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Leiva + Sarria. Almería, 30 de agosto

Quizá sean los años, quizá sea que cada vez cuesta más encontrar una motivación, la cobertura profesional de la programación de Feria de este 2025 ha costado un poquito más de lo habitual, dado lo nutrido y constreñido de los horarios. En lo musical, empecé con las seis crónicas en apenas 72 horas de otras tantas sesiones de conciertos de Cooltural Fest (la fiesta de bienvenida, las tres noches ‘de abono’, las dos jornadas de Escenario Playa); seguí con una entretenida noche del festival internacional de folclore (con Montenegro, Guatemala, Polonia, Madrid y Almería) el martes; el miércoles llegó ese Gasolinera Fest con leyendas de la rumba como Junco, Los Calis, Bordón 4 y Juan de Los Chunguitos –con Rubén Martín, hijo y sobrino del dúo Camela); y el viernes un magnífico concierto de la Orquesta Ciudad de Almería, repasando –danza y baile incluido- un repertorio dinámico y bailable. Tenía el as en la manga de cerrar por todo lo alto, con el concierto de Leiva que, con su gira ‘Gigante’ hacía escala para cerrar las fiestas con buen sabor de boca. Abría la velada el malagueño Sarria, de quien tan bien se habla a raíz de su debut en El mundo es cruel. Ahora empiezan dos semanas de vacaciones donde os traeré la cita de los lunes, pero creo que nada más. Toca cargar. Vamos con la crónica. Las fotos son de Helena Huerta para RockSesión.

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Minicríticas de discos y singles: del 7 al 13 de julio (2025-26)

Cada lunes llega la compilación de las minicríticas de discos y singles compartidas en las distintas redes sociales (elchayi) durante la semana anterior. Cualquier música, cualquier estilo.

Protagonistas de esta semana: Dropkick Murphys, King Gizzard & The Lizard Wizard, The Doobie Brothers, Volbeat, Stereophonics, Sílvia Pérez Cruz y Salvador Sobral (en la imagen) y Loquillo con Rubén Pozo y Leiva. Salud.

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Leiva – Gigante

Del mismo modo que se celebró que rebosante alegría el anuncio de la gira de regreso de Fito & Fitipaldis, ocurrió parecido con la expectación creciente a lo que venía a ser el sexto trabajo discográfico de estudio de Leiva. No es extraño sí miramos fechas porque, claro, es innegable que Cuando Te Muerdes El Labio (2021) era un disco de Leiva, pero quizá podemos resumir en que era “el menos Leiva de todos”, por la generosidad adaptativa y la influencia que ejercen cada una de las colaboraciones con nombre de mujer. De este modo, seis años pasaban desde su Nuclear de 2019, el anterior ‘al uso’. De aquel a este no solo han pasado seis vueltas al sol, sino que también ha habido por el camino una pandemia y esa despedida de la treintena para llegar al ecuador de la cuarentena. No es un referencia casual porque Leiva en este disco plasma algo que se viene apreciando de manera progresiva y es la asunción del paso del tiempo y, sobre todo, entender que ya no es necesario correr de exceso en exceso, ponerse ropajes para parecer el más rockero del lugar o ceñirse a unos códigos preestablecidos por el hecho de cumplir la deuda con el propio pasado. No es un disco lento o suave, pero sí es un disco maduro, sobrio, de mirada interior y de historias que cuentan pesares, reflexiones, malas experiencias y pensamientos recurrentes de los que no se puede escapar, nostalgias… sin que por ello haya un intento de moralina más o menos explícita. Escribí al final de la crítica de Cuando Te Muerdes El Labio lo siguiente: «Progresa adecuadamente hacia la madurez, que se diría en los antiguos boletines escolares. El tiempo dirá cuanto más quiere ahondar en esa senda o si regresa a los terrenos que han cimentado su popularidad». Ya os lo he respondido.

