Menta – Un Momento Extraño
Sigue empeñado Sonido Muchacho en convertirse en uno de los sellos discográfico con mejor cartel de los que se puede echar hoy uno a la oreja en estos tiempos convulsos. A saber: Airbag, Carolina Durante, Cariño, Depresión Sonora (hablaremos de nuevo de ellos en unos días), Hinds, Javiera Mena, Judeline, Kokoshca, La Bien Querida, La Trinidad, Los Punsetes, Mujeres… y un largo etcétera del que hoy nos centramos en Menta, el quinteto madrileño que le dio por debutar cuando estábamos todavía noqueados por el confinamiento (junio de 2020) y que tras varios singles y un epé que ejerció de laboratorio de ensayo, afinan mucho más el tiro en este larga duración que viene con diez temas muy aprovechables. Después de ese primer aperitivo en el que Carlos Hernández quiso revestirles de un atisbo de modernidad homogénea, con sintes y rollito indie al uso, la banda acierta en la ironía de limpiar las producción de aderezos que no van con ellos para ensuciarlo a guitarras, graves y atmósferas más densas y opresiva y una marcada querencia por el estruendo de banda de toda la vida (no en vano se forjaron en local de ensayo de Vallecas y se dejaron 300 euros en su primera maqueta). Aquí con post punk, allí con rock, por aquí más melancolía de madurez precoz por allí rebelión gamberra propia de su todavía juventud no disfrutada por eso… Por un presente que es la continuación perversa de la sucesión de crisis que se vienen desarrollando una tras otra. De valores y de empatía de paso por el camino. Un álbum que refuerza ese desencanto generacional que tan bien y también viene haciendo Biznaga y que suma con Menta una nueva bala para la ruleta.
Un Momento Extraño viene producido por Raúl Pérez y el quinteto sigue estando conformado por Lucas Sierra al bajo, Pedro del Pozo a la batería, Nico Rubio y Rodrigo Godoy a las guitarras con Cristina Mejías “Meji” a la voz. Dicen que cierta actitud arrebatada y pasional le viene por su pasado inicial en el mundo del flamenco, el caso es que, sin duda, es otro de los puntos fuertes del sonido del grupo, como puede pasar con Ariadna de Los Punsetes, Cristina de El Columpio Asesino o Isa de Triangulo de Amor Bizarro.
La canción se abre con la polaroid en toda regla de “Fatal, Gracias”. Un tema en el que un riff apunkado derrocha nihilismo como ocurre con el sempiterno «no hay futuro, no hay mañana» en una sinfonía de ruido desde la base rítmica y el rugido de guitarras. “Lo Que Me Falta” se mueve en terrenos del indie noventero (esto es, bastante distinto al que se entiende por el de hoy, a su vez ya en fase de extinción gracias al agotamiento de sus clones), una letra que juega entre la declaración de amor más redentora y desgarrada con la sinceridad y avisos más clarificadores. Pura víscera.
Bajando un tanto el pistón en su entrada, “Ya No Te Quiero Más” juego con una sonoridad de guitarras de nuevo bastante retro, como los que suele manejar también en los tempos medios y lentos otras bandas recientes y recomendables como Mausoleo. Es una de las canciones más declamadas y límpidas en lo vocal en el fraseo, pero muy intensa y brutal en su estribillo, que parece la continuación fatal de la historia de amor anterior. Los sentimientos y sensaciones que promueve este Un Momento Extraño quedan de nuevo clarificados con “Perro Dolor”, un corte en el que, ahora sí, despliegan un medio tiempo eminentemente rockero, hasta con algún puntito stoniano, si me apuran. “Segunda Parte” vuelve a entrar con un riff de aire épico y rockero, con algo de “Born To Run” ahora con esto del «y ahora corremos, corremos hacia el mar». El texto refleja a la perfección el descreimiento absoluto cuando uno está acostumbrado a que le caigan hostias tarde o temprano: « Todo está de puta madre, tengo la suerte de mi parte. Me paro y lo pienso. Tengo miedo. Es perfecto. A ver cuándo se joderá todo esto».
La ‘cara B’ del álbum se abre con “Ibuprofeno Normon 600 mg”, una enésima revisión de aquello del “noche de desenfreno, mañanas de ibuprofeno” que hiciera más o menos oficioso Rulo y La Contrabanda en “El Mejor Veneno”. Más que la vívida recreación del costumbrismo resaquil (también emocional), destacan las líneas melódicas vocales y un intento por agilizar los tempos en algo más previsible. Con una guitarra tintineando muy afilada sobre el tempo sobrio de la batería, “Algo Incómodo” derrocha post punk que parece andar en todo momento en una contención sobre el filo de la navaja, que acabará liberándose, por sorpresa, en un estribillo donde entrarán coros bulliciosos.
En el trío final, “La Última Que Te Hago” tiene en su texto unas hechuras de balada que, en la forma musical, se intenta reforzar en un trampantojo que, quizá, aumenta la sensación del patetismo que busca la propia letra: «A no sé cuántos pies de Madrid predigo la hostia, me voy a arrepentir, la verdad no me importa». El desarrollo instrumental final se hará puro shoegaze. Como un gran punto diferencial, Meji cedé el protagonismo vocal a uno de sus compañeros en «Consecuencias», un tema que destaca por el riff hipnótico y adictivo de guitarra, que se arrastra en un marasmo de post punk intachable. El cierre llegará de la mano de «Un Llanto», ahora sí, la canción más reposada del todo el conjunto, puro dream pop, en el que Menta nos ofrece una pista de aterrizaje suave para el convulso viaje.
Una más que solvente primera piedra de toque para una banda a la que le marcamos la pestaña de seguimiento ante lo que puede ser otro bastión más de la defensa de las cruentas guitarras de toda la vida en la música popular, en contra de los sonidos disparados y sintéticos.
Lista de canciones – tracklist:
- Fatal, Gracias
- Lo Que Me Falta
- Ya No Te Quiero Más
- Perro Dolor
- Segunda Parte
- Ibuprofeno Normon 600 mg
- Algo Incómodo
- La Última Que Te Hago
- Consecuencias
- Un Llanto
Publicado el noviembre 2, 2022 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Menta, Un Momento Extraño. Guarda el enlace permanente. 1 comentario.
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