The Juergas Rock Festival 2023. Sábado, 5 de agosto

Publicado por elchayi

Para quienes tenemos ya una edad considerable (estimando incluso que igual ya ‘le hemos dado la vuelta al jamón’), afrontar un festival de cuatro días en lugar de los tres de rigor es todo un reto. Si tenemos en cuenta, además, de que para el último quedaban reservadas las grandes atracciones del cartel, desde el punto de vista objetivo que para muchos sería la última oportunidad para ver en directo a Desakato que encara su traca final hacia Madrid y el Wizink Center o a Ska-P antes de un parón indefinido (con más dificultad de regreso que la primera vez, precisamente por los años transcurridos) o incluso esa modalidad de directo de El Drogas con repertorio cien por cien Barricada con motivo del cuadragésimo aniversario de su fundación, pues la cosa se hacía más seria todavía. Además, en la apertura tenía a unos viejos conocidos como Trashtucada (ya he contado varias veces cómo conocí y vi a la banda dos veces antes incluso de que sacaran su primer disco) y Kaos Urbano, a quienes les hice en su día una biografía para su web. No andan lejos en estima mis queridos Los De Marras, a los que tuve que sacrificar por motivos de causa mayor. El cierre de la pista llegó de la mano de Dremen, habituales en estas lides como Gomad and Monster, que en este caso no estuvieron en esta cita del décimo aniversario. Antes, a las horas en las que más pega la chicharra y que por salud y trabajo tenemos que evitar, F.R.A.C. y The Lizards (a estos sí me dolió un poco perdérmelos, me los apunto como deuda a saldar) habían dado buena cuenta del escenario Agustico en el Paseo Marítimo. (FOTOS: Trashtucada, Kaos Urbano, El Drogas, Ska-P y Desakato son de Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión. Las de The Lizards, F.R.A.C., Los De Marras y Dremen son de la organización).

Si el regreso del escenario Agustico en The Juergas Rock Festival, después de 2019, tras los dos años de pandemia y el intento de aminorar costes de 2022, que se presentaba como una edición clave para el devenir del festival, ha tenido como denominador principal el rap, el caso del sábado sorprendía por la inclusión de una banda de hard rock como The Lizards a quien tantas veces di difusión en la web de Rock Estatal. Cómo no, más rap lo puso los gaditanos F.R.A.C. Sirvan estas dos imágenes cedidas por la organización del festival para dar testimonio de su presencia en la edición.

No llevan en escena los mismos años que Arpaviejas o Agua Bendita pero, de alguna manera, Trashtucada se ha convertido en un clásico mucho mayor en los festivales, desde que su fama creciente estallara del todo con aquel himno a la causa y, por supuesto, cimentado en un directo divertido, dinámico y potente. Pese a las salidas de dos carismáticos integrantes como su vocalista y su percusionista, Juanmy y Juanan, la actitud y las sensaciones siguen intactas con Ferdy como nuevo encargado de la voz masculina. De hecho puede que la de este año sea una de las mejores veces que les he visto, con un repertorio que, entre unas cosas y otras, tiene hechuras hímnicas. Desde esa “Penélope” eterna, pasando por la más negra “Quiero Mi Oportunidad” o la vitalista “Y Volveré”. Y es que el álbum Quién Dijo Miedo fue el que sostuvo el grueso del repertorio, como pasaría también con “Nada De Nada”, “He Visto” o esos “Toda La Noche” y “En La Calle” con la que cerrarían la actuación con permiso del imperdonable “De Festi, ¿Vale?”. Pero hubo mucho más en una actuación aprovechadísima con la añeja “K.O. Boeing 747”, la cumbia de “Mi Destino”, la más reciente “Todo Llegará” o la espídica “Volante, Culo, Carretera”. Desde luego que Trashtucada ha vuelto y por todo lo alto.

Siempre he disfrutado los conciertos de Kaos Urbano por la brutalidad enérgica que consiguen. Viña Rock también ha tenido siempre tendencia a programarlos a segunda hora de la tarde y creo que fuera de las salas es el formato que más les beneficia. Más de 25 años como más de 25 dardos en el centro de la diana de las injusticias impuestas por una salvaje sociedad capitalista. Los madrileños nacieron en 1995, recogiendo en una banda de amigos todas las inquietudes de una juventud de extrarradio oprimida y apresada, “Años Salvajes” y “Suburbiales”, como cantaron. Lo que a buen seguro no podrían imaginar es que, pasadas casi tres décadas, serían una de las bandas referenciales del rock combativo. Salieron a morder, “Devorados” como “Inadaptados”, “Con Cojones” de un “Héroe Solitario” y pronto comenzaron a salir las primeras bengalas rojas. Como un amasijo de rugidos, Kaos Urbano descerrajó sin más técnica que la del coraje y la furia de “Los Hijos de la Calle” y “Como Cantona”. Esa que se riega con tragos de street punk y que patea los ritmos con cadencia del oi y la potencia del hardcore. Nadie les ha regalado nada para llegar donde están. Incluso, todo lo contrario. El destino, siempre tan puñetero, les ha puesto zancadillas en numerosas ocasiones. Pero Kaos Urbano puede tropezar, nunca caer, recordando siempre “Nuestros Mejores Momentos” en la “Larga Vida Al Oi!”.

