Archivos Mensuales: febrero 2022
Bourbon Kings – XXX
“En el fragor de la noche, a la luz de la luna es cuando los ‘moonrakers’ (contrabandistas) de los Apalaches producían y distribuían whisky clandestinamente durante la ley seca de hace aproximadamente unos 100 años. Whisky destilado, a menudo de 95º. Las ‘X’ indicaban cuántas veces había pasado el lote ilegal de alcohol por el alambique. Tres ‘X’ significaban que lo había hecho tres veces y que el brillo era puro. Tres. Llega el tercero”. Así presenta la propia banda navarra Bourbon Kings su tercer álbum discográfico de estudio desde el interior de portada, tras su estreno en 2015 con 40º y su continuación en 2017 con Performance. Pude verles con aquella gira en el marco de la fiesta de bienvenida de The Juergas Rock Festival de Adra y lo cierto es que cumplieron con solvencia porque desde entonces tenía claro que se merecían unas líneas para su siguiente lanzamiento. Para esta ocasión, el grupo ha contado con producción propia y de Iker Piedrafita de Dikers, que también se hizo cargo de las labores de las mezclas y la masterización. Con este ‘triple equis’ la formación presenta una evolución de todo lo apuntado en sus hermanos mayores, un sonido que se basa clara y ampliamente en los cánones básicos de rap metal de armazón nu metal propio de los años noventa pero aquí evolucionado con toques más contemporáneos, sobre todo en algunos coros y en arreglos menos anquilosados, lo que de alguna manera les ha ayudado a crear estribillos mucho más naturales, pegadizos y efectivos. La etiqueta negra de su cosecha, sin duda. El golpe en la mesa definitivo.
Lee el resto de esta entradaEl Bombo – El Disco
Estoy convencido de que no he escrito con tanta continuidad sobre bandas locales en los alrededor de veinte años de periodismo y crítica musical como lo que vengo realizando de manera constante y regular desde el pasado mes de enero hasta este mitad de febrero (de hecho el viernes se avecina otro concierto más). Desde el 30 de diciembre hasta hoy, han pasado por aquí Brasi, JJ Fuentes (por partida doble), Antonio Álvarez, Lepanto, Los Ruina, El Lunático, Juan Trece, The River Band… Y hoy es el turno para otro más, El Bombo. Es el nombre artístico bajo el que encontramos a Diego Teruel Soler, de quien ya hemos escrito al ser una de las dos voces principales de No Potable. Un grupo que, antes de la pandemia, había llegado a traspasar hacía tiempo los límites provinciales para colarse en festivales como el Weekend Beach de Málaga. Un formato que les viene como anillo al dedo como bien sabe el público de The Juergas Rock Festival (han estado en casi todas las ediciones), el del Solazo Fest (dos de dos). El caso es que el parón pandémico hizo que Diego retomara algunas canciones propias y les diera una forma mucho más rica en matices y menos veloz o encorsetado que el ska de tintes épicos, entre Ska-P y La Raíz, de No Potable. Presenta en El Disco diez temas de lo más sorprendentes, adictivos y melódicos, que se mueven con soltura en territorios accesibles de rumba rock, actitud casi ‘garrapatera’ y pinceladas varias que van del rap metal al funky e incluso el pop a secas. Honestamente, muchísimo más de lo que esperaba. Es de esos álbumes que uno sabe que hace unos años hubiese vendido copias como churros.
