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Leño – En Directo (1981)
Estaba cantado. Bueno, al menos el hecho de que fuese un disco en directo. Una vez cumplidas las obligaciones propias de nuestra primera semana de enero. Lo que viene siendo la elaboración de las dos playlists y listas definitivas con vuestros votos a discos del año y la publicación posterior de nuestra propia lista editorial con sus habituales oros, platas y bronces, la segunda semana del presente 2023 la hemos dedicado, como un aterrizaje suave, a repasar algunos de los jugosos discos en directo editados y lanzamos en las últimas semanas de 2022. Además, variados, como nos gusta. Empezamos el lunes con Bailando En El Apagón de Vetusta Morla. Seguimos el martes con los asturianos Los Ruidos, el grupo que lidera el hermano de Jorge Martínez de Ilegales. Continuamos el miércoles con la impresionante demostración de fuerza de la gira del treinta aniversario de Saratoga. Y concluimos ayer jueves con otra vuelta de tuerca a la potencia con los siempre inagotables Soziedad Alkohólika. Con este historial, estaba claro que la primera crítica remember del año debería ser para otro directo y dentro de la amplísima gama de opciones que nos ofrece nuestro rock y nuestra música, el vencedor ha sido este genuino e histórico En Directo de Leño, publicado en 1981. Teniendo en cuenta que ya han pasado casi diez de aquella lejana crítica remember al debut de 1979, en marzo de 2013, pues cerramos un círculo y casi una década trayendo de nuevo a los Leño, que nunca y jamás está de más. Salud.
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Considerados los padres de una forma de entender el rocanrol en castellano. Ya con desde su debut, en 1978, con un disco de cuarenta minutos que viene a ser algo así como la biblia del género. Un manual de instrucciones que revisitarán todos los grupos posteriores: Los Suaves, Barricada, Extremoduro, Marea, etcétera sin fin… Algo que reconoce hasta el puntilloso José Carlos Molina de Ñu… Mientras que todo el mundo venera la influencia de Leño, el se desmarca diciendo que “a nivel musical abrieron la puerta a la mediocridad musical del ‘todo vale y cualquiera del barrio puede cantar’. Gracias a eso se han forjado grupos que son un calco de Leño: (ojo a los sitios que cita) navarros, extremeños, gallegos… que vieron un filón en el ‘raca raca’” (Rock Estatal, nº 13). Concluye diciendo que sin Leño la música de este país hubiese sido más interesante… Más allá de lo impopular de la cita, tiene razón en que Leño animó a miles de chavales de la época a coger una guitarra (¿eso es malo?) y que su influjo es innegable e innegociable. Me parecía simbólico emparejarlo en el fin de semana con Led Zeppelin y también, cerrar el último domingo con ellos (aunque nos queden tres días de julio) con quien empezamos la serie, Rosendo.
Trastienda RC – Despertar (2003)
Los más maduros del lugar recordarán este disco. Los madrileños es una de tantas bandas que inexplicablemente, no llegaron a ‘romper’ pese a que este álbum, en la época, fue todo un pelotazo para los amantes del rock boikotero, porreta, rosendiano y peleón. Lo conformaban once canciones que pese a no ser un derroche de lírica ni creatividad, siempre eran bienvenidas. Una a una pueden ser tomadas como once singles o, lo que viene a representar algo similar, si te dicen que es un recopilatorio de grandes éxitos, te lo crees igualmente. La banda comenzó sus andanzas allá por 1995. ‘¿Quién No…?’ fue su carta de presentación, autoeditada y autoproducida. Aquello sonaba a rayos, pero les valió para tocar más de lo que esperaban, para empezar a conocer gente del mundillo y para que, en 2003, llegara su momento con Despertar. Brindemos por este disco y los recuerdos que encierra. Pasen.
Rosendo. Auditorio Maestro Padilla. 20 de diciembre 2013
Cuando uno ha visto a un artista o grupo una decena de veces, el factor sorpresa es relativo. Más aún en estos tiempos en los que los setlist de gira proliferan por los portales y redes sociales y cuando youtube ya está repleto de temas en directo de cada gira de presentación. Por suerte, la magia de la música hace que uno siga teniendo inquietud por verlo y escucharlo con sus propios ojos. Aunque el pasado viernes era fácil encontrar motivación extra: ver cómo reaccionaría el gran jefe Rosendo actuando en un Auditorio, con el público (supuestamente) sentado y con una acústica mucho más orgánica que cualquier otro escenario de sala. Así fue el último concierto de 2013 de Rosendo Mercado.