Rozalén – Matriz
Que Caín y Abel debían ser españoles lo sabemos desde los tiempos en los que Barón Rojo, mucho antes de que su letrista y bajista perdiera los papeles, los convirtió en una de las canciones más simbólicas y generacionales de los ochenta con aquel “Hijos de Caín”. Vivimos en un país en el que por hacer daño al gobierno de turno se vota en contra de percibir ayudas europeas, se critica a un seleccionador de fútbol hasta el punto de querer que nos eliminen cuanto antes en cualquier competición (véase ese mundial recién inaugurado que tendría que haberse evitado hace años, no ahora, con las prisas) o, también, echando por tierra la incuestionable variedad y riqueza cultural que tiene, como si el hecho de tener una naturaleza heterogénea fuese una rémora en lugar de algo de lo que presumir. Rozalén, en su valiente manera de ver la vida y la música, ha hecho el disco más anticomercial que podría haberse planteado, por una cuestión de necesidad personal y emocional. Ha cogido muchos de los folclores de nuestro país sin aderezos ni concesiones a sonidos de moda, canta en euskera, en catalán, en gallego, en asturiano y en español (como a su manera ya hiciera Def Con Dos en aquel hedonista ejercicio de reivindicación de las cuatro lenguas que fue “De Poca Madre”), rodeándose de colaboraciones a la altura, recupera coplas como guiño a sus familiares perdidos en los últimos tiempos, canta a su tierra y además ahonda un poco más en su vertiente republicana, como ya dejara claro con “Justo”. Imagino que el jefe de producto de Sony se llevaría las manos a la cabeza cuando se le pusiera la idea encima de la mesa, pero lo cierto es que, en tiempos de medianías, es un gesto de amor inmenso a las propias convicciones y, claro que sí, a nuestras raíces.
Rozalén ha contado con las colaboraciones especiales de Rodrigo Cuevas, Tanxugueiras, Ronda de Motilleja, Sílvia Pérez Cruz, La Ronda de Boltaña, Fetén Fetén, Eliseo Parra, La Mare, María Ruiz, La Jose y Collado. Además de Ismael Guijarro a los mandos de la nave (aunque la producción se reparte en función de los colaboradores), también aparecerán, dependiendo de la canción, Fernando Iglesias a la guitarra, Oliver Martín a la mandolina, buitarra, bouzouki, tres y timple, Álvaro Gandul en acordeón, teclado y piano, Guillén Aguilar al bajo, Xavier Lozano a la flauta, Xavier Díaz a la pandereta, Pablo Martín y Sebastián Merlín en la percusión, Yelsi Heredia al contrabajo, coros de Adri Soto, Judith Tobella, Manu Pilas, Gael Hidalgo, Zoe Carrasco o los hermanos flamencos Los Mellis y todo un grupo sinfónico para “Pichi 2.0”.
Los fandangos, como la jota, es una de las canciones del folclore más diversas y variadas para todas las regiones y es “el palo” escogido para abrir la veintena de cortes, con “Te Quiero Porque Te Quiero”, en una vertiente que se mueve entre lo asturiano, gracias a la colaboración del muy recomendable Rodrigo Cuevas (aunque se haya perdido por el camino el aporte electrónico que le suele acompañar y que tiene su cota máxima en ese disco con Raül Refree), pero con ligero toque flamenco (no olvidemos que ya el garrotín ya es de por sí un canto ‘mestizo’). Emocionante y de lo más excepcional del álbum es la belleza en la pena de “A Virxe Do Portovello”, un rezo marinero de las mujeres cuando sus parejas salían a faenar durante días. Las armonías vocales de Tanxugueiras y la solemnidad, sin aderezos, es abrumadora.
Entre las colaboraciones estelares, sin duda, la de Sílvia Pérez Cruz, a quien tanto apreciamos en esta casa, en “Amor Del Bo”. Una habanera de sonoridad abierta, animosa en su coda, en un canto de honor al amor paterno. Jota canónica manchega en “Es Albacete”, especialmente en el arranque y que en la segunda parte evolucionará a ese toque festivo más animoso, que nos conecta de alguna manera con la fase cantinera que venía haciendo en la parte central de los conciertos de la pasada gira. En “La Paloma” es una canción de Sebastián Yradier, pero que en España popularizaría otra mujer referente de la canción como lo ha sido Nana Mouskouri. Con la misma ironía arrolladora de “Tonta”, el folclore madrileño se ve readaptado en “Pichi 2.0” con una letra que no hará muchos amigos en el mundo de los negacionistas de la violencia de género. Aragón tendrá su máxima representación con La Ronda de Boltaña en la espectacular “La Tumba De La Golondrina”, que así se denominaba a las mujeres que del pirineo que se iban con sus hijos a trabajar en fábricas de cosido francesas en invierno y volvían después para hacer el campo en primavera.