Acostumbrado a la nocturnidad, se me hizo raro ver enfilar el escenario a Brigi, Flako y Txus tras la intro locutada de Enrique con aquello de «presta atención que salimos por aquí, no mires para otro lado, presta atención que vamos a salir». La terrorífica e inconfundible risa de El Drogas da la bienvenida a “En La Silla Eléctrica” abriendo así una colección de clásicos que celebremos que sigan vivos en un escenario en honor a una banda histórica para nuestra música y más en un tiempo en el que la ausencia hace que todavía nos suene más especial, irrepetible y ¡necesaria! que nunca. Ni haciendo un repertorio de cuarenta temas contentaríamos a todo el público barriquero, que a buen seguro echaría de menos alguna de sus favoritas, pero no hay duda de que todo lo que sonó se celebró con profusión. Desde “Esperando En Un Billar”, paseando por el “Barrio Conflictivo” con riesgo de que la pasma te empuje “Contra La Pared” y que los amores fatales nos lleven a clamar aquello de “No Sé Qué Hacer Contigo”. Seamos sinceros una vez más: es un lujazo escuchar el cancionero de Barricada con un animal como Brigi en la batería. La energía y el plus de golpeo que atesora, adornando las canciones con mayor sonoridad percutora confiere a las canciones un vigor sobre el que Flako y Txus bailan con la solvencia contrastada. Las furiosas “Bahía de Pasaia”, “A Toda Velocidad”, “Problemas”, “Víctima” o “Rojo”, son prueba de ello. Entre ellas, otro medio tiempo marca de la casa como “Deja Que Esto No Acabe Nunca”, canción que yo siempre tenía identificada con Alfredo y que celebré que estuviera presente. Es “Tan Fácil” no tener que andar “Tentando A La Suerte” en la elección de canciones cuando se tiene un legado tan mayestático que El Drogas se tomó la licencia de incluir una no habitual como “Pétalos”. Sobran los motivos en cualquier momento pero en este caso se producía justo en el 84º aniversario del asesinato de las trece rosas. “Okupación” aligeró la tensión para volverse pura distorsión en la entrada de “La Hora Del Carnaval”, con una divertida referencia al “Rumore” de Raffaela Carrá. Comenzaba así una escala final con las hímnicas “Todos Mirando” (siempre cantada más por el público), “Oveja Negra” o “No Hay Tregua”. No nos marchamos todavía porque quedaba más “Esta Noche”… Claro está, “Esta Es Una Noche De Rock & Roll”, para cerrar con “Animal Caliente” y “En Blanco y Negro”. Magnífico un día más El Drogas y los suyos, siempre un gusto.

Por más que algunos ‘haters profesionales’ se empeñen, Ska-P es por derecho propio la banda más internacional y exitosa que ha dado la escena rockera quizá en toda su historia. Y sí, claro que bandas como Héroes del Silencio o Mägo de Oz lo rompieron en su momento al mismo nivel (hay otras más de triunfo más localista o fugaz), pero está claro que no con la continuidad en el tiempo que lleva atesorando la formación vallecana (solo en el último año han pasado por medio continente americano y en Europa han pasado varias veces por Italia, Francia, Austria o Alemania). Y en The Juergas Rock Festival volvió a suceder, haciendo el mayor lleno de público de toda la edición, haciendo que muchos fueran expresamente el sábado para verles actuar. Y cumplieron con creces. Grandes pantallas, los disfraces habituales y, sí, también el mejor sonido de todas cuantas bandas pasaron por Adra en los cuatro días. “Jaque Al Rey” abrió la sesión que pronto explotaría en un arranque bombástico con “El Gato López”, la preciosa “Mestizaje”, el rugido del estribillo de “Eres Un@ Más” o “Cannabis”, que inteligentemente situaron al comienzo para ‘quitársela’ de en medio y para prolongar eseestado de catarsis colectivo. Con un Pulpul que rara vez falla una nota (lo de la conservación de su voz entra en los niveles de Cifu de Celtas Cortos o Fortu de Obús) y un Joxemi desatado y eléctrico en la guitarra, llegarían los enlaces de la añeja “Abolición” (del debut) y “Vergüenza”, con la más seria y canto a la marginalidad generacional de “Mis Colegas”. Era momento de cambiar el rictus a seriedad y así Pulpul recordó cómo la censura actuó en su último paso por Alemania, donde le impidieron cantar “Intifada”: «no somos antisemitas, somos antisionistas», recordó. Si lo visto ya había sido mucho, todavía quedaba una larga segunda mitad de concierto donde salieron a la caza “Romero El Madero” y “El Chupacabras” (del último EP), a los que sí que habría que aplicar aquello del “Derecho De Admisión”. Más madera antibelicista con “Niño Soldado” y canto a la libertad LGBTIQ+ con “Colores”. Todavía quedaría tiempo para mandar “A La Mierda” al payaso “Mc Dollar” y a los “Casposos” videntes y curanderos, antes de lanzar ese “El Vals Del Obrero” donde intercalan “Como Un Rayo”. No sabemos si el anunciado parón será definitivo o no, pero siempre tendrán nuestro justo reconocimiento.

