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Santa – Reencarnación (1984)
El punto de partida lo conocen quienes tengan un mínimo de instrucción sobre el nacimiento y primera oleada del heavy metal en nuestro país. El triunfo de los más técnicos Barón Rojo y los macarrónicos Obús dio como resultado, como ocurre con cualquier movimiento que se hace moda en la música, que las casas discográficas intentaran explotar un poco el filón ofreciendo productos que tuvieran unos argumentos lo bastante aceptables y coherentes para seguir despachando negocio. A caballo entre eso y por la sorpresa que se llevaron Fernando Sánchez y José Luis Serrano (esto es, la base rítmica de Obús en aquellos años) a principios de los ochenta cuando descubrieron la voz de Azucena Martín-Dorado Calvo que ejercieron de padrinos al ver el inmenso potencial vocal de la madrileña, Chapa Discos decidió apostar por este cuarteto, que se completaba con otro ya viejo conocido de las seis cuerdas como Jero Ramiro (que venía de demostrar su poderío metálico con Ñu tras, a su vez, venir rebotado de la banda de Ramoncín, después llegaría Saratoga, ya saben). El caso es que tras despachar un par de temas con el nombre de Viuda Negra, el grupo cambiaría la alineación con la entrada de Bernando Ballester (un ciclón en la batería que venía de Ñu) y Julio Díaz al bajo (Mazo) y se convertiría en Santa para la historia del heavy metal nacional. Escuchando hoy este disco parece increíble que todo se fuera al traste tan rápido. Pero así son las cosas. Nunca el mejor gana, nada que tengas que esperar llega.
Lee el resto de esta entradaSantelmo – Santelmo (2010)
No es fácil abrirse camino en ningún género del Rock, así, con mayúsculas, de nuestro país. Pasa en el punk, en el metal, en el rock… y también en el heavy. A los Obús y Barón Rojo de hace varias décadas, podemos añadir grandes nombres que, unos con más merecimiento que otros, siguen inamovibles de la primera línea: Warcry, Mägo de Oz, en su día Avalanch (no así Alquimia, que le está contando entrar), Tierra Santa, Saurom, Medina Azahara, Lujuria, Saratoga… Así por ejemplo, Dark Moor vio claro que era más fácil el reconocimiento fuera que dentro. Ahí queda una supuesta segunda fila con nombres meritorios como Ópera Magna, Zenobia, Dunedain… Santelmo ha muerto. Lo han anunciado hace escasos días. No han trascendido los motivos porque no se especifican en el comunicado, pero sin duda que sembrar mucho y recoger poco tiene siempre una dosis de influencia. La banda deja tres discos, este Santelmo, El Alma Del Verdugo y Mamífero, para el recuerdo, publicados en apenas siete años de una vida con demasiados cambios de formación significativos. La crítica remember de hoy valga como reconocimiento a tantas bandas que se han quedado atrás. Como diría Warcry, “brindo por ellos”.