Bunbury – Palosanto
Cada lanzamiento discográfico de Bunbury va acompañado, casi sin excepción, de un gran halo de misterio y expectación, ya que el maño nos tiene acostumbrados a hacer discos muy diferentes entre sí, a no acomodarse en el territorio explorado con anterioridad. Con el mérito indiscutible de ser siempre del todo reconocible. Son canciones compuestas en un periodo muy extenso (2010-2013) ya que Bunbury tuvo que afrontar el robo de su portátil y por tanto tuvo que reconstruir algunas canciones. Como no hay mal que por bien no venga, el desencanto le hizo embarcarse en otro proyecto que tenía aparcado, Licenciado Cantinas, su reconocimiento poderoso y sangrante a las influencias latinas y su gira agotadora. Después de todo eso y con una prolongada estabilidad personal, desde esa calma interior, nace Palosanto que se ha presentado como un álbum casi conceptual dividido en dos partes, en las que se incita a la revolución social y a los pequeños cambios y revoluciones personales. Un álbum que pretendía ser para todos…
Y que sin embargo consigue casi todo lo contrario. Aunque lo que expresa sí tiene vocación universal, las canciones no son de fácil digestión, cuesta bastante aprehenderlas o, más que eso, diferenciarlas de su conjunto global.
El diseño, la fotografía, la iconografía (muy Cohen, por cierto), la sonoridad de las canciones que han sido gestadas con ambición en dos de los estudios más famosos de Los Ángeles, los textos… tienen un aire mesiánico muy pronunciado. Eso le da un carácter unitario al disco que, sumado a que la mayoría de los temas se desarrollan en una calma instrumental sin sobresaltos ni grandes excesos sino más bien de atmosfera, y que hay continuas referencias cruzadas, el inicio del fraseo instrumental de ‘Más Alto Que Nosotros El Cielo’ es similar al riff con el que arranca ‘Despierta’, las recurrentes referencias al cielo y al mar (‘Salvavidas’ y ‘Mar De Dudas’ son los ejemplos más claros y conexos) o la ambivalencia de algunos cortes para poder estar en una u otra parte de los dos bloques, dificultan el enganche y la diferenciación en las primeras escuchas.
Eso es un arma de doble filo para bien y para mal. Curiosamente, ‘Despierta’, el tema que sirvió de adelanto de Palosanto, tan denostada en muchos círculos, adquiere pleno sentido al escucharla acompañada del resto de cortes. Como si fuera otra canción al respirar junto al resto de compañeras. ‘Más Alto Que Nosotros El Cielo’ destaca por la melodía citada que la hace tener cierto aura risueño, por una línea de bajo sencilla pero rotunda y por esa estrofa final, que al final es la que da la clave rítmica con la repetición del “De ti, de mí, de ti, de mí, de ti”. ‘Salvavidas’ arranca con una batería muy latente (pasará y destacará de esta forma en más de una) y por una mayor intensidad vocal de Bunbury, que en este álbum diluye sus excesos. El coro góspel (The Gospel Trío) en este tema (solo en este) evoca en cierta forma los de Pink Floyd en The Dark Side Of The Moon.
‘Los Inmortales’ es una canción críptica al que, esta vez sí, los coros aumentan su color negro. Un riff oscuro y un estribillo accesible la convierten en una de las más extrapolables al directo, así como su riff contenido. La multiculturalidad sabida de Bunbury se expresa en referencias a frijoles y sitar en el mismo texto. “Solo intenta encontrar tu espacio cuando a tu alrededor todo se estrecha”. ‘Prisioneros’ por su parte es de esas canciones que son bellas en su simpleza. Los arreglos de cuerda son los que le dan nervio. (“Ningún mar en calma”, de nuevo). Es una canción delicada y bastante lineal.
‘Habrá Una Guerra En Las Calles’ y ‘Destrucción Masiva’ tienen como guía común la revolución social más explícita. De hecho, parecen ser la misma canción que va creciendo en enfado. Del “Dijiste que hagamos un pequeño sacrificio y por el bien de todos te sacrificaremos a ti” de la primera, al “puedo dejarte escoger si quieres una muerte consciente y lenta o, si es tu elección, te daré la satisfacción de acabar contigo y tus semejantes en un solo acto de destrucción masiva”. La primera de ellas se aposenta en una base percusionada (de nuevo el papel de la batería) casi ritual, mientras que la segunda lo hace en una fuerte presencia de guitarras y la voz de Bunbury distorsionada y chulesca. El primer bloque, el del cambio social, se cierra con ‘El Cambio y La Celebración’, otra gran balada muy armónica, con algún destello vocal y pequeños aportes de electrónica. La muerte para resucitar.
