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Tequila – Matrícula De Honor (1978)
Acercándonos de manera irremediable a las trescientas críticas remember resulta curioso cómo, repasando la lista, todavía nos queda una amplísima colección de grupos que bien podrían haber sido elegidos al inicio de la sección. Eso dice mucho, entre otras cosas, de la riqueza de nuestra música a lo largo de las décadas y, por otro, que también me he tomado licencias de todo tipo, como con las novedades, trayendo también propuestas minoritarias o muy importantes en lo personal pese a lo desconocido del caso. Sea como sea, resulta sorprendente que Tequila haya tenido que esperar casi once años para aparecer por la sección. Quizá compensa el hecho de que Ariel Rot, Alejo Stivel o el propio disco en directo editado por Tequila recientemente sí que hayan tenido su crítica. Su irrupción por la sección hoy (al fin, por fin) viene auspiciada porque recientemente veía su documental Tequila: Sexo, Drogas y Rock & Roll. Una cinta dirigida por Álvaro Longoria, que lo guioniza junto a Juan Puchades, con la aparición de los tres protagonistas fundadores vivos (Alejo, Ariel y Felipe) y una colección de personas más o menos cercanas y/o coetáneas a aquellos concentrados años de actividad, con especial protagonismo de Cecilia Roth. Un recorrido bastante serio, fiable y honesto para lo que fue un grupo que ofreció el éxito a chavales de 18 años… que lo vivieron rápido y voraz para dar por concluida la trayectoria del grupo apenas cinco años después. Cuando todavía solo contaban con 23…
Lee el resto de esta entradaLos Zigarros – ¿Qué Demonios Hago Yo Aquí?
Hablar en términos de pureza conlleva pisar ciertas líneas conceptuales que los interesados en la confrontación pueden utilizar con (extrema) facilidad para señalar con el dedo a quienes no son como ellos. La mezcolanza, la integración, la evolución… es necesaria en todo arte y disciplina. En la vida. En la música también, por supuesto. Aunque también hay que dejar claro que no todo vale, que es necesario hacerlo con conocimiento, con trabajo, con seso, en definitiva. Y es que, como en la cocina, mezclar ingredientes puede resultar un auténtico desastre o dar pie a descubrir nuevos sabores en combinación. Antes de entrar en terrenos pantanosos conviene tener las cosas claras: para ello, el arquetipo es necesario. También que se mantenga en el tiempo, que no se limite solo a grabaciones, fotos o libros. Que la llama siga encendida, de manera vívida y coetánea los patrones clásicos de un género. Si hubiese un vacío musical de medio siglo y alguien preguntara cómo se hace en castellano el rock and roll de vieja escuela, de maneras firmes, cánones claros, de manera fiel y fidedigna a los parámetros que iniciaron los viejos maestros, la respuesta sería clara: Los Zigarros. Un grupo cuyo desarrollo casi ha ido a la par que esta casa. Por eso, les tengo especial cariño. He escrito de sus tres discos de estudio, los he visto en festivales en formato ‘mala hora’ y en formato ‘prime time’ (BB El Cabo, Viña Rock) o teloneando a Leiva, los he entrevistado y hasta les he dedicado un #Mis10de… No iba a ser menos con la publicación de su primer doble disco y deuvedé en directo en el que, además, estuvieron acompañados por una lujosa corte de invitados: Carlos Tarque, Carlos Raya, Fito Cabrales, Leiva, Aurora García, Ariel Rot y Ángel Wolf. La ceremonia del puto rocanrol. Que siga vivo.