Lee el resto de esta entradaThe River Band. Teatro Apolo. 11 de febrero
Con cientos y cientos de conciertos escudriñados como cronista y crítico, a uno le remueve y conmueve cuando, sin tener referencias ni expectativas creadas uno acaba saliendo de la actuación satisfecho y con una sacudida de la ilusión más primigenia de lo que es la música en directo. Anoche, como periodista del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, me tocaba cubrir el concierto de la banda local The River Band. De ellos sabía que hacían versiones y que iban a tocar sus primeras 14 canciones propias de un disco que todavía no ha salido a la venta. Sabía que era una banda de músicos experimentados, pero no me podía imaginar la ilusión que podrían ser capaces de transmitir, con guitarra y bajo superclase de tiempos dorados, con un baterista de 67 años y un vocalista sin delirios de grandeza. Simple, puro y sano rock and roll. Sin más. Si es que no hace falta más. Os dejo a partir de aquí la crónica realizada para el Área de lo que pasó anoche en el Teatro Apolo. Salud. (FOTOS: José Antonio Holgado)
Lee el resto de esta entradaRockaína – La Mejor Mierda (2005)
Verán, una de las cosas que me hace sentir más orgullo de estos ya cerca de diez años que lleva abierta esta página web de personas RockSesión-adas es la comunidad “pequeñita pero firme” (qué narices, pequeña no es, pero era por parafrasear el ‘Sucede’ de Extremoduro) que se ha creado en torno a ella. Explico esto porque hace una semana o dos me escribía uno buen seguidor por privado en los DM’s abiertos de Twitter (Maese Ferrus) para que le ayudara a recordar de qué grupo era determinada canción. Al final, resulta que sacó él solo la respuesta y, cuando lo consiguió, se trataba de Rockaína, la banda que protagoniza la crítica remember de este viernes. Las claves eran: una canción sobre ‘París’, alguna estrofa suelta y que tenían algo que ver antes o después con Evaristo. El caso es que cuando me compartió la solución pensé, “¡Rockaína! Si yo al debut de esta gente le di duro en su día y les escribí crítica en la antigua web de Rock Estatal«. Tan antigua que ni siquiera había salido todavía la edición en papel. Ya ha llovido. Llevar cerca de 300 críticas remember me hicieron hasta dudar de si había escrito de la banda en esta sección porque realmente a este disco le di muchas vueltas en su día. Comprobado que no, tenía claro que se merecían sacar los morros por aquí con pleno derecho y honores. La Mejor Mierda fue su debut en 2005. Cinco años más tarde llegaría En El Aire y la banda haría un tercer asalto en 2017 con 3.0. A día de hoy el grupo sigue en pie en formato power trío, pero hoy nos quedamos con ese momento, con su mágico debut.
Lee el resto de esta entradaLeón Benavente – Era
A León Benavente, como le ocurrió a Toundra y Carolina Durante, dos de las bandas de las que he escrito también esta semana, le pilló el estallido de la pandemia en pleno despliegue de gira de presentación de su disco Vamos A Volvernos Locos, publicado apenas seis meses antes de aquel famoso fin de semana de mitad de marzo. Le dio tiempo, al menos, de iniciar la gira de salas y teatros (por suerte pude verlos a tiempo en enero, después de las magníficas sensaciones de su directo festivalero de unos años antes) pero ‘se cargó’ toda la agenda de festivales que se los rifaban, como es normal. Quien los ha visto en directo lo sabe. Son puro fuego y gasolina en una catarsis de euforia, de ejecución enérgica, como un trueno de distorsión, técnica y modernismo. Con las progresivas olas han ido ofreciendo alguna que otra fecha en estos tiempos mientras que daban forma a las diez canciones que, al fin, salen en su cuarto larga duración, titulado Era. Lo que no vimos venir ni críticos ni seguidores era esta vuelta de tuerca a su concepción musical, dicen, por no aburrirse y seguir manteniendo nuevos estímulos. Y es que si uno esperaba la liberación de una furia contenida en forma de canciones vocalmente intensas y de contundencia rítmica y guitarrera, León Benavente presenta un álbum que descoloca en las primeras escuchas precisamente por la ausencia de guitarras al uso y de unas fórmulas rockeras más al uso. Está pero no es lo que prima. En un decidido cambio de roles entre el cuarto, Era representa un salto al vacío con mucho electrónica haciendo el rol de cuerdas de acero, una contención muy acusada en el trabajo vocal y una capacidad melódica y armónica cimentada en tempos algo más pausados. ¿Significa eso que León Benavente se han hecho puretas y sentado la cabeza? En absoluto, sencillamente, han ido un par de pasos por delante, como suelen hacer los más valientes o los más temerarios.
