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Mamá Ladilla – Exhuma y Sigue
Cuando un cómico o monologuista nos cae en gracia (nunca mejor dicho) caemos en el error de empezar a verle tantas veces que, al final, el cartón piedra se hace patente y nos puede acabar resultando predecible y previsible y no hay nada que haga menos gracia que sabernos el final antes de escuchar el principio. Es una jodienda, si lo piensan, pero es algún pero tenía que tener estar tocado con la divina barita de la capacidad para hacer reír. A no ser que seas como Chiquito y el final no sirva para nada y lo importante sea el trayecto. El caso es que en el caso de los grupos que hacen del humor un arte… ¿se les exige más que a uno ‘convencional’? A fin de cuentas, todos conocemos a autores, bandas, escritores e, incluso, algún crítico musical (ejem) que parece llevar escribiendo la misma canción, el mismo disco, la misma novela o ensayo, o la misma crítica con pequeñas variaciones y no pasa nada. Sin embargo, a los del saco divertido, le pedimos constantemente chistes y ocurrencias máximas que nos evadan del este vil y cruel mundo por unos minutejos, cuanto menos, igualando su máxima cota y malla conocida. Como es lógico, esto jamás puede ser así porque ni siquiera el oyente es el mismo hoy, que ayer, menos todavía que hace años. Evolucionar adquiere otra dimensión y cada nuevo artefacto sonoro de este marco conceptual debe ser tomado con una cierta perspectiva, como el icono amarillo ese de una ceja levantada y la mano en la barbilla (o parte inferior del círculo, mejor dicho). El caso es que Mamá Ladilla, con Juan Abarca al frente, ajeno o no a todo este cacao, se ha marcado otro disco de estudio, titulado Exhuma y Sigue con que el nutre de doce nuevas coplas su henchido repertorio que ya supera el centenar de temas. No es poco.
Lee el resto de esta entradaMamá Ladilla – Quién Pudriera
Entre musical y musical (¡Arrea!) parece que al trío que conforma Mamá Ladilla le ha venido en gana meterse con nuevo material. No he tenido el placer de verlo, pero solo por la dosis de edulcoración que tiene de por sí tal palabra, se ve que han tenido la necesidad expresiva de soltar mucho de rabia, porque este Quién Pudriera desborda una importante dosis de mala leche en los textos y en las formas, contundentes y bien subidas de volumen en la mezcla. Y es que el bueno de Juan Abarca y los suyos, de nuevo acompañado en esta ocasión por Sergio González en el bajo y Abel del Fresno en la batería, atruenan cuando quieren y es el caso. Si en Coprofonía el tono humorístico era más pizpireto y descocado, casi rozando a veces la bonhomía, aquí tiran de renegror (eso sí, sin llegar nunca al peligro de acabar en la Audiencia Nacional, que nunca se sabe). Y, claro, les ha salido una portada acorde, lo más alejada posible del optimismo flower power. Todo muy heavy metal (palabra aguda).
Mamá Ladilla – Un Bis y A La Cama
Soy uno de ellos, de esos que lo piden y piden, lo confieso. Y no sólo lo he venido haciendo con Mamá Ladilla, sino que es algo que se echa en falta en más de una formación aunque, como en este caso, muchos sean alérgicos a ello. Estamos hablando, amigos lectores, del querido y (molto) obligado disco en directo. Quizá por aquello de llevar cientos de conciertos a la espalda y de ir teniendo ya una cierta edad (cuatro días me quedan para subir otra cifra –no es una forma de hablar-), hay algo de egoísmo personal en ese deseo, si es que acaso los deseos no pueden ser otra cosa que egoístas. Tener un refugio, una muesca, una reliquia, una evocación de lo bien que ‘lo pasemos’ con equis grupo cuando este ya no exista o ya no se le pueda ir a ver por los motivos que sean, quizá buenos, que tampoco hay que ponerse siempre en lo peor. Y sí, aunque el primer disco fue una mezcla de directo-maqueta, podemos considerar este Un Bis y A La Cama como el primer disco oficial en directo de Mamá Ladilla, con Juan Abarca al frente, aquí acompañado por Sergio González al bajo y Abel del Fresno a la batería.
