Fausto Taranto – El Círculo Primitivo

Fausto Taranto El Circulo PrimitivoSe ha hecho esperar pero ya está en la calle. En diciembre del año pasado comenzaban los primeros conciertos presentando un EP de cuatro temas, anticipo de un álbum previsto para abril. Romper con un sello (no entraré en juicio de valor sobre ese tema por escrito), un crowdfunding desechado por burocrático, algunas salidas del grupo y otras historias varias alargaron demasiado el alumbramiento de la creación, que a fin de cuentas es lo único que importa al artista. Ya ha pasado todo eso y ahora quien habla es la música. Más de 50 minutos que vienen de la sangre, donde nació, creció y se ha dejado manar un sentimiento compuesto de doce canciones de intensidad esperada. Metaleo aflamencado y un porte añejo en los textos que cargan las tintas y los tientos.

Es imposible que músicos que han formado parte de Hora Zulú no compongan desde las entrañas, estén donde estén. Paco Luque, guitarrista fundador, y Quini Valdivia, segundo guitarra en la última fase de la banda, son quienes se encargan de poner sus arabescos riffs y solos a un grupo donde el quejío aumenta las puñaladas al corazón con la sabia más flamenca de un Ismael de la Torre que se destapa a lo grande como letrista y voz en un grupo que está a su altura. Nano Díaz de Xkrude (mucha tralla) es quien graba las excelentes baterías del disco (lo sustituye ahora Adrián Barros) y Miguel Martínez es el que brega con el bajo. A esto se suman las guitarras españolas de Rubén Campos en algunos temas, como la voz de La Samarona y el broche brillante de Manuel Martínez, que deja su sapiencia en ‘Otra Letra Más’.

Fruto de tanta ida y venida, cuatro de los temas (los del EP) se realizaron bajo los mandos de Jeff Mallow (Serj Tankian, SOAD) y los restantes con Manuel Ángel Mart (Estirpe). El disco se graba a caballo entre varios estudios, como Kbyo (esto es, Ernesto Cabello, segundo guitarrista de Hora Zulú durante buena parte de su trayectoria).

El Círculo Primitivo abre con una intro entre coros y palmas a compás dejan a Ismael ejerciendo de cantaor. Un prolongado silencio le hace perder efectismo con respeto a la potente entrada de ‘Los Llantos De Mi Almohada’. Decía en el concierto que les vi, hace casi diez meses, bautizada entonces como ‘Miguelo’, nombre del bajista, que era un tema con “hechuras de single por lo pegadizo y el gran número de repeticiones del estribillo. Y sí, suena poderosamente flamenco”. Al escucharla en estudio por primera vez sentí la misma emoción que quien ve a un viejo amigo. La canción se te instala en la cabeza a la primera y es adictiva y venenosa, tanto como las voces que se atormentan al protagonista, “esta cabeza ya no es la de antes (…) oigo voces que reclaman susurrando desvaríos”. También lo es ‘Se Apodera’. Ninguna de las dos supera los tres minutos y medio, y en las dos el estribillo te coge por la pechera. En el caso de la segunda también lo hace el fraseo, donde aparecen de nuevo unos coros femeninos abigarrados. Las guitarras cogen peso en la coda final para dar la potencia necesaria.

Una sabia entrada para el disco, que mantiene el nivel al situar a continuación dos temas de sobra conocidos por ser primer videoclip, ‘A Capa y Espada’, y primer adelanto del grupo, ‘Loco Por Saber’. La entrada de ‘A Capa y Espada’, tras el verso inicial de Ismael, con guitarras templadas y un gran ejercicio percutor de batería sigue generando la misma tensión expectante que la primera vez. La canción tiene un desarrollo muy diferente, comparada con el conjunto del álbum. Respira mucho más y se abre poco a poco al oyente, tanto en la voz (a veces doblada con maestría), como en el peso de guitarra española, palmeos y coros. El momento más virulento viene con una coda final metalera potente, azuzada por palmas y el último verso de Ismael. No será la única vez que utilicen el recurso, como veremos. Por su parte, ‘Loco Por Saber’, (presentada en mayo de 2014) suena como un recuerdo romántico, agradable, con esa quejumbrosa historia del hombre apesadumbrado, ese espinoso “con más hambre que vergüenza”, y el silencio por respuesta de los de arriba.