Lee el resto de esta entradaNacho Vegas – Mundos Inmóviles Derrumbándose
Que Nacho Vegas es un tipo frágil y con una sensibilidad artística casi extrema es algo que viene demostrando en sus canciones desde que hace ya algo más de veinte años tomara un camino en solitario dejando atrás sus iniciáticos comienzos en Eliminator Jr y Manta Ray. Parece increíble que alguien tan tímido haya sido capaz de contar experiencias biográficas de todo tipo, como vino realizando de manera brutal en su primera década como solista, hasta que con el EP Cómo Hacer Crac sus textos viraron hacia un mundo exterior que analiza con una mirada crítica y activista. En esos márgenes llegarían todavía los álbumes Resituación y Violética o el EP Canciones Populistas. Lo turbio de sus canciones pasó de ser la historias de perdedores en constante transpiración por los excesos y delirios a cantar sobre los, también excesos, de los poderosos frente ‘a la calle’ como concepto amplio y, sobre todo, hastiado. En estas lides, de por medio con un romance fácilmente reprochable entre uno y otro bando (“siempre hay dos bandos”, ya lo cantaba el propio Vegas) el asturiano se vio afectado mentalmente por las idas y venidas de la pandemia casi un año después de su inicio y decidió solucionar ese bloqueo marchándose de Gijón a un pueblo costero del cantábrico con su mejor amigo. Es entonces cuando encontró la mejor de las maneras de las que un creador puede ver la luz, que es entonando la creatividad y cosechando y recolectando la gran mayoría de canciones que forman parte de esta nueva entrega, cuatro años después del anterior de inéditas, aunque ya el recopilatorio Oro, Salitre y Carbón. Diez Años De Marxophonismo incluía media docena.
Lee el resto de esta entradaCarolina Durante – Cuatro Chavales
Ni se escondían antes, ni lo hacen ahora. Ni se les subieron aires de grandeza cuando el éxito viral les hizo crecer a una velocidad irreal, ni tampoco se achican porque ahora las reproducciones de sus canciones estén muy lejos de ser millonarias. ‘Detectamos’ en su día madera de punk y pasotismo frente a las opiniones de los demás en Carolina Durante y lo siguen demostrando así en Cuatro Chavales, su segundo larga duración tras el epónimo de 2019, uno de nuestros discos del año en aquel curso. Si en aquel disco daban un paso adelante restando pretenciosidad haciendo gala de entereza guitarrera y sobrada de actitud, Cuatro Chavales es una vuelta de tuerca más al mismo concepto. Canciones sin artificios, que suenan crudas, potentes, rudas, aguerridas. Con un descreimiento total hacia el presente, con una dosis de realismo hacia el pasado idealizado, con una mirada irónica y mordaz hacia lo que intentaron que fueran y todo ello con un nivel lírico que no busca grandilocuencias pero que araña cuando dice de entrar en terrenos más filosofales, de una pesadumbre sin poca salida. La pandemia les cortó las alas en el mayor momento de popularidad, en pleno estallido de, posiblemente, una burbuja cimentada en ese par de éxitos generacionales de lo que ellos mismos se ríen en el primer corte del disco. Ahora, con el mismo morro y descaro, se marcan doce temas de una calidad media de lo más notable. Melodía y accesibilidad con aires de languidez, sorna y muralla de sonido. Al segundo largo Carolina Durante se confirman como un maravilloso verso suelto en el engranaje de los carteles coloristas. Una falla en el sistema del moderneo indie, como León Benavente, Los Punsetes o Novedades Carminha, que además muestra el realismo de ser conscientes de que todavía no han hecho nada y les queda mucho por recorrer y crecer todavía tras estos convulsos cinco primeros años. Se celebra.
Lee el resto de esta entradaToundra – Hex
Si ya es difícil que te hagan caso haciendo rocanrol, imaginad si lo tuyo es post-rock, post-metal o post-hardcore instrumental. Siempre habrá quien tenga debilidad personal por algún otro nombre menos conocido o asociado a alguna vivencia o por alguna compresible otra razón, pero creo que es opinión generalizada que Toundra es la banda de rock instrumental más importante de nuestro país de manera casi indiscutible. Seguro que la más reconocida fuera de nuestras fronteras. En sus primeros quince años de vida, los madrileños se han marcado una serie de joyas que demuestran seso, técnica, capacidad emotiva y una facilidad para captar la atención que ya quisieran para sí más de un vende-historias con micro. IV (el último disco de los cuatro primeros, numerarios) fue el cénit esa senda, abriendo un camino más espectral o espacial. Después llegaría el voraz y árido Vortex, liberados en apariencia de la secuencia romana, para volver ahora a retomarla de manera simbólica con Hex. Por el medio, un disco como Exquirla junto a El Niño de Elche y aquella maravillosa locura que fue darle banda sonora a la película muda alemana ‘El Gabinete del Doctor Caligari’, de Robert Wiene. Un disco, el presente, dividido claramente en dos partes. Una primera conceptual bajo el título de ‘El Odio’, corte de 22 minutos dividido en tres partes y una segunda donde Toundra da una vuelta de tuerca a su propia forma de ser explorando por terrenos ignotos hasta la fecha como algo de loops de electrónica o saxo (violines o trompetas sí que habían empleado antes). El resultado es un disco furioso y pasional que, a partir de la oscuridad, intenta alcanzar luz al final de un camino lleno de ira, ruido, polución y, en definitiva, poco humanista. Posiblemente su techo viene marcado por su propio estilo, pero ellos no lo acusan a la hora de generar emociones. Un disco sobresaliente para un cuarteto con mucho que decir sin tener que usar la palabra.
