“Detrás del Capitán se esconde Alberto Romero (…). Por eso debuta con un disco en directo”… Resulta cuanto menos curioso (a mí se me ocurren otros cuantos adjetivos) leer esto de la hoja de promoción a medios, firmada por Eduardo Izquierdo, de este álbum semi en directo, semi en estudio; semi debut, semi recopilatorio; semi crowdfunding, semi Warner. Quizá no parece de recibo obviar un pasado de forma tan obtusa ya que si el disco suena como suena, si Alberto canta como canta y si su repertorio tiene cierta solidez es porque ya ha parido cinco discos anteriores (Que Se Callen Los Profetas, Lunas de Mala Lengua, Amasijo de Porrazos, Palabras Del Capitán Cobarde, Alegría!), con otro nombre que parece que se quiere borrar del todo y que, qué demonios, tampoco nombraremos en esta crítica si es la voluntad.

El disco recoge 14 temas, alguno de ellos correspondientes al directo grabado en la sala Joy Eslava de Madrid el 22 de noviembre. Un concierto en cuya cartelería ya se anunciaba que supondría el cambio de nombre, pero que subtitulaba ’10 Años de Albertucho en directo’. (Vaya, se coló, pero es lo que ponía. Por cierto, no sé si ese subtítulo aparece en alguna parte del art-work y el libreto). El DVD recoge el directo con canciones en otro orden que las que vienen en el audio y alguna que otra más que no se ha incluido en el CD pese a que físicamente había espacio. (Este tipo de decisiones siempre me han fascinado, como sacar un disco doble –sin existir separación temática o por sonido- cuando entran en un compacto, véase el Cosas De Este Mundo de Reincidentes, por poner un ejemplo).

La grabación se anunció en verano de 2014, se grabó en noviembre y salió el 18 de septiembre. Plazos demasiado largos en los que casi se acaba autoeditando, en los que se promociona con un vídeo del directo, hasta que ya por fin, alrededor del mes de mayo o junio, Warner decide poner su logo en el álbum. Sin duda es un acierto, no sé si en rentabilidad (que intuyo que también), pero seguro que en calidad. Alberto Romero lleva muchos años ganándose el respeto del rock más peleón del país con sus primeros discos. De ahí se forma buena parte del público que a día de hoy aplaude su conversión al bluegrass, al folk, al country y a la copla cantinera de bares marineros. Es decir, el grueso de sus seguidores vienen de atrás, no son de nuevo cuño.

Porque el cambio de registro sonoro no ha cambiado la forma de escribir de Alberto. Ni la forma de sentir y transmitir con sus canciones. Y no importa que sea con una gran banda como la que le acompaña en esta grabación, Fredi Marugan (banjo, mandolina y kazoo), David Gwynn (guitarra acústica y eléctrica), Jesús Parra, (guitarras acústicas, eléctrica, buzuki, acordeón, dobro y kazoo), José Manuel Torrego (batería, percusiones y tabla de lavar), Gerardo Ramos (bajo y contrabajo) y Gabriel Casanova (órgano hammond y piano), o solo acompañándose de un par de pedales de pie, su armónica en el cuello, guitarra, voz y sombrero. Fue el primero de los rockeros de la última década que vio claro que el camino solo tenía también recorrido, algo que después comprobaron Lulu de Forraje o Iratxo en el futuro más inmediato).

Va para grande, no me cabe la menor duda. Ahí están los temas nuevos que se dejan querer a la primera como ‘Jovencito Frankenstein’ o ‘El Marinero’ (con La Maravillosa Orquesta del Alcohol, que en pequeñas dosis siguen siendo interesantes), sin duda el mejor de ellos, y también ‘Lo Que Importa y Lo Que No’. También en esa cálida revisión de la adaptación de ‘I’ve Just Seen a Face’ de The Beatles. El peso del repertorio lo cogen canciones en las que la adaptación al sonido orgánico del rock americano ‘Deja De Mandar’, ‘Él No Murió’ (impresionante versión más ruda y menos festiva con Carlos Tarque, con posos de Tom Waits acentuados), ‘Alegría’ de su anterior disco o ‘La Primavera’ y ‘Capitán Cobarde’ del antecesor. De las más viejas, ‘La Gata’ con Lichis o ‘Lo Venidero’ con un Kutxi Romero, quizá sobreactuado, se incluyen del tercer disco del retirado nombre. Romántico llamadme, pero la adaptación, con cambio de texto incluido, de ‘Mentira’ me conquista. Y es el que el debut de aquellos diez años fue muy grande, pero el ‘Capitán Cobarde’ que sirve de himno para cerrar lo es más.

El Capitán Cobarde del cuarto disco se ha comido un nombre pero no a un artista al que se le auguro un larguísimo recorrido como he reiterado en más de una ocasión. Quizá no comparto el borrón y cuenta nueva (siempre hay riesgos de que con el paso de los años, si se vuelve a cambiar te acusen de dar bandazos –Bunbury, Bowie, Bosé…) pero sí las intenciones. Habrá que esperar el próximo disco en estudio para determinar si podemos apreciar un cambio mucho mayor con respecto a Palabras de Capitán Cobarde y Alegría.

Pero, mientras tanto, nos ponemos el sombrero y que nos quiten lo bailao.

Del DVD no puedo hablar porque no lo he podido verlo.

En Spotify.

Tracklist:

Cd:

1. Jovencito Frankenstein
2. El Marinero
3. Descuida
4. La Primavera
5. Mentira
6. Lo Venidero
7. La Gata
8. Lo Que Importa y Lo Que No
9. Deja De Mandar
10. Él No Murió
11. Alegría
12. Hoy He Visto Un Rostro
13. El Pisito
14. Capitán Cobarde

Dvd:

1. Descuida
2. La Primavera
3. Mentira
4. El Marinero
5. La Gata
6. Deja De Mandar
7. Muertecito Estoy De Ganas
8. El Pisito
9. Lo Venidero
10. Hoy He Visto Un Rostro
11. La Silla De Plástico
12. Una Niña
13. La Persiana
14. Mi Otro Corazón
15. Mi Estrella
16. Él No Murió
17. Jovencito Frankenstein
18. Alegría
19. Capitán Cobarde