‘Oídos De Carnicero’, ‘Ni Las Sobras’ y ‘Parece Mentira’ son tres de las canciones que se desvirgan en El Círculo Primitivo. El fraseo cortado de guitarra del primero le dan un aura de mayor salvajismo, el arabesco en el que deriva es marca de la casa Zulú, inconfundible. Sin embargo, la personalidad en la forma de cantar de Ismael y el carisma que transmiten sus textos es tan fuerte hace que pronto se diluye esa sensación, como en todo el disco y algo muy meritorio si tenemos en cuenta la grandeza del señor Aitor Velázquez, cimentado en una melodía vocal en el estribillo que derrite, “Tendrías que parecer aguja o alfiler”. ‘Ni Las Sobras’ es la más larga del trabajo y quizá la que tiene más matices: deja algo más de salida a las líneas de bajo, contiene un puente musical antes del estribillo de metaleo de vieja escuela, mientras que el estribillo es el más abierto de la lista, con unos coros melódicos en diálogo con la voz principal. Es uno de los cortes menos directos, pero acaba ofreciendo un contrapunto muy necesario para el equilibrio del álbum. La triada se cierra con ‘Parece Mentira’, una de las bombas flamencas. Crítica social con seso, como la que encierra ‘Loco Por Saber’, para un tema rabioso y desencantado, referencia a García Márquez incluida. Tras la presentación del texto, comienza un break con un zapateado canónico y soberbio de Fuensanta ‘La Moneta’, que explota finalmente en guitarras metaleras arrancándose hacia un crescendo de velocidad en la batería que es pura dinamita.

Otra pareja conocida nos hace sonreír y llorar. ‘Como Tu Cara’ es una canción fresca y pizpireta en todas sus facetas musicales. Desde el riff luminoso que preside la canción, como el juego de coros que pican siempre hacia arriba. La guinda viene con esa estrofa robada a Enrique Morente, de “mi pena es mala” (Sacromonte). Por el contrario, ‘Por Amarrarme’ es el puñal con veneno más grande en la docena. Traición y mentira para una canción subtitulada en los primeros conciertos como ‘yerma’ y que encierran pasión, olvido y un jirón de alma mutilada hasta el fin de los días, “en aquel papel pinté con sangre en vez de con pincel, que si bien no sabe usted que a mí me revienta la hiel”. El remate final, deudor del cantaor Fernando Terremoto, con voces femeninas y pulsión metalera son la guinda amarga y doliente para una canción gigante.

‘Otra Letra Más’ nos presenta la colaboración de un Manuel Martínez que canta como los ángeles en un tema en el que se adapta a la perfección con Ismael. No vamos a descubrir ahora a quien lleva más de 30 años y más de 150 canciones con Medina Azahara, pero su cameo es magnífico. Es más melódica y flamenca, de nuevo luminosa y reponedora pese al marasmo de dolores. Para cerrar, una versión de uno de los temas más hermosos de Triana, ‘Recuerdos De Una Noche’, de ese debut de oro que fue El Patio. Aunque la versión en estudio no contiene los solos imposibles con los que Paco Luque los adornaba en directo, la revisión se deja querer porque se nota la admiración, el respeto y el cariño a un grupo fundamental para la música de nuestro país. (Jesús de la Rosa recibió un tributo de gente como Sabina, Chaouen, Bunbury, Diego El Cigala, El Barrio y una largo etcétera, muy digno, pero siempre he defendido un tributo de corte más duro).

Ojalá una larga gira y un largo recorrido para Fausto Taranto.

Catarsis de pena negra más emocional y metal con flamenco en dosis más cargadas. Las canciones lo merecen.

En Spotify.

Tracklist:

  1. Intro Los Llantos
  2. Los Llantos De Mi Almohada
  3. Se Apodera
  4. A Capa y Espada
  5. Loco Por Saber
  6. Oídos De Carnicero
  7. Ni Las Sobras
  8. Parece Mentira
  9. Como Tu Cara
  10. Por Amarrarme
  11. Otra Letra Más
  12. Recuerdos De Una Noche

Publicado el octubre 26, 2015 en Críticas Discos y etiquetado en , , , , , . Guarda el enlace permanente. 9 comentarios.

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