El disco recupera el verso suelto lanzado en 2021 con Fetén Fetén, “Mar En El Trigal”, el dúo de burgaleses que ya participó en el disco en directo de la manchega y, actualmente, se han convertido en dos Fitipaldis más en la gira de auditorios de Fito. De Andalucía (o una parte de ella) se incluyen dos tandas (en lugar de las cuatro habituales) en “Sevillanas De La Amapola y El Romero”, pero en una versión lírica no bailable (“sevillanas pa’ escuchar”, que se le dice) que recuerda a ese espíritu sentido que hacía el gran Manuel Pareja Obregón.
En este camino no podía faltar la mencionada canción en euskera, que llegará en “Xalbadorren Heriotzean”, del poeta y cantautor Xabier Lete, que se presenta preciosista en su sencillez, con belleza de guitarra y acordeón y unas armonías cuidadas. De Castilla vendrá el aporte del vallisoletano Eliseo Parra, también con la popular “Arrión” y algo de ese celtismo castellano en el viento madera que nos puede evocar a algunos arreglos de Celtas Cortos. El taranconero Collado cerrará casi a solas el álbum con un cantiga burgalesa milenaria.
Las canciones del frente que se incluyen en el álbum tienen desde hace años sus versiones rockeras por lo que escucharlas en este formato más desnudo tiene su especial encanto. Por ejemplo, “Si Me Quieres Escribir”, con La Ronda de Motilleja, fue cantada en su día por Canallas, la banda de Michel Molinera (después Stafas) pero la versión de María ofrece unos giros vocales distintos, emocionantes en sus melismas en el remate de algunos versos. En cuanto a “Anda Jaleo” destaca por el tratamiento flamenco del compás por palmas, que seguro que firmaría el propio García Lorca, mientras que “Inés Inesita”, llevada al ska punk en su día con Boikot, se deja en su versión original más propia del cancionero infantil, pero con una fiesta de percusión y jaleos con triple colaboración de otras cantautoras como La Mare, María Ruiz y La Jose.
Entre todas estas canciones, pequeños interludios (“shorts” en el lenguaje del metaverso) que parecen grabados en la soledad de la noche, como “Están Cavadas Dos Cruces”, “Yo Vendo Unos Ojos Negros”, “María de la O”, “La Caña Dulce” (que ya estaba en “Justo”), “Qué Bonica Que Es Mi Niña” (con su madre, Angelita De Letur) o “La Niña De Fuego”.
Me decía Shuarma de Elefantes en una ocasión que «cuando escuchas un disco, sabes cuándo ha nacido por la necesidad de ser creado y cuándo es por obligación». Queda claro en qué grupo está Matriz. Y también qué tipo de discos preferimos aquí.
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Lista de canciones – tracklist:
- Te Quiero Porque Te Quiero (Fandangos) (con Rodrigo Cuevas)
- A Virxe Do Portovello (con Tanxugueiras)
- Están Clavadas Dos Cruces – Interludio
- Si Me Quieres Escribir (con La Ronda de Motilleja)
- Amor Del Bo (con Sílvia Pérez Cruz)
- Yo Vendo Unos Ojos Negros – Interludio
- Es Albacete
- Anda Jaleo
- María De La O – Interludio
- La Paloma
- La Caña Dulce – Interludio
- Pichi 2.0
- La Tumba De La Golondrina (con La Ronda de Boltaña)
- Mar En El Trigal (con Fetén Fetén)
- Qué Bonica Que Es Mi Niña (con Angelita de Letur) – Interludio
- Sevillanas De La Amapola y El Romero (con Álvaro Gandul)
- Xalbadorren Heriotzean
- La Niña De Fuego – Interludio
- Arrión (con Eliseo Parra)
- Inés Inesita (Charro) (con La Mare, María Ruiz & La Jose)
- Todo Lo Cría La Tierra (con Collado)
Publicado el noviembre 21, 2022 en Críticas Discos y etiquetado en Críticas Discos, Matriz, Rodrigo Cuevas, Rozalén, Sílvia Pérez Cruz, Tanxugueiras. Guarda el enlace permanente. 4 comentarios.
Articulo impecable sino fuera porque el bable NO EXISTE, es asturiano…sin más
Gracias por la corrección. ¡Editamos!
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