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Leiva y Robe estrenan “Caída Libre”, un tema que recuerda el cuidado de la salud mental

Dado que le he entrevistado a Robe en media docena de ocasiones, bandas y artistas me suelen preguntar que qué es necesario para que acceda a colaborar en alguna canción. Y, ante esa pregunta, no hay respuesta. No la hay porque nunca hay un guion establecido para ello. Tiene que nacer, brotar, apetecer, que haya una chispa que le haga sentir y emocionar para que quiera sumar su voz a la canción. No es una cuestión tanto de filtro de calidad, ni de fama siquiera (ahí está esa colaboración anterior con Rupatrupa, para la que pusimos desde aquí nuestro granito de arena). Os puedo asegurar que ha recibido propuestas de gente que está muy arriba y ese no es el motor… Son más el azar y la corazonada, los que determinarán el resultado. Así, muchos de los seguidores de Robe y Extremoduro se encogían de hombros o desdeñaban de inicio el hecho de que Robe colaborase con Leiva en “Caída Libre”, el último adelanto de lo que será su nuevo trabajo discográfico. De Leiva venimos escribiendo aquí desde que arrancó su carrera al margen de Pereza (hicimos una remember de aquellos, Rubén Pozo es un pequeño gran gigante y también le seguimos) y, sabiendo los límites que le separan de otro tipo de rock, siempre hemos reconocido su talento, desde códigos narrativos y musicales distintos. Ahora, los dos se unen en una “Caída Libre” que Leiva explicó muy bien, subrayando la importancia y necesidad de la vigilancia de la salud mental. El que la lleva la entiende. Vamos con la canción.

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Minicríticas de discos y singles: del 10 al 16 de febrero (2025-5)

Cada lunes llega la compilación de las minicríticas de discos y singles compartidas en las distintas redes sociales (elchayi) durante la semana anterior. Cualquier música, cualquier estilo.

Protagonistas de esta semana: Bushidö, La Jaula, Crudo con Mala Reputación, Leiva, Rambalaya, Blaumunt, El Niño de la Hipoteca, Cantes Malditos, Dream Theater, Café Quijano, Victorias, Ilegales, Te Vi En Un Planetario, El Cometa Errante, Pablo Und Destruktion, Los Mejillones Tigre, The Killer Barbies.

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Leiva. Ainda. Roquetas de Mar. 17 de julio

Sin otro impedimento de agendas, ni la de artista ni la del escenario, se hace raro, por mucho verano que sea, que una de las giras del año recale en una ciudad en domingo. Pero así fue anoche con el madrileño Leiva, que aterrizó con toda su Leiband y con los argentinos Ainda en la Plaza de Toros de Roquetas de Mar, dentro del presente ‘Cuando Te Muerdes El Labio Tour’ y de la mano del Ayuntamiento de la localidad y Crash Music, promotora, entre otros, de Cooltural Fest o B-Side Festival. Una gira que viene avalada por una gran acogida de público y crítica allá por donde pasa, si bien presentaba bastantes interrogantes desde el inicio, toda vez que el citado último disco (uno de los oros de esta casa en la lista anual) es un conjunto de duetos con hasta catorce artistas distintas. La solución se encontraba en el propio acompañamiento de los teloneros, puesto que es la argentina Esmeralda Escalante, del dúo Ainda, donde comparte con Yago Escrivá, la encargada de asumir el rol en esa suerte de canciones dialogadas. En cualquier caso, tampoco la presentación se cebó demasiado, puesto que en sus redondos veinte temas, solo cinco fueron de dicho álbum. Con una banda (su Leiband) de auténtica altura y relumbrón (con Juancho Sidecars, con César Pop, con Niño Bruno, con Tuli… es difícil no sentirse plenamente respaldado), Leiva ejerció de figura del momento y el público, bastante heterogéneo, lo recibe como espera. No hay posibilidad de engaño. Un status ganado por derecho propio con canciones rotundas, sin fisuras, grandes, crecientes. Sin salirse nunca (para mal o para bien) de la corrección (es quizá lo único que podríamos achacar los amantes de algo más de incertidumbre a la hora de una presentación viva), Leiva y los suyos salieron, se entregaron y cumplieron con ejecución intachable con lo que ofrecen. (FOTOS: Juan Jesús Sánchez Santos para RockSesión).