El segundo bloque de Palosanto, el más personal, arranca con una canción que casi es más propia del anterior. ‘Hijo de Cortes’, con su rollo funky, pasa por ser la más orgánica del álbum. Un nuevo puente para el mundo latinoamericano con mensaje clarificador “no confundas pueblo y soberano”. ‘Mar De Dudas’ es un bolero, también latino, que recuerda con ese inicio de sintetizadores, hasta en su interpretación vocal, a aquel lejano Pequeño. Por cadencia y rimas es una de las canciones más destacadas del álbum y sí ofrece esa clave personal acentuada. Por su parte, ‘Miento Cuando Digo Que Lo Siento’ solidifica esa línea, con una de las letras más intensas del conjunto y con un pulso dramático reforzado por violines.
El último tramo se inicia con ’Nostalgias Imperiales’ que, tras una intro de ocarina, desemboca en otra batería latente, de nuevo tribal, para una canción de supervivencia oscura, de cierto influjo paranormal, una de mis favoritas. ‘Plano Secuencia’ es otra de las joyas. La base de melodía acústica constante en el fraseo recuerda en cierta manera a las influencias recogidas en aquel El Tiempo De Las Cerezas (La Fin’) y Nacho Vegas. Sin embargo, el estribillo, de nuevo intenso, carga de emotividad la canción y la dota de una personalidad indiscutible hasta hacerla destacar sobre todas las demás. ‘Causalidades’ pasa por ser uno de los temas más discretos del álbum y eso que su desarrollo instrumental final es notable. Pero por duración, linealidad y letra (eso de “Casualidades o causalidades” no termina de convencerme) es de las que bajan la media.
Para cerrar, ‘Todo’ es un vals de querencia ranchera delicado y efectista con unos teclados protagonistas en la parte central de la canción, mucha cadencia y muy guiada con la constante aliteración del “Todo”. Un texto de gran belleza literaria que deja su sentido plenamente abierto.
Como una interrogación gigante, como un ¿a dónde vamos ahora?, como un hagamos la revolución. Como otra piedra sólida en la trayectoria irreprochable de un artista irrepetible.
PD: Una de las ediciones de Palosanto se completa con un segundo disco en directo (Cualquier Tiempo Pasado… 2011-2012) que ofrece algunos clásicos que casi nunca salen del setlist como ‘De Mayor’, ‘La Señorita Hermafrodita’ o ‘Contar Contigo’ y otras canciones más rotatorias o menos previsibles. Un buen regalo para quienes disfrutan de todas sus vertientes porque, como es conocido, Bunbury modifica las canciones gira a gira para siempre sorprender. El sonido es poderoso y Los Santos Inocentes mucho más certeros y concretos que el lirismo del antiguo Cabaret Ambulante.
Más de Bunbury:
Tracklist:
- Despierta
- Más Alto Que Nosotros Sólo El Cielo
- Salvavidas
- Los Inmortales
- Prisioneros
- Habrá Una Guerra En Las Calles
- Destrucción Masiva
- El Cambio y La Celebración
- Hijo De Cortés
- Mar De Dudas
- Miento Cuando Digo Que Lo Siento
- Nostalgias Imperiales
- Plano Secuencia
- Causalidades
- Todo
Publicado el noviembre 4, 2013 en Críticas Discos y etiquetado en Bunbury, Críticas Discos, Leonard Cohen, Los Santos Inocentes, Nacho Vegas, Palosanto, Pequeño. Guarda el enlace permanente. 14 comentarios.
» Curiosamente, ‘Despierta’, el tema que sirvió de adelanto de Palosanto, tan denostada en muchos círculos, adquiere pleno sentido al escucharla acompañada del resto de cortes. Como si fuera otra canción al respirar junto al resto de compañeras.» Totalmente, clavao. Me alegra que aún quede quien se preocupe de hacer discos y no hits.
la verad k es bueno k tengan el album kompleto asi uno decide si es parte de ustedes x lo kual los felicito x tener y ser parte de las kanciones y de sus grandes temas de sr.enrique BUNBURY tiene sentido ser parte de su grupo…
es exelente
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