El día que Desakato anunció su fin como banda escribía que siempre contaron con la espada de RockSesión y algo se queda también nuestro en su adiós. En un artículo escrito días después recordé varios de los motivos que los hacen tan especiales para mí y toda la intrahistoria en común que tengo con esa jodida cabecera. Sobre su relación con el Juergas… especial también. Les vi actuar en un The Juergas Rock (el segundo, realizado en el patio de un instituto), dejándose la vida en el escenario, después de llegar con la hora justa a las cinco de la tarde a Adra haciendo el viaje del tirón de punta a punta de España. También cómo levantaron toneladas de polvo en cada pogo antes de que el nuevo recinto tuviera césped artificial. Y un largo etcétera. Como también dije, la decisión fue comprensible porque en el Juergas de 2022 les noté cansados. Un irreprochable concierto pero ya con indicios de que esa fuerza que tanto necesitan se iba agotando. En un hermosísimo canto de cisne, el concierto de Desakato el pasado sábado sí que me recordó a los de siempre. Con un Nano descomunal en la batería bien arropado siempre por un efectivo Mario al bajo. Con un Gabri discreto pero certero en la contundencia de la guitarra que, junto a la de Pablo, adorna de feroces melodías todas las canciones del combo, desde las más hardcoretas y apunkadas a las más pesadas y de querencia anglo – stoner. Y con las voces de Pablo y Pepo guiando los cánticos de un público entregado a la causa. El repertorio es incontestable. “Cuando Salga El Sol”, “Héroes”, “Tiempo De Cobardes” o “Nueva Religión” adornaron el arranque donde tampoco faltaron bengalas. Sabor añejo para la tripleta formada por la maravillosa “Contra La Pared”, “Octubre Rotos” y la muy acertada recuperación de “A La Soledad”. Temazo indiscutible. En contraprestación, savia más reciente en “Sombras”, “Nuestro Legado”, “Estigma” y “Salvajes”, que siguieron su senda como una apisonadora. Un sentido de la dinámica muy trabajado que se percibe, seña de identidad siempre del grupo. En el último tercio quedaban todavía muchos ‘premios’ por salir del bombo, en una escala incontestable. “Columnas De Humo”, “Heridas Abiertas”, “Animales Hambrientos”, “Humo Negro” y “La Cura” se sumaron a una actuación entregada. La algo descabalgada “La Ira De Los Hambrientos” nos acercó a ese final esperado con “Cada Vez” (presentada con emoción por Pablo y cantada por el público en su arranque), “La Tormenta” y “Fueu y Solombres”, cerrando con el “Pánico En Frankfurt” su última vez en un festival que les ha venerado desde el primer día.

Lo que era una novedad se ha convertido en una dulce costumbre, Los De Marras se han consolidado ya en el ‘prime time’ de muchos festivales a base de corazón, riñones y entrepierna. En este caso, incluso calcando el horario de la edición de 2022. La banda de Agustín y compañía también tiene una dulce historia con The Juergas Rock, si tenemos en cuenta que la primera vez que actuaron en el festival fue en el escenario acústico, en un formato casi inédito para ellos, haciendo un reventón de consideración, siendo además la tercera o cuarta vez que tocaban en Andalucía en aquel 2017. Lo han hecho así en todos los eventos de esta escena. Que la gente celebre y sienta sus canciones, pegadas al suelo y a la calle sin necesidad de ser panfletarias y poéticas sin tener que perderse en figuras retóricas, es uno de esos pequeños grandes triunfos que reconforta. Sirva esta imagen cedida por la organización del festival para dar testimonio de su presencia en la edición.

Tiene tendencia The Juergas Rock Festival en los últimos años cerrar cada noche con aires discotequeros, así que los encargados de dar zapatilla tras el concierto de Los De Marras fueron los habituales Dremen, que recogieron así el testigo del punk electrónico de La Élite y el drum and bass de Pandemonium. Sirva esta imagen cedida por la organización del festival para dar testimonio de su presencia en la edición.

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