Lepanto – El Duelo
No hay quinto malo y, tal y como anticipé en la crítica remember del pasado viernes, ‘la semana localista’ tendría en esta tercera de enero un ‘bonus track’. Así, tras abordar la pasada semana los últimos lanzamientos de los almerienses Juan Trece, Antonio Álvarez, JJ Fuentes y Los Ruina, y dedicar la crítica remember de los viernes a El Lunático, este lunes ofrecemos un último guiño local a Lepanto, el nombre artístico bajo el que encontramos a Manuel Carmona Peláez, otro de los músicos del circuito de la ciudad, en el que lo hemos visto actuar con bandas como Cables Cruzados y, posteriormente, Casino, de quien escribí aquí también con motivo del lanzamiento de su primer larga duración titulado Mentiras Maquilladas. Un disco que, además, sale a través del también sello almeriense Clifford Records, de quien hemos escrito aquí en numerosas ocasiones, con distintas críticas de The Dry Mouths, Los Summers, Leone, Superfortress, Sölar y conviene recordar que fueron casi descubridores de Viva Suecia y que también trabajaron a bandas como Los Glosters. En Lepanto, Manuel Carmona se aleja de los riffs y hechuras stonianas y, por derivación, de Burning y abre un universo algo más accesible y popero, entrando en unas sonoridades juguetonas que le acercan al indie, pero sin que por ello se resienta el empaque de la base rítmica y una guitarra eléctrica muy contundente y muy en primer plano. Una propuesta que viene, en esta segunda entrega, de mano de un EP conceptual, donde se abordan distintos finales de ciclo… Amistad, trabajo o amor, todo ello revestido de un ropaje de videojuego arcade y bastante frescura.
El Duelo vio la luz en el último trimestre del pasado año, apenas seis meses después de Adicción, otro EP que vino a ser la primera toma de contacto en solitario de Carmona, entonces producido por ese tótem que aparece por aquí de vez en cuando que es Paco Loco. (Su última aparición fue en los últimos días de diciembre al hilo del último EP de Enrique Bunbury, El Puerto).
En esta ocasión el disco ha sido grabado y mezclado de manera íntegra en los estudios La Viña de la localidad jiennense de Baeza, con Javier Valverde a los mandos, otrora ‘culpable’ del sonido de sus vecinos Supersubmarina. “Ha sido todo un acierto contar con Javier para este disco. Nos hemos entendido perfectamente y desde el primer día tenía la sensación como si le conociera de toda la vida, como si estuviera en casa”, dice al respecto Manuel. El propio Javier ha grabado algunas guitarras y también se ha contado con la colaboración de Juan Morales y Fran E. Lara para las baterías y de Violeta González para el chelo, haciéndose cargo Manuel Carmona del resto de grabaciones del álbum.
En la hoja promocional, Manuel detalla que “las canciones se grabaron en dos sesiones: una en enero, que sirvió como primera toma de contacto con Javier y en la que se grabaron dos de los cortes del disco; y la otra en agosto, donde se completó el resto de la grabación. Es por ello que hay dos bateristas para cinco canciones”.
El disco se presenta como conceptual, ya que el argumento de las letras gira alrededor de las rupturas. Sea con el trabajo (‘Hazlo’), con el amor (‘San Martín’), la amistad, la vida o el propio ánimo. Para terminar de revestir el concepto, Lepanto apuesta por una visualización de todo ello como un juego. “Un buen día al volver a casa, vi en una tienda una máquina recreativa y pensé en la idea de visualizar el disco como un todo que contestara a la trama de un videojuego. Es como una partida de aquellos juegos Arcade de los 80, en los que el ritual comenzaba cargando la cinta en el Spectrum y que acababa irrefutablemente con el clásico game over. Y entre medias, una serie de pantallas y retos por conseguir, que podría ser el símil perfecto de los estadios emocionales que presentan la ruptura y en consecuencia el duelo. La ruptura representa un error en tu vida normal hasta ese momento, dando lugar al comienzo de la partida, donde en cada pantalla hay una serie de retos a superar. Todo ello finaliza cuando el duelo acaba, estás curado y vuelves a la vida normal”, explica.
Se abre, por tanto, el álbum con ‘Load’, una intro que se asemeja a la inserción del cartucho en la consola de videojuegos que da paso a una contundente entra rítmica en ‘Hazlo’. Una melodía de guitarra más abierta nos antecede a la línea vocal del fraseo ligera y bien enlazada hacia un estribillo enérgico y optimista. “Hazlo y vuela alto”. Una suerte de eterno retorno para empezar siempre con las fuerzas renovadas, excelente piedra de toque.
‘Tu Tiempo’ se mueve en una tesitura más aguda, casi en falsete, y, de añadido, se cuenta con la colaboración de un tramo rapeado de Rofo Lôquemor en un corte a caballo entre el funky y el dream pop. ‘San Martín’, con bien de bajo y batería en el fraseo, hace un divertido símil entre lo del cerdo y el despecho previo al fin de una relación y aunque la tónica general es popera, en la segunda parte, tras el solo de guitarra, la coda se endurece.
Casualidad o no, ‘Mi Capitán’ arranca con un riff y una percusión que nos recordará claramente a dicha banda, de la que hemos escrito aquí con sus dos discos (Drenad El Sena y Un Tipo Por La Salud Del Imperio). Otro riff chispeante da lustre a un tema muy rítmico y pegadizo, que no rehúye el cuerpo a cuerpo entre guitarras, baterías, teclados y línea de bajo y que fundamenta el grosor rockero del que hablaba más arriba. El delicado medio tiempo de ‘Pretérito Imperfecto’ completa el quinteto de canciones, con sabor a pop noventero, para despedirnos con el ‘Game Over’ a modo de outro.
Lepanto presenta así una más que digna colección de canciones que, sorprendentemente, convencen en su sonido aguerrido pese al descaro melódico, con buenas letras y más que solvente ejecución.
Lista de canciones – tracklist:
- Load
- Hazlo
- Tu Tiempo
- San Martín
- Mi Capitán
- Pretérito Imperfecto
- Game Over
Publicado el enero 17, 2022 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, El Duelo, Lepanto. Guarda el enlace permanente. 3 comentarios.
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