Mamá Ladilla – Bilis
Es habitual cuando se lee a un periodista y/o crítico musical que “este es su disco más oscuro”, hacer cuanto menos una muesca entre el tópico y el hastío, por lo recurrente de la expresión. (Para mí muy válida, lo malo es el uso indiscriminado y, con ello, la pérdida de credibilidad del mismo). Pero si lo leyéramos sobre un disco de Mamá Ladilla esa expresión pasaría a ser secundaria, ya que primaría ante todo la incredulidad. ¿Disco oscuro de Mamá Ladilla? ¿Cómo se come eso? Bien, no es que Mamá Ladilla haya optado por el black metal, ni por el doom, ni por el peni-sosismo gótico, pero sí que es cierto que Bilis, sobre todo en cuanto a música, genera, incluso desde la portada, una impresión inquietante. Hay menos cacareo y más peso. ¿Quizá por eso se han empaquetado estos temas como un EP y no como un disco completo?
Mamá Ladilla – Requesound (1999)
Sé que muchos habríais elegido el Arzobispofobia (1996), que tiene un aire de marginalidad mucho mayor, más minoritario y con muchos de los trallazos clásicos y archiconocidos del grupo que encabeza (casi que también por tamaño) Juan Abarca. Ese disco contiene ‘Chanquete A Muerto’, ‘Catequista Parroquial’, ‘Tu Fiesta’, ‘Ven’, ‘Aparta Papá’, ‘Flípalo’… ¿Entonces? ¿Por qué Requesound, el tercero? Porque además de estar también muy inspirado en las letras supuso un gigantesco salto musical en la composición de las hilarantes canciones que frecuentan. Batería, bajo y guitarra atruenan en este disco y exploran al máximo cualquier tipo de limitación estilística o técnica. Fue el salto definitivo que convirtió a Mamá Ladilla en mucho más que un grupo chistoso.
El Reno Renardo – Hostiopatía
Decía Jaime Altozano en el famoso vídeo sobre El Mal Querer de Rosalía (demonios, aquí también aparece, sí) que para fijarse en los cánones de un género, cuáles son las peculiaridades que lo hacen identificable y definitorio, que no hay nada como las parodias, puesto que llevan al extremo los ítems más característicos. En el mundo del heavy metal y el rock es algo bastante identificable en grupos como Gigatrón, Mojinos Escozíos, Lendakaris Muertos… o El Reno Renardo, por supuesto. Es, de hecho, uno de los grandes motivos de su éxito: el encontrar patrones fácilmente reconocibles sobre los que, una vez que nos tienen ganados musicalmente, sacar a relucir sus letras de escarnio, a veces más atinadas que otras, teniendo claro que no hay humor universal. Porque eso es otra. Una vez más, Jevo Jevardo (con Mikel Torralba a la guitarra, Ander The Thunder al bajo e Iván Cormen a la batería) dispara a todo lo que se mueve. A veces te dará en todo el centro de la gracia, en otras puede no hacerte nada porque el torpedo roza tu línea de flotación, pero (ay) es que en eso consiste la libertad de expresión y el sano arte de reírse.
Aúpa Lumbreiras 2013. Viernes 16 de agosto
La segunda jornada de conciertos del Aúpa Lumbreiras arrancó con alegría para los madrugadores, ya que las nubes dieron tregua de sol. De hecho al final se excedieron en la confianza y hasta llovió ligeramente en algunos momentos del concierto de Narco. Si el primer día fue más heterogéneo, el segundo destacaba por el protagonismo del humor con MKB, Mamá Ladilla, Lendakaris Muertos o Porretas. Recordando que la ubicuidad es imposible y que tenía grupos asignados para la cobertura en Rock Estatal, estos son los grupos del viernes, por orden cronológico de los que os ofrezco crónica completa (en algunos casos, setlist también): Iratxo, Manolo Kabezabolo, Mamá Ladilla, Los De Marras, Porretas, Discordia, Poncho K, Matando Gratix y Narco, con impresiones generales de otros cuantos.
Crónica Viñarock 2012. Domingo, 29 de abril
La esperanza de que el tiempo mejorara al despertar cada mañana era más bien un deseo utópico que una realidad sustentada en algún criterio físico al que alegar. Mal. Con el cuerpo hecho a mojarse en casi todos los conciertos, los asistentes afrontaban la tercera jornada de conciertos, algo desequilibrada. Quizá el día más flojo de los tres principales.