Loquillo – Corazones Legendarios

Publicado por elchayi

Después de haber ido desgranando de forma intensa casi media docena de singles de adelanto, el pasado viernes vio por fin la luz Corazones Legendarios. El álbum (doble) con el que Loquillo relanza su repertorio –se es generoso con todas las épocas y no rehúye algunos de los grandes mitos- con la fórmula de contar con invitados para cada una de las canciones. Hasta 23 se reúnen en este disco que, dicho por él en la primera presentación de su último libro Paseo De Gracia, allá por abril, viene a equilibrar la balanza de las finanzas, como también ocurre con las giras de bandas y ‘grandes éxitos’. Como confió en aquel momento, los discos de poetas y las giras de teatros son una necesidad artística pero deficitarios los primeros y muy costosas las segundas. Por ello, si echamos la mirada atrás a la última década –pandemia incluida- es habitual que ‘las dos facetas’ de Loquillo se sucedan ya con total normalidad en ese funambulismo artístico en el que, también, va sumando la activación literaria. Y precisamente llevo varios meses leyendo toda su obra escrita, incluso la de conversaciones y la biografía de Felipe Cabrerizo. Y aunque aquí siempre hemos considerado excesiva la crítica convulsa al personaje, no hay nada como ir a la fuente para entender motivaciones, pulsiones y decisiones a lo largo de una carrera que con su triunfo voraz en los 80, su larga travesía en los 90 y el crack definitivo en solitario entrado el milenio nos arrojan a un artista-gestor-motivador-intérprete-personaje fundamental de nuestra escena. Y este disco, aunque frugal en la producción y más celebrativo que sobrio, lo recuerda.

Y a vueltas con los discos de colaboraciones, ya saben, se mira la lista y uno a bote pronto puede pensar en quizá no están todos los que son, ni son todos los que están. Más allá de filias y fobias, se echa de menos en lo natural de su sonido y cameos anteriores ausencias como las de Johnny Cifuentes o Jaime Urrutia… O Ariel Rot, con quien compartió gira a trío con Leiva. Quizá también se añoran otras que pudieran parecer lógicas como las de Aurora Beltrán, El Drogas… Si está permitido soñar y, ya que está Kutxi Romero, uno piensa qué podría haber sido con Robe… Se hace lógico que no esté Fito, porque nunca hubo reconciliación. Pero hablemos de lo que sí hay.

Y entre lo que hay, además de lo inesperado del citado Romero, de Marea (al que impacta escucharle inmiscuido en ese formato de rock americano de “Los Buscadores”, con sus teclas y épica), también sorprenderá lo de Miguel Poveda en una orgánica y aflamencada visión de “No Volveré A Ser Joven”, el punto contemporáneo de Hinds en “Sonríe” o el disgusto final de J en “El Ritmo Del Garaje”.

Lo demás se antoja previsible, lo que, per se, no tiene por qué tener connotación negativa alguna. Leiva y Rubén Pozo se lo gozan en “Rock And Roll Star”, Dani Martín revolotea con su aura de pop punk en “Feo, Fuerte y Formal”, Coque Malla e Iván Ferreiro le echan clase a espuertas en “Besos Robados” y “Cuando Fuimos Los Mejores”, respectivamente. Y Carlos Tarque hace de aguardiente al fuego en “Carne Para Linda”.

Me llama mucho la atención el tono que despacha Calamaro en “El Último Clásico” y como Bunbury es capaz de afrontar con la potencia, chulería y a la vez elegancia precisa en “Cadillac Solitario”, quizá la más difícil de las canciones de Loquillo en un estudio. Está claro que la versión en directo siempre ha estado muy por encima de aquella original de producción modesta. Ese “nena” en grito desafinado, esa sucesión de “nuncas” desaforada y descontrolada. Pues bien, lo consiguen entre los dos haciendo que una canción mil veces escuchada tenga una nueva vida con un empaque difícil de igualar. Un Bunbury, por cierto, que debe estar encantado con su situación en el álbum, entre Raphael (que cumplió con profesionalidad y palabra con su colaboración en “Voluntad De Bien”) y sus viejos colegas Shuarma y Nacho Vegas, que tampoco serían demasiado nombrados en hipotéticas quinielas para estar aquí, pero que cumplen –mejor el asturiano, eso sí- en “Memoria De Jóvenes Airados” y “La Edad De Oro”.

Nat Simons hace un esfuerzo por ‘envejecer’ su voz en “Cruzando El Paraíso”, Álvaro Urquijo no tiene su mejor tarde en “Por Amor”, Miguel Ríos tira de galones en “Rock And Roll Actitud” y se agradece la presencia de viejos conocidos del Loco como Ramoncín, Alaska y Carlos Segarra en “En Las Calles De Madrid”, “Rey Del Glam” –sí, de nuevo ambos- y “Salud y Rock and Roll”. Sin empastar ni empacar a la perfección, quizá por debilidad personal de ambos artistas, me alegra ver a Manolo García (“El Rompeolas”) e Ismael Serrano (“Antes De La Lluvia”) en la lista.

Más allá del tema ‘del Planeta’ J, me quedo con el cierre apócrifo de “Rock Suave” con Jorge Martínez de Ilegales, del que supimos la semana pasada lo que muchos del mundillo nos temíamos, que deberá estar un tiempo alejado de los escenario para afrontar el tratamiento de un cáncer. Esperamos que, como él mismo cantaba, “si la muerte le mira de frente, se ponga de lado” y que pronto esté dando guerra.

Más de Loquillo en RockSesión:

Loquillo. Paseo de gracia

Loquillo – Europa

Loquillo – Transgresiones. Antología Poética (1994 – 2024)

Loquillo. Parque de las Almadrabillas de Almería. 25 de mayo de 2023

Loquillo – Diario De Una Tregua

Balmoral. Loquillo, por un instante, la eternidad (Javier Escorzo)

Galletazos de Loquillo, by Christian Escribà

Loquillo – El Último Clásico

#Mis10de Loquillo

Loquillo – Salud y Rock and Roll

Loquillo – Viento Del Este