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Savia – Insensible (2005)
Uno de mis hermanos elegidos y yo llamábamos a este disco el del abandono. Y es verdad que es un álbum ciertamente jodido cuando estás en la peor fase de la ruptura. Savia es el nombre de uno de los dos grupos salidos del ‘spin off’ que provocó la pausa que decidió Sôber en 2004 para ‘oxigenarse’ del triunfo comercial y presión que conlleva tras Paradysso y Reddo. De un lado se fueron los dos guitarristas, Jorge Escobedo y Antonio Bernardini que crearon junto al siempre magnífico Morti a la voz, Eduardo Fernández al bajo y Dani Pérez a la batería a la banda Skizoo (a quien le debemos una crítica remember de viernes, lleva años en la lista), y del otro se fueron Carlos Escobedo y Alberto Madrid, bajista y voz y batería de Sôber, para formar Savia. De hecho este disco prácticamente lo grabaron entre los dos. Carlos Escobedo, autor de todos los temas, además de la voz se encargó de grabar guitarras, bajos y producirlo junto al inseparable Alberto Seara, que lo grabó y mezcló con Antonio Valé como asistente técnico. La masterización fue de Fernando Álvarez. Las baterías son de Alberto Madrid y las programaciones y efectos son de Big Simon. Dos nombres propios que, curioso destino, fallecieron en noviembre y julio de 2006, poco después de que viera la luz el segundo trabajo de Savia, titulado precisamente así: Savia. El primero falleció en un accidente de tráfico y el segundo a causa de una enfermedad fulminante. Honor a ellos. La primera banda para los conciertos se completaba con el bajista Jesús Pulido (Turbolovers) y el guitarrista Fernando Lamoneda (que venía de Skunk DF, donde estaba desde 1999). Como dato añadido, fue Manu Reyes Jr. (hijo del histórico batería de Medina Azahara desde 1990 a 2013) quien se hizo cargo de la batería de Savia… convirtiéndose años después en el de Sôber, cuando regresaron. Pero hoy nos toca echarle una escucha al debut de Savia.
Lee el resto de esta entradaSôber – Retorcidos
A lo largo de los años y conforme pasamos hojas del calendario vamos creciendo – envejeciendo (elija cada cual en función de su edad o ánimo) comprobando como las bandas que nos han ido acompañando en el viaje van también cumpliendo etapas con mayor o menor suerte con más o menos sobresaltos. En ese devenir, además tener muchas papeletas elementos como ‘el parón indefinido’ o el cambio de algún integrante de la formación (mal o bien avenido), está, del lado positivo, la celebración de aniversarios varios. Y para ello hay también numerosas fórmulas de las que Sôber ha elegido una más o menos convencional, con esa gira especial 30º aniversario que reunirá en su repertorio una selección de toda su carrera incluyendo los ‘spin-off’ de Savia y Skizoo, y otra menos frecuente pero, considero, muy enriquecedora tanto para quienes les siguen desde el comienzo o han profundizado en toda su discografía al ‘subirse al barco’, como para quienes ‘desconocen’ o no se han preocupado de indagar en los inicios. Y es que hay que recordar que Sôber nació en 1994 bajo el nombre de Sôber Stoned y cantando en inglés. Lo de los idiomas lo dejaron pronto a un lado (aunque llegaron a grabar una maqueta muy casera) pero lo del Stoned se quedó hasta el lanzamiento de Torcidos en 1996, lo que fue primer larga duración de debut de la banda, ya formada entonces por Carlos y Jorge Escobedo, Antonio Bernardini y, entonces, Elías Romero a la batería. Un disco al que devuelven su valor regrabándolo con los medios y sabiduría actual, añadiendo dos temas inéditos, y editando una espectacular caja que incluye una biografía reducida, el disco original, cuatro láminas, una cinta de las de antes con la maqueta… ¡y un boli BIC rojo con el logo de Sôber para rebobinar a la vieja usanza!
