pero aquí está. Por cierto, verso a la yugular: “yo no estoy de vuelta de ná, pero sé mandar a hacer puñetas a quien, siendo copia, se venda como original”.

Nos vemos en el Viña, compañeros.

 

Lista de canciones – tracklist:

  1. Los Bichos Que Alimento
  2. No Me Desates
  3. Pan De Besos
  4. La Tasca Donde La Poesía Es Bebía
  5. Si Querer Me Va a Doler
  6. De Vuelta de Ná

 

Publicado el abril 16, 2019 en Críticas Discos y etiquetado en , , , , , , , . Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.

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