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Una visión tras la resaca del histórico concierto de Fito & Fitipaldis en San Mamés

Mientras que este pasado sábado cubría el segundo concierto de la tercera gira de Robe y los suyos en Madrid Escena, un viejo compañero de andanzas y correrías, Fito Cabrales, con sus Fitipaldis, hacía historia llenando con 47.000 personas el Estadio de San Mamés, en el marco de un concierto más (es decir, que no era ni cierre de gira, ni despedida de ningún tipo…) de la gira de presentación de Cada Vez Cadáver, su último disco hasta la fecha. Que esperemos que no sea el último de todos, por más que el bueno de Fito se empeñe en avisarnos de esa posibilidad en cada presentación. Pero es que, no contento con llenar hasta la bandera el simbólico espacio, apostaron porque el concierto fuera televisado en tiempo real y en abierto a través de ETB, TVE y su canal de YouTube. Una auténtica rareza en nuestros días y que reunió a más de un millón de personas al otro lado de la pantalla, más otros buen número de miles que lo hemos visto ya ‘en diferido’. Y si justo ayer escribía del triunfo de ‘normalidad’ generado por Robe frente a cualquier tipo de polémicas o enfrentamientos, convenciendo a base de muy buenos conciertos, el de Fito es otro caso en el que uno, desde lejos, solo puede sentirse reconfortado, como ya nos ocurrió cuando le llegó esa guinda de cerrar su anterior gira, la del 20 aniversario, en el Royal Albert Hall de Londres. Un escenario por donde ha desfilado una importante selección de ilustres como su meta-referencia Mark Knopler, y también Phil Collins, Sting, Paul McCartney, Elton John, Bryan Adams, Eric Clapton o Brian May y Roger Taylor de Queen. Que todavía Fito diga hoy, con la mayor de las sinceridades y sin falsa modestia, que no se considera una estrella del rock dice mucho de su concepción sobre cómo vivir la música, como un juego con el que disfrutar, no como una obligación. Y, como otra muesca que muestra de qué pasta está hecho, junto a Cultura Rock, donó 100.000 euros de la recaudación al Bando de Alimentos de Vizcaya. Genio y figura. (FOTOS: Malditos Artistas, Live Nation y Cultura Rock).

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Leiva – Cuando Te Muerdes El Labio

El álbum era muy fácil de vender por su efectismo formal. Que para su quinto disco Leiva avanzara que iba a consistir en duetos en cada una de las canciones con una artista internacional se vende solo. Que si un disco de laboratorio, pensado para entrar con más fuerza en mercados de Latinoamérica, que si bandera del feminismo, que si buscando nuevos públicos a través de las artistas que colaboran… Todo eso formaría parte de las armas arrojadizas de lo que vengo a llamar el haterismo común. Pero, claro, luego está la realidad o, lo que sería mejor todavía, esperar a opinar hasta conocer el resultado al completo. Y es ahí cuando Leiva, como viene haciendo en cada uno de sus trabajos (para esta casa especialmente desde Pólvora, puesto que Diciembre nos parece el más perjudicado por las ínfulas de los ecos post Pereza), gana por convicción y con argumentos. Estas 14 colaboraciones se han gestado de la amistad forjada a lo largo del tiempo, en algunos casos hasta quince años y nada de relumbrones forzados que hubiesen multiplicado los fuegos artificiales mediáticos ni salidas de tono grotescas. Esto hace que con 14 temas en las que se acompaña de 14 voces distintas Leiva suene más Leiva que nunca, potenciando y mejorando su narrativa y dejando que su rock más clásico se impregne de arreglos más sutiles, de vaivenes más armónicos, de un preciosismo que completa y potencia casi un tratado argumental del amor con pocos visos de perdurabilidad en sus distintos estadios (ruptura asimilada o inminente, recuerdos de pasado o del futuro que no será, pasiones que convulsionan hacia el fin) y una buena colección de referencias a series y al modo de vida contemporáneo.