Lee el resto de esta entradaCarlos Escobedo (Sôber): “Animamos a la gente a que se vuelva a enamorar de la música en directo”
Ahora que la denominada ‘sexta ola’ comienza a remitir y parece que ya de forma definitiva acercándonos al final de la pandemia, son muchas las bandas que este final de invierno y principio de primavera van a volver a los escenarios para empezar o retomar sus giras, con ganas de disfrutar ese reencuentro con un público que también debe ‘reactivarse’ y volver a las salas para que el circuito, eso que tanto han defendido con ‘Alerta Roja’ y ‘Hacemos Eventos’, salga de su propia UCI. Sin ir más lejos, este mismo fin de semana vivirá los inicios de gira de Gritando En Silencio, de Ciclonautas (tras su segunda triunfante vuelta de Argentina) y Sôber, que tras una serie de fechas en verano y un concierto el pasado mes de enero, comenzará la primera parte de la gira ‘Elegía Tour’ en Barcelona (sala Razzmatazz 2), este sábado, 5 de marzo. A continuación, seguirá por Oviedo, Burgos, Valencia y Valls (días 18, 19, 25 y 26 de marzo), Pamplona, Bilbao, Ponferrada, Málaga y Granada (días 6, 7, 14, 27 y 28 de mayo) y Santiago de Compostela (3 de junio). Después se abrirá una tanda de festivales y fechas de verano para volver con la gira a final de año, con Santander ya confirmada para el 28 de octubre. Cuando no está generando melodías está escribiendo letras o, si no, produciendo a alguna banda. Así pillamos a Carlos Escobedo esta mañana haciendo un parón en el estudio para atender la entrevista de RockSesión con motivo del inicio de la gira. (FOTOS: Javier Bragado)
Lee el resto de esta entradaSorteamos un disco firmado de ‘Elegía’, el último álbum de Sôber
Aunque los compromisos laborales de verano están impidiendo que llevamos un ritmo ‘normal’ de publicación de críticas, como es el caso que nos ocupa (tranquilos, para mitad de septiembre volveremos), mientras tanto, en verano estamos trayendo por aquí algunas crónicas de conciertos (no todas) y también recuperando la noble tradición de los sorteos. Si hace unas semanas fue el turno de Mayéutica, el último disco de Robe, hoy se abren las urnas para el sorteo de un disco, firmado por la banda, de Elegía, la última entrega de Sôber. Además, lo acompañamos por un segundo disco extra, con las demos de las canciones que forman dicho álbum y que, como intuís, será una de las primeras críticas en el próximo mes de septiembre. El plazo para participar en el concurso empieza hoy, 21 de julio, y concluirá el próximo lunes, 2 de agosto, a las 23.59 horas. El martes, 3 de agosto, comunicaremos la persona ganadora. ¿Quieres participar? Es bastante sencillo, solo son dos pasos.
Lee el resto de esta entradaSôber – La Sinfonía del Paradÿsso. Directo en Las Ventas
Cierre del círculo el que realiza Sôber con la edición del concierto final de la gira que vino motivada por la reedición sinfónica de Paradÿsso, el disco que hizo tocar la cima de popularidad, crítica y ventas a la banda allá por 2002. Y así debe ser. Cuando un grupo realiza el esfuerzo de realizar adaptaciones sinfónicas de su repertorio, como la realizada por la Orquesta de Cámara de Siero, con dirección de Manuel Paz en aquel disco de estudio, qué menos que marcarse una grabación en vivo como sueñan casi todos pero solo hacen los muy grandes. En España no tenemos demasiados casos y los que hay, por lo general, han sido bastante modestos. Destacaría, junto a Sôber, las de Celtas Cortos en In Crescendo (quizá ‘fácil’ por la ya de por si instrumentación característica de la banda) y la de WarCry. Y tiene mérito lo de la banda del acento circunflejo porque si ya es complicado de por sí el mundo de los directos en estos tiempos donde todo el mundo ‘da por fichado’ con ver a los grupos una hora en un festival, más si cabe si hablamos del montaje escénico y de personal que requiere un concierto sinfónico. Así que, entiendo, que debe de haber mucho de autorrealización y gustazo personal en todo lo que rodea a esta sublimación de los once cortes de Paradÿsso y otros cinco temas que completan el repertorio, sumando dos a aquella visión del estudio. La guinda viene con colaboraciones, escasas pero emotivas por distintos motivos, como las de Morti, Ruth Lorenzo, Alberto Marín y Manuel Reyes senior, además del popular Jorge Marrón.
#Mis10de Sôber
Hay algo de perverso en el hecho de que el mejor disco de un grupo no sea el último. Que el aprendizaje que, este es el caso (parecido ocurre con su banda amiga, Mägo de Oz), han hecho de manera innegable los músicos que componen una banda, haciendo más complejas o con más matices las nuevas creaciones no lleguen al ‘status’ de popularidad de canciones más antiguas, las que han forjado tu leyenda y te llevaron al escaparate del gran público. Digo perverso porque convierte a ese conjunto, a ese álbum, en un imprescindible de la historia del rock y metal en castellano, pero también capan al resto de obras con el estigma de ‘nunca vas a repetir este cénit’. Y no hablo de calidad, insisto, sino, sencillamente, que no se volverán a repetir las circunstancias que hicieron que brotara ese resultado mágico. Paradÿsso es el caso. Después de un pujante Torcidos, de un excelente Morfología, de un contrapunto oscuro como Synthesis, Paradÿsso, el cuarto larga duración de Sôber, es el disco más vendido de la historia de la banda, el que los llevó a una cima desde la que seguirían oteando con Reddo para después llegar al consabido parón temporal del que brotaron Savia y Skizoo. Con motivo del decimoquinto aniversario de aquel trabajo, el trío de cuerdas de entonces (Carlos y Jorge Escobedo y Antonio Bernardini) junto con Manu Reyes a las baquetas, se marcan el lujo (para ellos y para el oyente) de regrabar aquel disco con orquesta sinfónica y con una gira que se verá magníficamente registrada en un directo que verá la luz la próxima semana, en preventa exclusiva ahora mismo, de la mano de El Dromedario Records. Nos vale de excusa para reeditar (con una nueva entrada) #Mis10de Sôber. Respeto eterno.