Lee el resto de esta entradaLa Oreja de Van Gogh. Roquetas de Mar. 5 de febrero
Vale lo escrito hace un par de días con la crítica remember de El Dorado de Revólver para resumir también las sensaciones de ver anoche en directo a La Oreja de Van Gogh. Es otro nombre que, por derecho propio, nos evoca algo tan en desuso en tantos aspectos como, sencillamente, la normalidad, por aquello de que las tendencias hayan hecho que la música con buen gusto dejara de ser superventas a cambio de otros productos más procesados. Por eso a Carlos Goñi, a otros muchos de aquella generación y, en ese círculo de pop rock orgánico, también a La Oreja de Van Gogh hay que estarles siempre agradecidos, como decía el tito Rosen. Anoche, como acompañante delegado de un regalo de Reyes Magos, volvía a reencontrarme con la banda donostiarra 18 años después de verla en directo con la gira de Lo Que Te Conté Mientras Te Hacías La Dormida. Ha llovido mucho desde entonces, incluso reconozco haber desconectado bastante de sus siguientes trabajos discográficos pero el respeto y la consideración hacia ellos siempre lo he mantenido intacto. Incluso me parecía muy meritorio y solvente el difícil papel que tuvo que asumir Leire Martínez al situarse al frente tras la salida de Amaia y lo bien que ha defendido las canciones antiguas como las que la banda ha firmado con ella en la formación. Y lo cierto es que, comprobado anoche, el repertorio no acusa en la dinámica si unas canciones son de una época u otra porque la homogeneidad viene de la mano de un quinteto que toca sin pretensiones y sin esa necesidad que ha impuesto el ‘moderneo indie’ de estar constantemente sobreexcitado en la sucesión de canciones y en la necesidad del efectismo. Normalidad, belleza en las canciones, prestancia y elegancia en los movimientos. Tan sencillo como ya infrecuente.
Lee el resto de esta entradaJJ Fuentes. Teatro Apolo. 4 de febrero
Hace un par de semanas os escribía del segundo disco de este autor rockero almeriense. Anoche tuve la oportunidad de cubrir el concierto de presentación y, a partir de este momento, os dejo la crítica realizada para el Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería. Salud. El roquetero JJ Fuentes fue el encargado, anoche, de iniciar la serie de conciertos de artistas y bandas almerienses que presentarán sus nuevos trabajos discográficos gracias al firme apoyo decidido del Área de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Almería, que sigue al lado de los creadores locales, más si cabe en estos tiempos de pandemia. Corazón de fuego y miel es el título del segundo álbum de JJ Fuentes, que sonó anoche en su totalidad junto con varios temas de su prometedor estreno titulado Cuestión de honor. Una noche en la que estuvo acompañado de por su productor, Ángel Peñalver en la guitarra y pedal steel, José Trujillo a la batería, Álex Martínez al bajo y Juan Antonio Hernández en coros, percusiones y acústica. Un cantautor rockero reafirmó anoche su querencia por las letras regadas de referencias literarias, cinematográficas y culturales para presentar historias de sentimientos tan universales como el amor, la pérdida, la ilusión, el desengaño o la reflexión. Después de, como tantas bandas, ver recortada la gira de presentación de su debut a causa de las primeras fases y olas de la pandemia, decidió trabajar en nuevas canciones, de las que doce se reúnen en ‘Corazón de fuego y miel’ donde gana en accesibilidad en las melodías y en los estribillos, encontrando un equilibrio con ese tono sobrio y cuidado de los textos, que le emparentan de manera irremediable con nombres como José Ignacio Lapido, Hendrik Röver de Los Deltonos o el lado más circunspecto de Carlos Tarque y M-Clan. Una música que quizá se presenta muy arquetípica en las formas pero con un resultado que admite muy pocas pegas.
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