Cero a la Izquierda – Campo de Minas
Lo malo de ser tan bueno siendo tan joven es que es fácil que te pongan etiquetas con facilidad. ‘Los nuevos Platero’, el relevo, el futuro… ganas de dar estandartes. Y sobre todo que puedas encontrar una cohorte bufonesca de envidias, basadas en la frustración, hacia quien sí consigue ser creíble. Si hay mantras o frases que han pasado al lenguaje colectivo del mundillo del rock es el ‘No quiero ser como tú’ del Pedrá firmado bajo el nombre de Extremoduro. Cero a la Izquierda, con una media de edad que no supera los 24 años en sus cuatro componentes, lanza Campo de Minas, su tercer larga duración, donde dejan muy a las claras que no quieren ser como nadie. Quizá transmitan o apunten a unas letras que no concuerden con su edad pero, ojo, sí con su madurez. Con los pies en el suelo, sin dejarse llevar ni por las flores ni por los cardos, recogen los frutos de los 70 conciertos de la gira de No Ha Dejado de Llover y se liberan de cualquier atadura en su nueva creación. Un álbum que nos da una formación valiente y sin fisuras. Ni de ejecución, ni de actitud y, lo más importante, de autenticidad. Y es que la imitación da un subidón narcisista para regalo de los oídos, pero tiene las patas muy cortas. Esto es otra cosa.
Campo de Minas ha sido grabado íntegramente en los estudios Giant Wafer de Gales durante el pasado mes de julio. La producción y la ingeniería vuelve a correr a cargo de Iñaki Llarena y Leire Aranguren, un tándem que trabajo a trabajo se consolida como una firma de calidad casi certificada. Especialmente en el tratamiento en el sonido de las guitarras y en la mezcla final.
Tras el autoeditado La Vela Muda y el mencionado No Ha Dejado De Llover de hace justo año y medio, Campo de Minas vuelve a salir bajo el sello de El Dromedario Records. Javi Robles (voz), Sergio Pérez (guitarra), Dani Lafuente (bajo) y Lucas Nicolay (batería) nos ofrecen once cortes que tienen la certeza del trabajo meditado. Hablando de sensaciones, viajar por el nuevo de Cero a la Izquierda nos lleva por canciones sin fecha de caducidad, sin amoríos banales, sin historias de bar (“vamos lento porque vamos lejos”). Nos enfrentan en varias ocasiones al espejo, a la suerte, a la premisa de poner en la vida el corazón, al pendular viaje mental entre el pasado y el futuro, entremezclando las virtudes y miserias de los fracasos y éxitos que saltan entre la línea temporal que delimita las formas verbales. No hay lunas, ni primaveras.
La música va en consonancia con ello y se desborda una clara intención de que así sea. ‘Crupier Fortuna’ nos sacude con un riff agresivo, virulento, aguerrido. Mucha potencia para un fraseo veloz y un estribillo incendiario. Línea de rock duro muy notoria en el golpeo de batería. ‘Huellas’ arranca en la misma línea combativa, si bien nos trae un estribillo más melódico que recuerda por momentos al de ‘Mis Lamparones’, aunque no tenga nada que ver en velocidad y contundencia.
Después de dos hachazos, ‘Vale La Pena’ y ‘Solo Un Espejo’ nos dan dos versiones reposadas de su rock. La primera, presentada como primer adelanto, se convierte en un clásico en apenas unas escuchas y verdadera piedra de toque incorruptible del potencial del grupo. El manejo absoluto de la contemporización, el sonido preponderante de la línea de bajo y un break instrumental que nos sostiene deteniendo el tiempo son argumentos suficientes. La esencia de blues se deja sentir bajo una letra que esconde más de lo que parece. ¿Primera persona o tercera persona? La segunda, ‘Solo Un Espejo’ es la canción más extensa del álbum y también deja a las claras las capacidades vocales de Robles, con una gran soltura para pasar de la narración a la fuerza con la misma solvencia. El medio tiempo rompe lo previsible con un break instrumental casi susurrante, en conjunción con lo perdido del protagonista, y una coda final más propia de grupos ‘anglo’ que de nuestro rock. Algo que en este álbum es más acusado y que marca la principal línea diferencial con el anterior.
Después de ‘la densidad’, llega como maná el riff accesible de ‘Banda Sonora’, que tiene hechuras de próximo single. En él tenemos como principal arma un de los logros conseguidos ya en el disco anterior, la producción de estribillos que son carne de directo. Eso sí, la variación de “Tu/Mi banda sonora” en el primero y el segundo ya le da un plus de calidad. El desarrollo guitarrero de la segunda parte del corte tiene un aura melodiosa algo de pop ochentero, como también le ocurrirá a la entrada de ‘No Te Van a Perseguir’.
‘Telón de Acero’ y ‘Va a Temblar La Tierra’ son dos canciones claramente hermanadas. En ‘Telón de Acero’, tanto el riff como los coros de inicio le dan un toque de hard rock clásico que derivan en un solo sobresaliente. En el caso de ‘Va a Temblar La Tierra’, la inclusión de un banjo y su inicio refuerza el tono sureño del riff que deriva en una suerte psicodélica que apunta pero no terminar de disparar en plenitud. Y es que las dos pecan de ser demasiado escuetas, pues no sobrepasan los tres minutos. Con algo más de barro el resultado hubiese sido más efectivo si cabe.
En ‘Agosto (A.M.I.)’ llega el corte más visceral del metraje, dedicada a la memoria de un amigo perdido. Sin dramas, la catarsis del dolor natural (sensación de la que hablaremos pronto cuando os traiga a Subtónica), que se presenta enérgico en su expresión musical. ‘Hasta Que Duela’ tira de patrones blues para otro riff pegajoso. La canción es otro derroche de maneras para conjugar un fraseo bien hilvanado (muy buenos los aderezos de guitarra al final de cada verso) con un estribillo lleno de aire.
Llegando al final ‘No Te Van a Perseguir’ tiene esa melodía de rítmica muy cercana al pop-rock y que es carne de traslación a acústico a medio plazo. La canción tiene una gran carga compilatoria de vivencias y ofrece el cierre ‘lógico’ al álbum. ‘Nieto de un Charlatán’, a modo de bonus track, cierra la lista. Otra canción con tintes de homenaje por parte de Javier Robles, una lección de guitarra a cargo de Sergio Pérez y elegancia rítmica de Dani Lafuente y Lucas Nicolay.
La posdata de un disco imperecedero, otra piedra más los cimientos, mientras otros se empeñan en festejar su castillo de arena.
Tracklist – Lista de Canciones:
- Crupier Fortuna
- Huellas
- Vale La Pena
- Solo Un Espejo
- Banda Sonora
- Telón de Acero
- Va a Temblar La Tierra
- Agosto (A.M.I.)
- Hasta Que Duela
- No Te Van a Perseguir
- Nieto de un Charlatán (bonus track)
Publicado el noviembre 8, 2016 en Críticas Discos y etiquetado en Campo de MInas, Cero A La Izquierda, Críticas Discos, No Ha Dejado De Llover. Guarda el enlace permanente. 6 comentarios.
Suenan bien! Nunca había oído hablar de ellos y creo que merecerá la pena seguirles!
Yo los ví este año en directo, recomendados por unos colegas, suenan muy bien.
Pingback: Los Discos del Año 2016 de RockSesión | RockSesion
Pingback: Guía Previa Viña Rock 2017. Domingo, 30 de abril | RockSesion
Pingback: Javi Robles – Los Mariachis También Lloran | RockSesion
Pingback: Javi Robles – Honestidad Explícita | RockSesion