Sôber – La Sinfonía del Paradÿsso
Hay algo de perverso en el hecho de que el mejor disco de un grupo no sea el último. Que el aprendizaje que, este es el caso (parecido ocurre con su banda amiga, Mägo de Oz), han hecho de manera innegable los músicos que componen una banda, haciendo más complejas o con más matices las nuevas creaciones no lleguen al ‘status’ de popularidad de canciones más antiguas, las que han forjado tu leyenda y te llevaron al escaparate del gran público. Digo perverso porque convierte a ese conjunto, a ese álbum, en un imprescindible de la historia del rock y metal en castellano, pero también capan al resto de obras con el estigma de ‘nunca vas a repetir este cénit’. Y no hablo de calidad, insisto, sino, sencillamente, que no se volverán a repetir las circunstancias que hicieron que brotara ese resultado mágico. Paradÿsso es el caso. Después de un pujante Torcidos, de un excelente Morfología, de un contrapunto oscuro como Synthesis, Paradÿsso, el cuarto larga duración de Sôber, es el disco más vendido de la historia de la banda, el que los llevó a una cima desde la que seguirían oteando con Reddo para después llegar al consabido parón temporal del que brotaron Savia y Skizoo. Con motivo del decimoquinto aniversario de aquel trabajo, el trío de cuerdas de entonces (Carlos y Jorge Escobedo y Antonio Bernardini) junto con Manu Reyes a las baquetas, se marcan el lujo (para ellos y para el oyente) de regrabar aquel disco con orquesta sinfónica.
Viña Rock 2017. Domingo, 30 de abril
Después de la intensa lucha entre música y diluvio el sábado, la jornada del domingo se antojaba mucho más tranquila y, siendo la última, garantizaba un buen sabor de boca para concluir la vigesimosegunda edición por todo lo alto. Más de 200.000 asistentes, según la organización, con 17 millones de euros de ingresos para los vecinos del pueblo y la provincia, y unos 1.500 puestos de trabajo generados, directos e indirectos, en torno al festival. Fríos números y una pica ya clavada en el horizonte, la próxima edición. Será del sábado al lunes, 28 al 30 de abril, aprovechando la festividad del 1 de mayo en martes para que los viñarockeros vuelvan a casa. En el último día, mi camino marcado me llevó a Mafalda, Mala Reputación, Cero a la Izquierda, Desakato, Leo Jiménez, al que a mitad de concierto dejé para ver a Whisky Caravan, Hora Zulú, Soziedad Alkohólika, Sôber y Def Con Dos. Que me perdonen Los Manolos, los que cantan, no los otros, que ellos sí que no tienen perdón. (FOTOS: Marina Ginés. Se pueden usar libremente citando siempre la fuente y la autoría).
Contrabanda – Retrophonic
Siente uno un pequeño placer personal cuando ve que bandas no tan punteras, no tan conocidas, de las que he realizado crítica en su día vuelven a golpear con un nuevo lanzamiento que mejora las sensaciones y confirma una plausible evolución. En julio de 2014 hablaba de Despertar, su segundo álbum, y ya decía que aquel disco debería suponerles ‘subir dos categorías’ llevándolo al símil futbolístico (el primer Mundial RockSesión acaba de celebrarse). En esta ocasión vuelven a confiar la producción y grabación a Carlos Escobedo y Alberto Seara que han ‘ensuciado’ un tanto el sonido para darle ese concepto retro del título y con la suficiente oscuridad sugerente que transmite la hermosa portada. La masterización ha corrido a cargo de Dave Donnelly en DNA Mastering de Los Ángeles. Tony Laspiernas a la voz, Soto SD al bajo, Jota Culebra en la guitarra y Chico Demonio en la batería apuntan y se acercan cada vez más a la diana.
Sôber – Vulcano
Algo más de dos años y medio después de su álbum Letargo (la banda ha estado muy activa todo este tiempo, desde celebrar por todo lo alto su vigésimo aniversario con un ambicioso trabajo doble en directo o haciendo una gira recuperando canciones de Savia y Skizoo, con Morti incluido) llega el octavo trabajo de estudio de la banda de los hermanos Escobedo, Bernardini y Reyes. El tercero después de que volvieron tras el pequeño parón oxigenante. Si en Superbia encontrábamos, en términos generales, un grupo con equilibrio entre dudas y ganas por el regreso y en el citado Letargo la explosión que esperábamos (le di Oro en Mis Discos del Año de 2014) en este Vulcano apreciamos, ante todo, una mayor presencia de los desarrollos instrumentales, especialmente notorio en algunos temas, además de una marcada intención por aumentar el carácter melódico de los estribillos y por la generación de medios tiempos con visos de himno y luces encendidas. Sí, también se mantienen los grandes trallazos de guitarra. Sôber es Sôber y no los vamos a cambiar a estas alturas.