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Pereza – Animales (2005)

Si una banda nace del mero hedonismo de juntarse para tocar canciones de Leño, nada puede salir mal. Después de casi 1.500 entradas en la web, después de haber escrito de los discos en solitario de Rubén (también con Lichis), de Leiva, haciendo referencia a ellos al escribir de Buenas Noches Rose o de Sidecars… Iba siendo hora de que un disco de Pereza asomara el hocico por las críticas remembers de los viernes. Y si de morro hablamos, qué mejor que este Animales de dual portada, cambiante en las múltiples ediciones posteriores que ha tenido el disco. No es para menos. Aunque en términos globales (porque también depende del día y el estado de ánimo) considero que su mejor disco es Aproximaciones, fue con este álbum con el que el dúo se colocó en el centro del foco de (quizá) la última gran época dorada del guitarreo inundando las radiofórmulas, antes de que las programaciones latinas se comieran a la distorsión. Lo he escrito ya más de una vez. Benditos tiempos en los que ‘lo comercial’ era Pereza, El Canto del Loco o La Oreja de Van Gogh, como antes lo fueron Piratas, M-Clan o Los Rodríguez o, más atrás, La Frontera, Seguridad Social, Hombres G, La Guardia o Gabinete Caligari. Por no hablar de cuando Los 40 fijaron su atención en los Dover, Extremoduro, La Fuga con Rulo o Marea. (¿En qué maldito momento se jodió todo?). Animales simboliza también el equilibrio entre los dos discos iniciáticos, más ‘primitivos’ (con los que abrían para bandas más rudas como Enemigos, Siniestro Total o hasta Porretas) y la posterior vuelta de tuerca, donde al guitarreo marca de la casa añadieron una dualidad de complejidad compositiva, a la vez que sobriedad acústica o, del otro lado, la búsqueda de singles descarados destinados a ampliar cada vez más el círculo. El tiempo le ha dado más valor si cabe a lo firmado.

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Los Zigarros – ¿Qué Demonios Hago Yo Aquí?

Hablar en términos de pureza conlleva pisar ciertas líneas conceptuales que los interesados en la confrontación pueden utilizar con (extrema) facilidad para señalar con el dedo a quienes no son como ellos. La mezcolanza, la integración, la evolución… es necesaria en todo arte y disciplina. En la vida. En la música también, por supuesto. Aunque también hay que dejar claro que no todo vale, que es necesario hacerlo con conocimiento, con trabajo, con seso, en definitiva. Y es que, como en la cocina, mezclar ingredientes puede resultar un auténtico desastre o dar pie a descubrir nuevos sabores en combinación. Antes de entrar en terrenos pantanosos conviene tener las cosas claras: para ello, el arquetipo es necesario. También que se mantenga en el tiempo, que no se limite solo a grabaciones, fotos o libros. Que la llama siga encendida, de manera vívida y coetánea los patrones clásicos de un género. Si hubiese un vacío musical de medio siglo y alguien preguntara cómo se hace en castellano el rock and roll de vieja escuela, de maneras firmes, cánones claros, de manera fiel y fidedigna a los parámetros que iniciaron los viejos maestros, la respuesta sería clara: Los Zigarros. Un grupo cuyo desarrollo casi ha ido a la par que esta casa. Por eso, les tengo especial cariño. He escrito de sus tres discos de estudio, los he visto en festivales en formato ‘mala hora’ y en formato ‘prime time’ (BB El Cabo, Viña Rock) o teloneando a Leiva, los he entrevistado y hasta les he dedicado un #Mis10de… No iba a ser menos con la publicación de su primer doble disco y deuvedé en directo en el que, además, estuvieron acompañados por una lujosa corte de invitados: Carlos Tarque, Carlos Raya, Fito Cabrales, Leiva, Aurora García, Ariel Rot y Ángel Wolf. La ceremonia del puto rocanrol. Que siga vivo.

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