Lee el resto de esta entradaLos Rodríguez – En Las Ventas, 7 Septiembre 1993

Como casi todo en la vida, el mundo del rock tiene casuísticas de todo tipo que vienen a concluir que nunca hay reglas ni patrones fijos para determinar el éxito, vida y longevidad, continuidad, ascenso o caída de una banda. Tenemos grupos que no han roto su senda durante más de cuarenta años (Medina Azahara, Asfalto…), casi Obús, Barón (aunque sea con los Castro como continuidad), Ñu con Molina… Ejemplos de constancia que las han visto de todos los colores, crisis o menos crisis, años de bonanza, otros más crudos. Luego los hay que duran poco, desanimados porque la cosa ‘no tira’. Y los hay que firman una espectacular discografía en pocos años de trayectoria, con una influencia descomunal en su género. En ese grupo encontramos a Leño (sólo cinco años), Triana (sólo 8) o Los Rodríguez (sólo 6). Con solo tres discos de estudio (Buena Suerte 1991, Sin Documentos 1993 y Palabras Más, Palabras Menos 1995) y un directo con algún tema inédito (Disco Pirata 1992) su leyenda es gigantesca, como el dream team que los conformaba: Ariel Rot y Julián Infante se reunían de nuevo tras el furor de Tequila (también vida acelerada e intensa, con Alejo Stivel al frente), reclutando a un desconocido Andrés Calamaro desde Argentina y con Germán Vilella a la batería. En la coctelera, el descaro rocanrolero mantenido de la juventud pero con poso de madurez y desencanto noctámbulo, desengaños y afrentas por tapices de crooner, de balada, de sones latinos o de rumba. Elegancia de teclas y riffs, una potente base rítmica y el alma en brindis constantes.
Lee el resto de esta entradaTequila – Adiós, Tequila! En Vivo
En RockSesión hemos respetado siempre a los padres del invento. Cada género y subgénero tiene los suyos y está claro que hablando de rocanrol en castellano, Tequila tiene que tener un nombre de oro. De 1976 a 1982, la banda argentino-madrileña se llevaba la chulería rockera de Miguel Ríos a un terreno más alocado, juvenil y hedonista. Destilando éxito tras éxito en discos que eran un desenfreno de ritmos stonianos más acelerados de lo que pudiera hacer, por ejemplo, Burning, otros históricos. En 2018, tras escarceos esporádicos, Ariel Rot y Alejo Stivel deciden marcarse una gira de las ‘de verdad’, de despedida. Como resultado de aquella treintena de fechas, llegó como colofón la grabación en septiembre del pasado año este doble CD y DVD en directo y, con él, la prolongación de fechas para 2019. A los dos inconfundibles argentinos, se les suma Julián Kanevsky (guitarra), David Salvador (bajo), Luis Prado (teclados) y Christian Chiloé (batería). Esa noche, en el Wizink Center, sumaron las colaboraciones de gente cercana en estilo y espíritu como Juancho de Sidecars, Carlos Tarque de M-Clan, Leiva y Fito Cabrales.
Sabina – Lo Niego Todo
Compañero del mismo canalleo que Peret, Sabina nunca ha estado muerto, sino casi siempre de parranda, salvo en aquella recuperación del susto marichalero. Y es que da la impresión que cada a cada álbum publicado, el jiennense parece resucitar y/o despedirse, según apetencia del oyente y/u opinador. Como dato objetivo, es cierto que jamás Joaquín había dejado pasar tanto tiempo sin publicar un nuevo disco al uso (Recordemos que a mitad de camino está La Orquesta del Titanic, con Serrat). Más de siete años se antojaban a algo así como una prejubilación, abocado al tiempo que hace que los cuarenta y diez ya se aproximen a cuarenta y treinta. Por ahí anda Serrat con sus “fa vint anys que dic que fa vint anys que tinc vint anys” también caduco. El caso es que, nunca entregadas las armas de su pluma, Joaquín Sabina se ha marcado el disco muy apoyado en nombres propios como Leiva, encargado de los mandos del sonido, producción y varias melodías, Benjamín Prado dando lustre con su culturalismo a las palabras, el destacado regreso de Olga Román en los coros, las guitarras de Carlos Raya, los cameos de Ariel Rot y Rubén Pozo, César Pop, Pablo Milanés… Casi una obra coral.
Los Discos del Año 2016 de RockSesión
Es complicado ponerse a hacer listas como esta, porque siempre te queda la sensación de dejarte fuera gente que merece estar. Así que, como siempre, ha de tomarse como una guía para acercarse a lo que no se conozca. O a darle otra oportunidad a un disco que no te llamó en la primera escucha. Tampoco ayuda el hecho de que por mis oídos pasen trabajos de cualquier género así que me he limitado a incluir discos de los que he hablado ya aquí, o de los que hablaría (por eso se queda fuera León Benavente y su 2, Iván Ferreiro y su Casa, Mónica Naranjo y su Lubna –aunque tenga pasajes muy heavys- o la reedición con extras de Omega y el Indestructible de Diego El Cigala). Como es habitual dejo fuera los directos (Sínkope, El Drogas, Maniática, Poncho K…) por tener un carácter recopilatorio, y los Ep’s. Por cuarto año, estos son los ochos oros, platas y bronces de RockSesión. Disparen al pianista.
Ariel Rot – La Manada
Cerca de cuarenta años de rocanrol contemplan al señor Ariel Rot. Cuando los reportajes sobre la propagación del rock en España se recrean en la influencia primigenia de Miguel Ríos o la posterior más urbana de Rosendo o la más empacada de Loquillo, a muchos se los olvida citar a Ariel Rot, que desde finales de los setenta ha mantenido una senda de trabajo firme, constante y de una calidad envidiable. Quizá el hecho de no hacer nunca afirmaciones grandilocuentes, ni entrar en polémicas con nadie, ni coger la bandera en representación de nada, han provocado ese ‘olvido’. El caso es que es, por derecho propio, un ejemplo claro de dedicación y seriedad. Pocos pasos en falso se le conocen. La década de los cincuenta además le ha sentado especialmente bien. Tanto La Huesuda como La Manada son dos ejercicios de belleza en su plenitud. Este, incluso, más sobrio en las formas. Un tequila reposado sin esbozos latinos, convirtiendo a su guitarra en un crooner elegante de destellos mágicos. Ariel Rot, letras de oro del rock en castellano.
Candy Caramelo – El Hombre Orquesta
Segundo trabajo en solitario por parte de uno de los músicos más reputados del rocanrol clásico de nuestro país. Candy Caramelo es una de esas vitales piezas que hacen que el engranaje de una gran banda suene como debe. Que se lo digan si no a Andrés Calamaro, a La Cabra Mecánica o a Fito y Fitipaldis… Su labor al bajo siempre ha sido reconocida y en los últimos tiempos se puede comprobar en la banda que acompaña a Isma Romero y a Diego García ‘el Twanguero’. El Hombre Orquesta es la concreción de ese placer de reclamar la atención en primera persona y de qué manera, pues el propio Candy se ha encargado de grabar todos y cada uno de los instrumentos del álbum: batería, bajo, guitarras, piano, lap steel, voz, coros y percusiones. Un ejercicio de estilo con sabor añejo al rock de los años 50, querencias de rockabilly, de surf, de la fina ironía argentina con la que creció como músico. Todo un gusto personal para el artista y una satisfacción para el oyente.
M-Clan – Dos Noches En El Price
Que después de 20 años de carrera sólida en el rock, la banda de Carlos Tarque, considerada por unanimidad una de las mejores voces del rock en castellano, y Ricardo Ruipérez no tuviera un álbum en directo eléctrico completo era algo inconcebible (que diría hasta la saciedad el buen amigo Vizzini de ‘La Princesa Prometida’). El único escarceo que tuvieron con el formato en directo fue aquel ‘Sin Enchufe’ de 2001. Un álbum acústico que se convirtió en superventas y con el que M-Clan multiplicó la popularidad creciente de ‘Usar y Tirar’, mientras algunos ‘rockeros de la primera época’ decidieron bajarse del barco por la supuesta afronta comercial y la marcha de Santiago Campillo y el directo cortado (solo 11 temas) que se incluía -casi parece que para hacer más bulto que otra cosa- en ‘Retrospección‘. Dos Noches En El Price viene a cubrir esa necesidad y recoge los dos conciertos que la banda ofreció en el recinto madrileño los pasados 6 y 7 de junio, con numerosos invitados de gala para la ocasión. ¿El resultado? Lee el resto de esta entrada